María Ángeles Durán, una mujer española, declaró ser dueña del Sol, mostró documentos que lo comprueban e intentó venderlo.
¿Te imaginas ser dueño de la Luna, de las nubes, del aire o de Marte? María Ángeles Durán, una mujer de nacionalidad española, declaró que era dueña del Sol, y mostró un documento que lo comprobaba.
En 2010, la mujer con estudios en psicología, enfermería, criminología, y derecho, registró el astro a su nombre. Sin embargo, fue hasta 2013 que su caso se dio a conocer, luego de que intentará venderlo por eBay. De acuerdo con El Mundo, Durán posee un acta notarial que dice literalmente:
Propietaria del Sol, estrella de tipo espectral G2, que se encuentra en el centro del Sistema Solar, situada a una distancia media de la Tierra de aproximadamente 149,600,000 kilómetros.
En su momento, Durán declaró que había comprado el astro con el objetivo de “ayudar a los demás”. Al cobrar por su uso, la mujer esperaba tener dinero para que el gobierno español atendiera las pensiones de las personas mayores, la salud, y a los más desfavorecidos.
Intento de venta en línea
Con la llegada de los tokens no fungibles (NFT por sus siglas en inglés) nos acostumbramos a leer y escuchar que se venden obras, terrenos e incluso yates que solo existen en línea y que no son tangibles. Pero, no es lo mismo con el Sol.
En 2013, María Ángeles Durán, intentó vender el Sol en parcelas, a través de eBay y páginas de Internet. Sin embargo, la plataforma de ecommerce eliminó su publicación de vendedora argumentando que no se trataba de un producto tangible por lo que incumplía con sus políticas.
Todo parece indicar que Durán demandó a eBay por este movimiento y exigía la suma de 10 mil euros (232,096 aproximadamente, al tipo de cambio del 21 de enero de 2022). Pero, la empresa mantuvo su postura.
¿Coleccionista?
De acuerdo con varios reportes, esta no es la única posesión de Durán que puede ser considerada “particular”. Aparentemente también es dueña de la partitura más larga del mundo, de 24 millones de compases, y poseía “el grito de Tarzán”, último que perdió en un pleito legal con la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).
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