En el competitivo mundo de la ciencia y la tecnología, son pocos los investigadores que logran dar el salto al emprendimiento con éxito. Una excepción destacada es la Dra. Elina Berglund, una investigadora de origen sueco de 39 años que ha revolucionado el campo de la salud reproductiva con su innovadora empresa, Natural Cycles, la cual inició operaciones en el 2013.
Su innovación no solo dio una alternativa para millones de mujeres cansadas de tratamientos hormonales, sino que también destacó el poder transformador de la ciencia en el ámbito empresarial. Para el 2018, su aplicación para el control de la natalidad se convirtió en la primera en ser aprobada por la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) de EUA.
La Dra. Elina Berglund nació en una familia de científicos y emprendedores, una combinación que, según ella, los hacía “curiosos pero ambiciosos”. Desde temprana edad, estuvo inmersa en un ambiente donde la investigación y la innovación eran parte de la rutina diaria, lo que inspiró su deseo por comprender los misterios del universo.
La curiosa mujer estudió ingeniería física en el Lund Instituto de Tecnología y después un posgrado en ciencia. Cursó también un doctorado en física de partículas elementales. A la par de sus estudios, colaboraba en el proyecto de ATLAS de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), donde el equipo que conformaba ganó el Premio Nobel por el descubrimiento de la partícula del bosón de Higgs.
Sin embargo, a medida que avanzaba en su carrera, y en su deseo por convertirse en madre, comenzó a interesarse por un campo completamente distinto a la física nuclear: la salud reproductiva. “Me desconcertaba cómo podíamos vivir toda nuestra vida sin comprender la biología básica de nuestros propios cuerpos”.
Fue así que desarrolló Natural Cycles, la primera aplicación para el control de la natalidad aprobada por el citado organismo regulador.
“Después del descubrimiento del bosón de Higgs, mi tiempo en el CERN estaba llegando a su fin. Si bien mi amor por la física permaneció, sentí la atracción de una nueva aventura. Vi una oportunidad de aplicar las habilidades que había aprendido como científico a mis propios datos”, recopila la página de la app.
De esta forma, con su experiencia en codificación, pasó todo un año investigando en su casa las habilidades que necesitaba para hacerlo con su proyecto personal.
Natural Cycles marcó un hito en la salud digital, validando la eficacia de la tecnología de seguimiento de la fertilidad. La aplicación funciona mediante el seguimiento de la temperatura basal del cuerpo para determinar los días fértiles de una mujer, ofrece una alternativa no hormonal a los métodos anticonceptivos tradicionales.
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Sin embargo, su camino no ha estado exento de desafíos, pues recibió quejas de algunas mujeres que declararon haber quedado embarazadas mientras usaban la app. Para Berglund, es importante tener en cuenta que ningún método anticonceptivo es 100% efectivo y que si se quiere tener 100% de seguridad, es mejor aplicar un método de barrera, aunque para muchas usuarias ha sido de gran utilidad conocer mejor su ciclo reproductivo y desarrollo para su planificación familiar.
Aún con la controversia, Natural Cycles, junto con otras aplicaciones de seguimiento de la fertilidad como Flo y Clue, ha acumulado millones de usuarias en todo el mundo.
Una de las principales ventajas de Natural Cycles es su bajo riesgo de efectos secundarios graves, como coágulos de sangre y cáncer de cuello uterino, problemas asociados a menudo con los métodos anticonceptivos hormonales. “Me ha ayudado a entender mi cuerpo”, es un testimonio común entre las usuarias de la aplicación, que valoran la capacidad de monitorear su salud reproductiva de manera natural y precisa.
El costo de Natural Cycles es de 65 dólares al año, una inversión que muchas consideran valiosa por la tranquilidad y el control que proporciona sobre la salud reproductiva.
La historia de la Dra. Elina Berglund es un testimonio inspirador de cómo una investigadora puede convertirse en una exitosa emprendedora. Al igual que muchos investigadores que se han aventurado en el mundo empresarial, ella utilizó su conocimiento científico para resolver un problema real, mejorando la vida de millones de personas en el proceso.
En un contexto donde cada vez más creativos científicos están explorando el emprendimiento, esta mujer destaca como un ejemplo. Su trayectoria demuestra que la curiosidad y la ambición, combinadas con una sólida formación, pueden llevar a innovaciones que no solo tienen éxito comercial, sino que también tienen un impacto significativo en la sociedad.
