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Emprender como estilo de vida

Atrás quedaron los tiempos en los que el tener una carrera universitaria en México y Latinoamérica aseguraba una plaza de trabajo. Hoy cada vez más jóvenes crean proyectos innovadores.

© Nancy López

Los especialistas coinciden: el emprendimiento en México y el mundo puede convertirse en la piedra angular del desarrollo. Para llevarlo a buen término, nada mejor que impulsarlo desde etapas tempranas de la vida estudiantil y con un enfoque integral.

Atrás quedaron los tiempos en los que el tener una carrera universitaria en México y Latinoamérica aseguraba una plaza de trabajo y una remuneración que solventara los gastos personales y familiares. De hecho, según el Observatorio Laboral , el promedio de ingresos de los profesionistas al segundo trimestre de 2016 se ubicó en $11,000 mensuales.

Además, cuando los profesionistas consiguen un empleo, no siempre encuentran los mejores jefes o un ambiente en el que puedan lograr un desarrollo personal y profesional. Pero estos no son los únicos factores que han impulsado el emprendimiento en el país y que cada vez más estudiantes consideren la actividad emprendedora como una opción de vida, dice Luis Miguel Beristain Hernández, director del Instituto de Emprendimiento Eugenio Garza Lagüera , del Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México.

“También ha habido un cambio de paradigmas en el que el ser emprendedor ya no es mal visto o como un pretexto por no tener trabajo. Ahora a estos personajes se les ve como héroes”, afirma el experto.

Actualmente, iniciar un negocio es más accesible y los jóvenes encuentran una curva de aprendizaje más corta. En suma, hay un sinfín de posibilidades.

Identifica las oportunidades

Emprender no es exclusivo de una condición económica particular o del hecho de que un joven estudie en una institución privada o pública. Hoy existen diversas iniciativas en ambos ámbitos que invitan a los estudiantes a transformar sus ideas en modelos de negocio, para que luego sean validados en el mercado.

Un ejemplo es el concurso Unam Innovando , que se celebró en mayo pasado en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam). En él, se presentaron varios proyectos innovadores que resuelven problemáticas específicas con el apoyo de la tecnología.

Uno de ellos es Constelar , que ganó el primer lugar en el concurso. Se trata de una red universitaria de colaboración que resuelve el problema de la falta de vinculación de profesionistas y la formación de equipos de universitarios que buscan emprender. El proyecto es encabezado por Hugo Abdiel Cruz Zavala y Gerzahim García Labra, de 21 y 22 años respectivamente, y estudiantes de los últimos semestres de la carrera de Comunicación. Los jóvenes emprendedores sostienen que “la mejor manera de crecer es creando tus propias oportunidades”. Por lo tanto, no dudan que el emprendimiento sea el mejor camino para lograrlo.

Los estudiantes reconocen que entre los integrantes de su generación todavía permanece la visión de emplearse para alguien más al término de la carrera “porque definitivamente el generar algo propio es mucho más complicado que emplearte. Pero a la larga, la retribución es mayor, ya que generas fuentes de trabajo para más personas”, comentan.

Aunque su idea de negocio todavía está en desarrollo, la están prospectando con una visión global. Esto incluye contemplar la inclusión de profesionistas de todas las universidades del país e instituciones de educación universitaria de Latinoamérica. Para concretarlo, deben encontrar el talento que los complemente, y ese es uno de sus mayores desafíos. “Cuando uno quiere emprender no puede hacer todo solo”, aseguran.

Al respecto, Arturo Cherbowski, director ejecutivo de Santander Universidades –la iniciativa del banco que fomenta la cultura emprendedora y la innovación–, es enfático al señalar que uno de los grandes retos que enfrentan los emprendedores es el de la colaboración y el trabajo en equipo. “Cada vez más comprobamos que los proyectos exitosos son aquellos que no son de una sola persona, sino de equipos multidisciplinarios que aprenden a trabajar juntos para generar proyectos integrales”, opina.

