En la preparatoria un maestro preguntó a sus alumnos: “¿A qué se quieren dedicar profesionalmente?”. Claudia M. Sheppard, quien tenía 17 años en ese entonces, levantó la mano y dijo: “¡Yo quiero ser directora en una empresa!” ¿De qué empresa? No sabía, pero aseguró que en el camino lo iba a averiguar.
Su primer empleo fue como secretaría de un directivo en una compañía de acero llamada Ternium. No era lo que ella buscaba, pero fue la puerta para entrar al mundo corporativo y lo que años después le dio las bases para fundar The Latin Powerhouse.
Se trata de una escuela de vida y negocios que fundó en 2018 y de la que han egresado 3,000 emprendedores y dueños de empresas, y con la que ha formado un movimiento de líderes imparables conformada por más de 200,000 personas de habla hispana, con presencia en 25 países alrededor del mundo.
Claudia estudió Administración de Empresas en el Tecnológico de Monterrey y después de su empleo como secretaria –que le enseñó las pequeñas cosas que nadie quiere hacer y que le ayudó a entender cuáles eran los procesos para alcanzar el éxito– pasó por otros empleos hasta ingresar a Axtel en 2009 como gerente, y convertirse en directora de Comunicación e Imagen de esta compañía.
De hecho, en esta empresa de telecomunicaciones fue la primer mujer en alcanzar este puesto en México en 2010. Ahí permaneció nueve años, experiencia que le permitió dar el paso al emprendimiento.
El mundo corporativo no fue sencillo. Tuve altas y bajas. A veces me sentía en la cima y otras veces en el piso. En fin, no me di por vencida. También pasó algo fuerte en mi vida (un divorcio) que me hizo cambiar, reflexionar y decir: ‘Si tú quieres, tú puedes Clau. ¡Venga!’”.
Claudia M. Sheppard
Esta emprendedora recuerda que quería estudiar Ciencias de la Comunicación, pero su papá y su tía le dijeron que estudiara Administración, la carrera del futuro. Sin embargo, reconoce que la vida la fue llevando a lo que más disfrutaba: la comunicación, la publicidad y el marketing. También fue ejecutivo junior de Medios en Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma y gerente de Mercadotecnia en Fiat México.
“Desde ese entonces me puse a trabajar como nadie y lo demás es historia”, afirma. En 2010 y 2011 fue considerada “Monstruo de la Mercadotecnia” por la revista Expansión. También formó parte del “50 top Marketing Directors” de la revista Merca2.0.
Estando aún en el mundo corporativo, Claudia M. Sheppard comenzó a dar mentoría a emprendedores y dueños de empresas para ayudarles a escalar sus negocios. Además, empezó a ser invitada a foros y conferencias para hablar acerca de su experiencia profesional. Ahí fue donde vio una oportunidad de abrir su propia consultoría, y sobre todo descubrió una pasión por servir.
Al estar con empresarios, Claudia se dio cuenta de que tienen los mismos deseos, miedos, inseguridades, dolencias y frustraciones. “Cuando tú comprendes eso es más fácil encontrar una solución dentro de tu caja de herramientas. Así fue como construí este negocio que tengo hoy”.
“Entre más trabajaba con los emprendedores a nivel personal me daba cuenta de que había un cambio de vida y una transformación en sus negocios (sí o sí). Eso me empezó a llamar muchísimo y con mucho miedo y dolor de estómago di el paso a emprender”, recuerda.
En 2018 Claudia se lanzó de lleno al mundo del emprendimiento. Primero desarrolló una metodología propia de consultoría que la ha comprobado primero consigo misma y después con sus clientes.
“Mi método está construido en tres pilares: Hábitos, específicamente, de productividad, visión, estructura, orden, etc. El segundo es el estado mental que un emprendedor necesita y el tercero son las habilidades, herramientas y estrategias”, explica.
Toda su metodología se traduce en cómo las personas pueden ser felices haciendo lo que más les gusta y apasiona. “Siempre digo que tú puedes ser tu mejor amigo o tu peor enemigo. Tú eres tú mejor aliado, coach, porra, etc.”.
Claudia M. Sheppard está ubicada físicamente en San Diego en Estados Unidos, y desde ahí asesora a cualquier emprendedor hispano alrededor del mundo. Nos comparte tres lecciones para construir el éxito:
Cualquier persona que tenga un sueño debe saber que todo es posible si decide hacerlo. “Si yo puedo, todos pueden”, dice Claudia.
Muy pocas personas están dispuestas a hacer esas pequeñas cosas que son tediosas, aburridas, repetitivas, difíciles, las que cansan. Pero que hacen la diferencia para tener éxito o no.
Por más difícil que está un proceso, si tú lo desmenuzas en pedacitos y atiendes partecita por partecita y lo vuelves a juntar tienes un proyecto resuelto.
Claudia tiene tres líneas de negocio en su academia:
El objetivo es hackear tus hábitos para que logres hacer todas las cosas que la gente exitosa hace. Claudia dice que es como ponerles un cohete a sus alumnos para que lleguen a la Luna. Destaca sobre todo el hecho de que todo aprendizaje va acompañado por la ejecución, que es lo que logra estos resultados.
La pandemia impulsó mucho más las clases online y ayudó a que más personas que se fueron acostumbrando al trabajo en remoto tomaran sus cursos. A la fecha cuenta con emprendedores de 25 países. Claudia comenta que previa pandemia realizaba un retiro presencial con los egresados. Espera retomar esta práctica con las nuevas generaciones.
*E. Calva y M. García
