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08-07-2022, 12:18:15 PM

Cuando su abuelo lo despidió, este joven tuvo que ‘cambiar de chip’. Hoy es dueño de Churrería Porfirio

Churrería Porfirio es una opción para emprendedores con un perfil apasionado y sin muchos recursos para invertir ni conocimiento especializado.

Conoce la historia de Churrrería Porfirio
Conoce la historia de Churrrería Porfirio © Emprendedor.com

Raúl Muñoz trabajaba en la empresa familiar que inició su abuelo, un negocio dedicado a la inyección y soplado de plástico. Don Raúl Ramírez siempre decía: “Afuera son mi familia, pero adentro son mis empleados.” Y lo cumplió. Hubo un desacuerdo entre el abuelo y el nieto que provocó el despido del joven de la tercera generación de la compañía.

Buscó empleo por nueve meses y no tuvo éxito. El día que por fin lo aceptaron en un desarrollo industrial, recibió una llamada de su abuelo: “Tengo un proyecto para ti. Regresa a la empresa.” Volvió al negocio familiar, pero nada fue igual. El quedarse sin trabajo y tener que tocar puertas le cambió por completo el “chip”.

Ya no quería depender de alguien, aunque estuviera colaborando con su familia. Su mentalidad era otra y se atrevió a decirle a su abuelo: “Yo quiero poner mi empresa.” Así comenzó a crear el concepto de una barbería, que sigue abierta hasta hoy. Al mundo de las franquicias llegó cuando conoció Franquicia Master, dueños de ocho marcas: Bubble Waffle, Splash Fun, Chicago Pops, Flavor Cup, Frozen Donuts, Sky Rocket Pizza, Hot Run y Churrería Porfirio.

“Una vez fui a comer a Bubble Waffle y me encantó. Ahí estaba la dueña de esa sucursal, quien después me presentó a José Luis Uberetagoyena y Vladimir Ramírez, los fundadores de Franquicia Master. El mismo día que platiqué con ellos firmé tres marcas: Bubble Waffle, Splash Fun y Churrería Porfirio”, cuenta Raúl.

El hoy franquiciatario siguió la recomendación de Emprendedor.com: antes de invertir en una franquicia investigar a fondo y visitar a los franquiciatarios de diversas marcas para que te platiquen cómo les va. Preguntar si alguna unidad ha tenido que cerrar y las razones.

El común denominador de los emprendedores es que están en continuo movimiento, haciendo muchas cosas, y en ese sentido, Raúl no es la excepción. Desde niño compraba y vendía piezas de autos. A los 13 años se involucró en el retail. También intentó poner un autolavado. “Siempre he estado en la jugada”, asegura. “Vengo de una familia empresaria en donde me inculcaron el trabajo.”

El desarrollar su barbería le tomó más de seis de meses y en el proceso se dio cuenta de que era complicado crear una empresa desde cero, darla a conocer y posicionarla. Además,  no logró consolidar una sociedad que había iniciado con un amigo y desajustó sus finanzas. Fue cuando surgió la oportunidad de adquirir una franquicia, un modelo de negocio ya desarrollado y con el respaldo de una marca.

Imagen: Isaac Alcalá / Emprendedor.com

De manos del experto de Churrería Porfirio

El hoy franquiciatario reconoce que una franquicia no te asegura el éxito, “sin embargo, tengo el respaldo de un holding –Franquicia Master–, con mucha experiencia en el desarrollo de marcas accesibles para los emprendedores, siempre buscan un ganar-ganar y además están presentes en Centro y Sudamérica”, comenta.

En especial, Churrería Porfirio es una opción ideal para un franquiciatario joven, amante del café y del chocolate, que le guste la industria de alimentos y bebidas y que se  identifiquen con la marca. La inversión para esta marca es de 300,000 pesos más la adecuación del local, y su modelo de negocio se centra en comercializar churros, chocolate, café, frappes y comida dentro de una cafetería ambientada entre los años 1910 y 1920.

Por las tardes, los clientes habituales son gente joven de entre 20 y 28 años que estudia o trabaja. En las mañanas acuden adultos mayores. La mayoría de los consumidores son de nivel socioeconómico C y C+, quienes buscan una cafetería tradicional donde compartir tiempo con la pareja, amigos, familia o en compañía de uno mismo. Atiende a sus clientes principalmente en redes sociales, página web, una app, por teléfono y vía WhatsApp, así como de manera personal en la unidad.

El logro más importante de Churrería Porfirio es que en tan solo cuatro meses vendió seis franquicias en México y una en Centroamérica. “El modelo de negocio es exitoso porque está probado, es innovador, fácil de operar y rentable”, afirma Raúl, quien vende semanalmente entre 2,000 y 2,500 churros en una sucursal pequeña, de aproximadamente 25 metros cuadrados, ubicada a pie de calle.

Imagen: Isaac Alcalá / Emprendedor.com

Pérdidas y lecciones

¿Cuál es el mayor reto? “Como franquiciatario, seguir abriendo unidades. Me gustaría comenzar a crecer en plazas comerciales”, dice.

Este emprendedor advierte el error que jamás debes cometer con una franquicia: “Querer manejar tú la marca y no apoyarte en los expertos. Al comprar una franquicia estás adquiriendo experiencia.”

Gracias a su experiencia en Churrería Porfirio, Raúl tiene hoy la capacidad de operar una sucursal en toda la extensión de la palabra, desde la preparación de un chocolate, churro o café, hasta la compra de insumos o el manejo del inventario. “Tenía un total desconocimiento de eso, pero con la ayuda de Franquicia Master he aprendido a hacer todo. Si me quedo sin nadie en la sucursal, no hay problema”, bromea.

Otra lección que comparte es enfrentar tus miedos y reconocer que en el camino puedes cambiar de prioridades. Raúl sintió temor de lastimar la relación que tenía con su abuelo, el fundador de la plastiquera, al decirle que quería emprender. Pensó que le diría: “¿Qué haces? Quédate aquí. Tenemos una compañía con casi 50 años, consolidada. Tú eres la tercera generación.”

Raúl había estudiado ingeniería industrial para trabajar en el negocio familiar, ese era su sueño, pero los sueños también cambian y las circunstancias se mueven para hacerlos realidad. “En el momento que llegué con mi abuelo y le dije: ‘¿sabes qué?, voy a emprender’, él me contestó: ‘¡Muchas felicidades! ¡Qué gusto que estás emprendiendo!’ Y me dio capital para seguir con la barbería que tengo hasta el día de hoy. Luego comencé con las franquicias.”

El emprendedor y franquiciatario recuerda la emoción que sentía de poder llevar a su abuelo y a su familia a conocer su primer negocio. Pero, tres semanas antes de que abriera su local, su abuelo murió. “Un día antes él me decía: ‘Por favor, ¿cuándo voy a conocer tu barbería?’ Ya no fue posible.”

Pese a la pérdida, Raúl aprendió de su abuelo el elemento clave para alcanzar el éxito: la perseverancia. “Ser sumamente pacientes. A veces, cuando crees que las cosas van mal, es porque viene algo mejor.” Como a él mismo le pasó cuando su abuelo lo despidió de la empresa familiar: de algo “malo” surgió algo bueno: el profundo anhelo de ser emprendedor.

Imagen: Isaac Alcalá / Emprendedor.com   

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autor Periodista. Amo escribir de empresas y emprendedores.