Capacidad de Resiliencia

El trabajo en equipo no es el único aspecto que los universitarios deben trabajar para transformar sus ideas en negocios exitosos que tengan un verdadero impacto en la sociedad. Beristain Hernández comenta que otro de los pilares fundamentales de un líder con espíritu emprendedor es su capacidad de resiliencia. Ésta se refiere a la disposición de levantarse de los fracasos y aprender de la experiencia.

Es precisamente lo que pretende hacer Marco Antonio Sánchez Aguilera, egresado de la carrera de Relaciones Internacionales de la Unam, quien ganó el segundo lugar de Unam Innovando con el proyecto InGuiders . Marco intenta aprovechar el conocimiento adquirido en otro emprendimiento para poner en marcha esta idea, que consiste en la creación de un marketplace destinado a ofrecer servicios turísticos de alto valor agregado. En él, guías de turistas certificados (en México existen 7,000) podrán ofrecer diversos recorridos por los cuales la empresa ganará una comisión.

Jóvenes emprendedores

“Estamos en la fase de desarrollo del proyecto y aún no estamos incubándonos formalmente en ninguna institución. Creemos que tenemos cierta experiencia con la que podemos establecer un diferenciador”, dice el joven. Se refiere al perfil de los integrantes de su equipo, conformado por: Wendy Ochoa Ramírez, diseñadora gráfica; Francisco Javier López Pérez, quien estudió Matemáticas Aplicadas a la Computación; y Marco Antonio Soto Valderrama, quien es Ingeniero en Sistemas Computacionales e incluso proviene de otra institución de educación superior, el Centro Universitario Doctor Emilio Cárdenas ( Cudec ).

Marco coincide con Hugo y Gerzahim en que es complicado encontrar el talento, porque “muchos desconocen que la tarea emprendedora es de mucho sacrificio, talacha y no paga al inicio”, dice. “La recompensa vendrá después.

Aunque ahí también hay un riesgo porque, incluso con todo el apoyo, puede ser un fracaso”, añade Francisco.

Un modelo de vida

Juan Manuel Romero, coordinador de Innovación y Desarrollo de la Unam, aclara que el concepto de emprendedor ha mutado durante los últimos años. Actualmente va mucho más allá del ser empresario o hacer negocios. “Se trata de una actitud y una forma de enfrentar la vida, de comportarse frente a los retos y de terminar algo que se inicia”, explica.

Al respecto, Beristain Hernández, del Tecnológico de Monterrey, advierte que se necesita empezar a ver el tema con un enfoque más amplio. “No todo es hacer negocio. Si tu sueño es montar una obra de teatro en Broadway debes poder hacerlo sin poner en riesgo tu patrimonio y sin que tengas límites respecto a los recursos que necesitas para lograrlo”, comenta.

En esto concuerda Jesús Esparza, vicepresidente a nivel mundial de Enactus (Entrepreneurial Action For Others Creates a Better World For Us All), una organización presente en 36 países que fomenta el emprendimiento de impacto desde los niveles universitarios. Lo hace a través de metodologías de acompañamiento con una red de más de 8,000 mentores, autoevaluaciones y competencias en ideas de negocios que ya están operando.

“Urgen proyectos profesionalizados que vayan más allá del papel y que hayan probado su producto o servicio para que sean tomados en cuenta por los inversionistas. Ellos también quieren poner su dinero en gente con experiencia”, advierte. El también maestro en Negocios Internacionales reconoce que en México la creatividad, el empuje y el compromiso social están en primer lugar.

“El reto está en que lo tomemos en serio, en cambiar una visión filantrópica y asistencialista, y en transformar una idea en un modelo sustentable que les permita a las comunidades tener un beneficio real. Que los jóvenes no lo vean como proyecto de escuela, sino como modelo de vida”, señala.

La metodología de Enactus ha dado buenos resultados. Desde 2009, la organización trabaja con 104 universidades públicas y privadas en México y pone en marcha unos 150 proyectos al año que están generando ventas y empleos. Precisamente, éste debe ser uno de los fines de la actividad emprendedora, reconoce Romero, de la Unam. Además, “es una de las vías para hacer llegar a la sociedad los beneficios del quehacer universitario en términos de conocimiento”.

