Tesla, la automotriz de Elon Musk, había sostenido su crecimiento durante 10 años. Sin embargo, este 2022 sus acciones en la bolsa tuvieron tendencia a la baja. Mientras se alista para montar su nueva Gigafactory en México, las participaciones de la fabricante de autos eléctricos han caído hasta un 70%, un promedio superior al del Nasdaq y al de la mayoría de las tecnológicas globales, según información de Merca 2.0.
Ante este panorama, nada favorable para la empresa en este momento, Elon Musk envió un correo electrónico a sus empleados para intentar tranquilizarlos.
No deberían molestarse por la locura del mercado de valores.
“Cuando las tasas de interés de las cuentas de ahorro de los bancos, que están garantizadas, vayan acercándose al rendimiento del mercado de valores, cuyas ganancias no están garantizadas, las personas van a ir moviendo cada vez más sus inversiones de las acciones hacia el efectivo, esto va a hacer que caigan”, explicó el actual CEO de Twitter hace unas semanas.
Con todo y la caída en las acciones de Tesla, Elon Musk siguió vendiendo acciones a los inversionistas en los últimos meses. Según un informe de abril pasado, Musk habría vendido más del 60% de las acciones después de que se conociera el volumen de su participación en la empresa de vehículos eléctricos.
En el comunicado enviado a su personal, el magnate de 51 años asegura que Tesla será la empresa más valiosa del mundo a largo plazo. También pidió a los empleados incrementar las entregas de autos para cerrar este 2022.
“Hagan todo lo que les sea posible en los próximos días y sean voluntarios para ayudar a entregar, si es posible. ¡Harán una gran diferencia!”, dijo en el mismo mail.
Se estima que Tesla entregue más de 442 mil autos en lo que resta de 2022, después de que ofreciera descuentos en sus vehículos tanto en China como en Estados Unidos.
Aunque Elon Musk está muy optimista a pesar de la caída de las acciones de Tesla y está accionando para mejorar sus números, analistas como los de la firma AJ Bell vaticinan que seguirá distrayéndose de su trabajo en Tesla y, en consecuencia, llevándola en picada mientras no designe a un nuevo director para Twitter.
