¿Conoces la nochebuena silvestre? Así se diferencia de la planta comercial
La nochebuena silvestre es un tesoro natural y cultural de México. Su investigación y conservación aseguran su riqueza.
La nochebuena silvestre (Euphorbia pulcherrima), a menudo asociada con las festividades decembrinas, es una planta que además de embellece nuestros hogares durante la Navidad, también tiene un impacto significativo en la economía y biodiversidad de México. Aquí conocerás más sobre esta planta.
Nochebuena silvestre de origen mexicano
Aunque se comercializa principalmente durante seis semanas al año, la nochebuena es la planta de maceta más vendida en el mundo. Sin embargo, pocos saben que esta planta es originaria de México.
Crece en estado silvestre a lo largo de la costa del Pacífico, desde el sur de Sinaloa hasta Guatemala, y desde el centro de Guerrero hasta el sur de Morelos.
Desde tiempos prehispánicos, la nochebuena ha sido cultivada en jardines mexicanos. Sus flores adornaban los altares dedicados a la diosa Tonantzin, y esta tradición perdura hasta nuestros días. La nochebuena no solo es una planta decorativa, sino que también es un símbolo de la riqueza cultural y natural de México.
¿Cómo es la nochebuena silvestre?
La nochebuena silvestre es un pequeño árbol o arbusto caducifolio que puede alcanzar hasta 4 metros de altura. Sus hojas son lanceoladas u ovadas-elípticas, y pueden ser enteras o dentadas, aportando un toque de diversidad a su apariencia.
Por otro lado, los tallos de la nochebuena son gruesos y lisos, soportando hojas simples que se disponen de manera alterna a lo largo de la planta. Estas hojas, con márgenes lisos o dentados, son venosas y sinuosas, con dos senos laterales profundos delimitados por crestas subagudas. Esta complejidad en la estructura de sus hojas añade a la planta un carácter único y distintivo.
En la punta de los tallos, estas plantas nos muestran una única flor femenina sin pétalos ni sépalos, rodeada de pequeñas flores masculinas. Pero aquí viene la sorpresa: todo esto está contenido en una estructura especial llamada ciato, exclusiva del género Euphorbia.
Cada ciato produce una pequeña glándula amarilla con dos labios, que junto con las grandes y vibrantes brácteas rojas, crean la ilusión de ser flores llamativas. Sí, esas brácteas rojas que todos conocemos y amamos no son realmente pétalos, ¡pero no se lo digas a nadie! Son la característica más icónica y visualmente impactante de la nochebuena.
La floración de la nochebuena ocurre en invierno, específicamente de noviembre a febrero en el hemisferio norte. Para que la planta florezca adecuadamente, necesita pasar alrededor de 12 horas en completa oscuridad cada día, desde octubre hasta Navidad.
Diversidad genética
En 1828, J.R. Poinsett, el primer embajador de los Estados Unidos en México, llevó nochebuenas de la zona de Taxco a un jardín botánico en Filadelfia. Estas plantas se reprodujeron rápidamente y para 1834 ya florecían en Europa. Hoy en día, los descendientes de estas plantas mexicanas se cultivan en todo el mundo.
A pesar de su popularidad, las variedades cultivadas de nochebuena tienen problemas significativos: sus hojas se caen con facilidad, no soportan bien el frío y son vulnerables a las plagas.
Protección y conservación
El estudio de la genética de la nochebuena ha permitido identificar las poblaciones más vulnerables a la extinción debido a las actividades humanas. Menos del 20% de las poblaciones de nochebuena silvestre están en zonas protegidas, pero, afortunadamente, la mayoría de las poblaciones silvestres han perdurado en los últimos 60 años.
Durante diversas investigaciones, se descubrieron poblaciones con características únicas que podrían beneficiar a los cultivos comerciales. En Michoacán, por ejemplo, se encontraron variedades con flores blancas, mientras que en Sinaloa se identificaron poblaciones que podrían ser más resistentes al frío.
México es un país con una biodiversidad impresionante, representando el 10% de las especies conocidas a nivel mundial. Sin embargo, esta riqueza también atrae la atención de quienes buscan explotarla. Un ejemplo claro es la nochebuena.
En 1994, una horticultora estadounidense se llevó plantas de México bajo un permiso de investigación científica, pero terminó dando semillas a una empresa estadounidense que patentó un híbrido en 2007. Este híbrido, llamado Dulce Rosa, se comercializó internacionalmente en 2010.
Importancia económica
En México, la venta anual de estas plantas genera alrededor de 700 millones de pesos, con aproximadamente 20 millones de plantas vendidas cada año. Aunque estas cifras son significativas, palidecen en comparación con Estados Unidos, donde una empresa domina el 70% del mercado mundial y las ganancias pueden alcanzar hasta 144 millones de dólares anuales.
A pesar de ser una planta nativa de México y tener una profunda tradición cultural, la mayoría de las nochebuenas que se compran en el país son cultivadas y patentadas en Estados Unidos. La investigación en curso es crucial para que los productores mexicanos puedan recuperar el liderazgo en el cultivo de esta planta emblemática.