Don Baldemar es un ilustrador autodidacta de 77 años a quien las redes sociales le cambiaron la vida. Tras 10 años de vivir en la calle, Tania Ríos compartió la historia de este “abuelito” a quien conoció en pandemia. El contenido se viralizó y ahora ya tiene hogar, sin mencionar que su arte se extendió por México y el mundo.
Este es el conmovedor caso de “Don Balde”, un destacado ejemplo del impacto positivo que pueden tener las redes sociales.
Don Baldemar es un artista de la tercera edad quien recuerda dibujar desde los 11 años. Sus ilustraciones suelen incluir animales pues vivió en el campo hasta los 18 años, edad en la que se mudó a la Ciudad de México.
Posteriormente emigró a los Estados Unidos junto a su familia en busca de una mejor vida, ahí residió por cerca de 20 años; sin embargo, fue deportado.
Tras esta situación, perdió todo contacto con sus seres queridos, además, a falta de ingresos y debido a que no contaba con registros de identidad, no tuvo más opción que vivir en la calle.
Por más de 10 años esa fue la realidad para el adulto mayor quien dormía en una banca ubicada en la avenida Paseo de la Reforma frente a la Diana Cazadora.
Previo a que su historia se viralizara, los días de Don Balde transcurrían en esa banquita que, además de su cama, era un “estudio” en el que pasaba su tiempo dibujando. Con el poco dinero que conseguía, en ocasiones podía pagar unas noches de hotel para dormir, bañarse y lavar su ropa.
En 2020, en plena pandemia, Tania Ríos se encontró al ilustrador mientras trabajaba en su arte sentado en la banquita. La escena capturó su atención por lo que se acercó a platicar con el adulto mayor quien le contó su historia.
La conmovedora situación de Don Balde hizo que Tania decidiera apoyarlo, fue así que recurrió a las redes sociales para compartir la historia y dibujos, y conseguir que más personas se sumaran para ayudar al talentoso dibujante.
Pronto el tuit se viralizó y algunos usuarios compraron su arte o hicieron donativos para el señor. Aunque las ventas aún no eran lo suficiente para salir de la calle, el artista se mostraba entusiasmado para seguir dibujando. La vida de Don Balde cada vez captaba más miradas y varios medios de comunicación acudieron a entrevistarlo.
Tania no iba a parar hasta que él tuviera una mejor vida, así que decidió abrir una cuenta de Instagram para difundir el talento del “abuelito”. También, organizó la primera exposición con sus obras en la misma banca que era su hogar. Gracias al poder de convocatoria de las redes sociales, varias personas llegaron al encuentro.
Este fue solo el punto de partida de las grandes cambios y logros. Con el paso del tiempo, se presentó la oportunidad de que su arte se exhibiera en una galería en la colonia Roma, así como en Imaginaria Café; todo esto contribuyó a hacer aún más eco de la historia.
Artistas como Taquito Jocoque se sumaron a la causa y llevaron los dibujos de Don Balde a galerías en San Miguel de Allende, lo recaudado ayudaría a pagar hospedaje temporal para el adulto mayor que aún vivía a la intemperie.
En 2022, tras dos años de que se diera a conocer su historia, Tania organizó una rifa que le permitió rentarle un cuarto al ilustrador. Él aseguraba tener su propio “pent-house”.
En esta época también pudo obtener su identificación oficial, así como registrarse a programas de gobierno que serían una “ayudadita” adicional a sus ingresos por las ventas.
El Internet continuaba impulsando las obras de Don Balde, de hecho, ese mismo año tuvo la oportunidad de colaborar con el artista Carlos Rodríguez. Fue tal el éxito, que con lo recaudado pudieron pagar tres meses de renta, y esta obra incluso llegó a Japón.
El “ruido” generado en redes sociales y las posteriores réplicas en la prensa, permitieron que una mujer radicada en Texas diera con su hermano, a quien le había perdido la pista tras la deportación. Así fue que retomó, a distancia, la relación con su familia.
Las entrevistas, exposiciones, ventas y donaciones siguen llegando para Don Balde, quien cuenta con una gran comunidad en internet. Es precisamente el trabajo en conjunto lo que ha permitido que este abuelito ilustrador pueda tener un techo, ropa, comida y sobre todo, reconocimiento de miles de personas que valoran su arte.
Hay varias formas de apoyar a Don Balde:
Tú puedes formar parte del movimiento #NOMÁSCALLEPARADONBALDE, para que así este talentoso viejito pueda contar con lo necesario para seguir haciendo arte.
