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El ‘fracaso’ de Steve Jobs en Apple que ‘creó’ a Pixar

De acuerdo con Steve Jobs, ser despedido de la empresa que cofundó fue lo mejor que le pudo haber pasado pues experimentó uno de los períodos más creativos en su vida.

Pixar no existiría sin Steve Jobs.
Pixar no existiría sin Steve Jobs. © Foto Arte

Para muchos un despido suele ser un fuerte golpe anímico, pero para Steve Jobs, la expulsión de la empresa que él mismo fundó, fue una oportunidad de gestar grandes historias, incluido el lanzamiento de Pixar.

Con una gran fortuna producto del éxito obtenido en Apple, el visionario empresario decidió invertir en una compañía que, sin saberlo, revolucionaría la industria de la animación y el cine a través de películas como Toy Story, Monsters Inc., Cars, Intensamente, entre muchas más.

Los inicios de Pixar

A finales de la década de los años 70, el reconocido director de la saga Star Wars, George Lucas, creó Graphics Group, un área perteneciente a su productora Lucasfilm. Para ello reclutó a un grupo de científicos de la computación que estarían a cargo de desarrollar efectos visuales para las películas de la compañía.

Como resultado de aquellas mentes trabajando en conjunto, surgieron varias innovaciones, siendo la más destacada Pixar Image Computer, un ordenador capaz de crear imágenes de alta resolución.

Sin embargo, como para George Lucas la animación no era prioridad, el proyecto no prosperó ni los especialistas pudieron explotar su máximo potencial.

El desinterés por parte de Lucasfilm, aunado a los problemas económicos que enfrentaba la productora, permitió que Lucas aceptara una oferta de compra por Graphics Group que realizó Steve Jobs, quien recientemente había sido despedido de su propia empresa.

El despido de Steve Jobs

En 1976, Steve Wozniak, Steve Jobs y Ron Wayne fundaron Apple, una compañía que desarrollaría y comercializaría computadoras personales aptas para que cualquier usuario pudiera utilizarlas.

En sus primeros años, la incipiente empresa desarrolló varios modelos, algunos que fueron un gran fracaso y otros como Apple II o Macintosh fueron tan exitosos o innovadores que contribuyeron a posicionarlos como líderes de la industria.

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Jobs mostró interés en convertirse en el director ejecutivo de la compañía; sin embargo, la junta directiva determinó que no estaba listo para tal responsabilidad debido a los malos tratos que tenía hacia el equipo.

Fue esta una de las primeras rencillas entre Apple y el empresario que poco a poco deterioraron la relación.

Para tener a alguien capacitado de gestionar al equipo y el crecimiento que experimentaba Apple, así como desarrollar la compañía aún más, Jobs y la junta directiva tomaron la decisión de contratar a un ejecutivo más experimentado para que asumiera la posición de CEO, y John Sculley fue el elegido para tal tarea.

Sculley, quien fuera presidente de PepsiCo de 1977 a 1983, tenía amplia experiencia en el mundo de los negocios y el marketing, más no así en la industria tecnológica, situación que generaría tensión entre él y Jobs.

Mientras el entonces CEO se enfocaba en obtener resultados financieros, Jobs quería desarrollar ordenadores funcionales, innovadores y estéticos, aunque esto implicara altos costos que no eran del todo redituables.

Las diferencias filosóficas llevaron a que los directivos relegaran a Jobs de aquella división y esto eventualmente terminaría en la salida del cofundador de su propia compañía.

La oportunidad de su vida

Pese a lo escandaloso de la situación y lo que podría haber sido un gran fracaso para Jobs, el visionario empresario encontró una oportunidad para enfocarse en otros proyectos que le apasionaban por igual.

En 1985, el mismo año que salió de Apple, fundó NeXT, compañía que se dedicaría a desarrollar ordenadores, pero para un público más acotado como el educativo y empresarial. Al siguiente año, compró por 5 millones de dólares la división de animación de Lucasfilm, Graphics Group, que posteriormente tomaría el nombre de Pixar.

Tras la adquisición, Pixar continuó ofreciendo servicios de hardware y software, aunque sin los resultados esperados. A la par, la compañía seguía produciendo cortos animados por computadora, no obstante, Jobs sabía que para triunfar en la industria necesitaban tener el respaldo de grandes estudios como Disney.

El ejecutivo entonces comenzó a firmar acuerdos con diferentes compañías, incluida Walt Disney, que tuvo como primer resultado Toy Story (1995), una película revolucionaria en la industria cinematográfica.

El resto es historia. Disney adquirió Pixar en 2006, y se convirtió en un gigante de las películas animadas computarizadas creando emblemáticos títulos como Monsters Inc., Cars, Intensamente, Bichos, Up, Buscando a Nemo, entre muchas otras.

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Por su parte, en 1997 Steve Jobs regresó a Apple y por fin pudo convertirse en el CEO. Bajo su liderazgo la compañía lanzó productos icónicos como iPhone, iPad o el iPod.

En un discurso emitido en la Universidad de Stanford en 2005, Jobs afirmó que:

“No lo vi entonces, pero resultó que ser despedido de Apple fue lo mejor que me pudo haber pasado. La pesadez de tener éxito fue reemplazada por la ligereza de volver a ser un principiante, menos seguro de todo. Me liberó para entrar en uno de los períodos más creativos de mi vida”.

Un despido no es fácil en varios sentidos como el anímico y el económico; sin embargo, esta situación puede ser una oportunidad para encontrar un mejor trabajo, hacer lo que te apasiona y habías relegado, o simplemente detenerse un momento y así ver oportunidades que, por el ajetreo diario, pasamos por alto.

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autor Comunicóloga y mamá. Con 10 años de experiencia, he podido contar historias relacionadas con los negocios, finanzas personales, cultura laboral, emprendimiento y tecnología.