En este sentido, los esfuerzos no son pocos. En la Unam se han realizado diversas acciones, que van desde la modificación del marco jurídico para impulsar las labores de emprendimiento hasta el diseño de nuevos programas de estudio que incorporen materias de innovación, emprendimiento y protección de propiedad intelectual.

La institución cuenta hoy con dos laboratorios de innovación, 10 incubadoras de negocios (una de alta tecnología, cinco de tecnología intermedia y cuatro tradicionales); Oficinas de Transferencia de Tecnología; alianzas con distintas redes internacionales y diversos eventos que se realizan de manera periódica en sus diferentes campus, escuelas y facultades que buscan detonar el espíritu emprendedor.

César Islas, director del Capítulo Estudiantil de Tecnología, Innovación y Emprendimiento de la Unam, subraya que la principal misión de la organización que encabeza es ayudar a la comunidad universitaria a que desarrolle habilidades de liderazgo, creatividad, creación de modelos de negocio y trabajo en equipo, entre otras. Todas, indispensables para todo aquel que está pensando en arrancar un negocio.

Asimismo, la organización busca que los jóvenes emprendedores tengan una visión global, a pesar de comenzar con acciones locales.

Más que una moda

Dos de los grandes cuestionamientos en este boom emprendedor tienen que ver con poner en tela de juicio si esta actividad es para todos, y con cómo lograr que no se convierta sólo en una moda. Al respecto, Beristain, del Tecnológico de Monterrey, es enfático: “cualquiera puede emprender, la pregunta es por qué hacerlo”.

El especialista explica que si sólo se piensa en esta alternativa por una falta de oportunidades laborales, sin tomar en cuenta los costos que conlleva esta independencia económica, el emprendimiento estará destinado a no prosperar. “En esta actividad se debe tener una enorme tolerancia al fracaso. Puede que tengas una gran idea y plan de negocios, aunque eso no significa que vayas a sobrevivir al segundo o tercer año”.

Hay un sinfín de oportunidades, dice el académico. Existen muchas necesidades, creatividad, grandes ideas y proyectos que realizar, pero se debe estar preparado para superar diversos retos antes de ver el éxito. “No hay una sola idea que en su etapa de proyecto, por más buena que sea o por más premios que tenga, sea realmente practicable como negocio”, advierte.

El emprendedor se va a topar con paredes en términos de financiamiento, de planes de negocios y de merca- dotecnia y, por lo tanto, debe tener mucha persistencia. Ésta se vuelve una de las competencias básicas en las que deben seguir trabajando los universitarios.

Precisamente en esta persistencia se encuentran Karla Marianne Islas López, Mario Alberto González Arias y Diego Torres Rivero, fundadores de Enseña la seña. Los egresados de la carrera de Diseño Gráfico ganaron el ter- cer lugar del concurso Unam Innovando. Con este proyec- to, buscan la enseñanza de lenguaje de señas y generar una cultura de inclusión a través de un juego didáctico.

El prototipo del juego está hecho y cuentan con la asesoría de Jutta Treviranus, académica de la Universidad OCAD, en Ontario, Canadá. Los emprendedores han debido trabajar una y otra vez en el desarrollo de un sistema que les permita leer un código impreso en sus tarjetas de juegos, que desplegará en un dispositivo móvil un video que demuestre la manera correcta de realizar una seña.

Hoy, continúan haciendo investigaciones y buscan vincularse con alguna organización que les permita validar su prototipo a mayor escala. También requieren financiamiento para seguir con su proyecto. “Sabemos que la tarea es a largo plazo y que debemos ser perseverantes”, dicen los emprendedores. Aseguran que no quitarán el dedo del renglón porque los beneficios son muchos y quieren generar un cambio real en la sociedad.

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autor Directora Editorial Emprende y Emprendedor.com. Me motivan las historias de tenacidad e innovación.