



El modelo de franquicias en México se encuentra en plena expansión, impulsado por un fenómeno que combina capital privado e innovación en la operación de negocios. Cada vez más inversionistas están apostando por franquicias, sin involucrarse directamente en la operación diaria, una tendencia que, según expertos, ha fortalecido la estabilidad del sector y su contribución a la economía nacional.
Juan Manuel Gallástegui, CEO de Gallástegui Armella Franquicias y fundador de la Asociación Mexicana de Franquicias (AMF), explicó en entrevista con EMPRENDEDOR que este modelo de inversión ha evolucionado con el tiempo:
“Cuando las franquicias inician su desarrollo, encontramos normalmente a un franquiciatario operando su negocio. Con el tiempo surgieron esquemas donde inversionistas participaban con capital, dejando la operación a un tercero.”
A decir de Gallástegui, este modelo es para inversionistas que no quieren o no saben operar un negocio, pero tienen un capital y buscan un rendimiento que les puede dar una franquicia. Entonces invierten y encargan la operación a
LAS PLÁTICAS CON LOS LÍDERES YEMPRENDEDORES DE AMÉRICA
Hoy en día, México cuenta con más de 1,650 marcas de franquicias y aproximadamente 96,000 puntos de venta en todo el país, generando más de un millón de empleos formales y aportando el 5% del Producto Interno Bruto (PIB), según cifras recientes de Feher Consulting.
El modelo de franquiciatario-operador —en el cual un inversionista financia la franquicia y un socio operador se encarga del día a día— se ha vuelto cada vez más popular. De acuerdo con Gallástegui, “para que ese operador ponga un mayor interés en el negocio, se le facilita la posibilidad de invertir en un porcentaje de la empresa.”
Este esquema ha permitido que muchos negocios franquiciados expandan su presencia de manera acelerada.
El franquiciatario que ya tiene una red de franquicias operando y recibe una inyección de capital por parte de un inversionista puede abrir unidades propias o fortalecer la operación de su franquicia”,
agrega Gallástegui.
La facilidad para invertir en franquicias también ha hecho que este modelo sea cada vez más accesible. Actualmente, la inversión inicial en México puede ir desde los 200,000 hasta los 6 millones de pesos, dependiendo del giro de negocio, de acuerdo con datos de la AMF.
Asimismo, las franquicias ofrecen mejores perspectivas de éxito a largo plazo: el 85% logra sobrevivir después de cinco años, en contraste con solo el 15% de los negocios independientes.
Gallástegui enfatiza que no existe un perfil único para el inversionista de franquicias. Algunos adquieren unidades y delegan la operación a familiares o socios; otros prefieren confiar en operadores profesionales desde el inicio.
“El inversionista busca una mayor rentabilidad, un mejor rendimiento; entonces se encuentra con una franquicia que le puede ofrecer esa oportunidad y aporta su capital”,
comenta.
Sectores como Cuidado Personal, Belleza, Educación, y Alimentos y Bebidas, así como educación siguen siendo los más dinámicos, apunta el entrevistado. En particular, el área de Belleza y Cuidado Personal experimentó un crecimiento de 18% en nuevos puntos de venta en 2024, según datos de la AMF.
De cara a 2025, el sector mantiene perspectivas positivas. Se proyecta un crecimiento de ventas de 14%, impulsado no solo por nuevos modelos de inversión, sino también por la madurez y profesionalización de las redes de franquicias en el país.
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