Uno de los principales retos que los emprendedores mexicanos afrontan es la obtención de financiación, particularmente en la fase inicial del emprendimiento donde se está pivoteando la idea de negocio y la supervivencia todavía está en juego. El levantamiento de capital es quizá la labor más importante y retadora de los fundadores, tener un equipo confiable en quien descargar elementos operativos, mientras otros están liderando la captación de recursos financieros, es fundamental.
Un equipo de fundadores o founding team multidisciplinar, sólido y alineado, es el factor que determinará el éxito de los esfuerzos por levantar capital, pues son las personas dentro de una empresa quienes definen la visión estratégica y llevan a cabo los planes de desarrollo y crecimiento.
La falta de alineación en la visión estratégica y el desacuerdo entre miembros del founding team es un foco rojo para los inversionistas. Es impactante que 40% de las startup quiebran precisamente por discrepancias emocionales entre sus socios fundadores.
Es común escuchar que los fondos no invierten en llaneros solitarios que van construyendo equipo según los recursos disponibles y como Dios le da a entender. Contar con un equipo fundador multidisciplinario, de al menos tres socios, la cohesión en el equipo y experiencia de cada socio, son criterios cada vez más relevantes para los fondos de inversión y que puede considerarse como una buena práctica a observar en un proyecto.
Como el founding team se vuelve un elemento crítico en el levantamiento de capital, es indispensable encontrar alternativas para mantener alineado y cohesionado al equipo emprendedor, a través de:
Una recomendación es definir esquemas de remuneración vinculados al desempeño del emprendimiento, como los stock options, para generar esa cohesión, no sólo en el founding team, sino también con los empleados clave del proyecto emprendedor. Esto desincentiva el abandono, reduce las discrepancias emocionales y, sobre todo, abre la puerta a la gente que agrega valor.
Aunque no todos los miembros de la empresa están diseñados para tener una participación accionaria, las necesidades y aspiraciones de cada individuo son distintas. Por ello, es importante identificar y gestionar distintos perfiles de talento, el susceptible a planes accionarios y el que busca bonos por rendimiento.
Una segunda consideración para convertir al equipo en un activo estratégico es garantizar que tanto el founding team como el equipo extendido compartan los valores de la empresa, sólo eso permitirá remar al unísono. No sólo la coincidencia de valores es relevante, sino también la sinergia y complementariedad entre estos. Es fundamental actuar bajo la misma concepción ética: socios y colaboradores honestos, responsables y con sentido de urgencia.
Pero, ¿cuál sería el momento más relevante para alinear valores y definir estas estructuras de compensación que faciliten el levantamiento de capital? La respuesta es clara: Desde el nacimiento del emprendimiento y, definitivamente, antes de la primera ronda de inversión, porque con el crecimiento de la valuación de la empresa “la gente saca el cobre”, salen a flote o se intensifican fricciones en el founding team. Como en un matrimonio, los socios deben prever y llegar a acuerdos cuanto antes.
La claridad de estas conversaciones y negociaciones deben continuar a lo largo de la vida del emprendimiento. El emprendimiento, como los humanos, tiene carácter evolutivo. Sus valores permanecen, sin embargo, pueden cambiar de jerarquía conforme pasa el tiempo. No se trata de cambiar los valores core, los que son irrenunciables, pero sí saber incorporar nuevos valores y estructuras que aporten valor al negocio. Es una habilidad indispensable del emprendedor saber reconocer y acoplarse a necesidades específicas que van emergiendo.
Otra recomendación para tener éxito al momento de levantar capital de Corporate Venture Capital es construir relaciones sólidas, amables y éticas con los inversionistas. Para ello, entender el valor agregado que ofrece el inversionista más allá de su aporte de capital. Así también lo es comprender la relación como un ganar-ganar, el maridaje perfecto donde un inversionista corporativo aporta capital al emprendimiento, pero además lo convierte en un proveedor o socio estratégico.
