Aunque es común “quemarse” en el camino hacia alcanzar una meta, hay algunas acciones que puedes implementar para que este no sea tu caso.
A lo largo del año constantemente tenemos que enfrentarnos al cumplimiento de diferentes metas laborales que, en ocasiones, pueden llegar a convertirse en importantes cargas que derivan en el famoso “burnout”, es decir, en un elevado nivel de agotamiento físico y emocional.
Y es que no solo nos enfrentamos al acelerado ritmo de trabajo que se vive en las compañías actualmente, también entran en juego los altos estándares o metas que nosotros mismos nos autoimponemos y que contribuyen a que terminemos “quemados”.
Si a esto agregamos también factores como el hecho de ser madres, las posibilidades padecer burnout se incrementan, así lo afirmó el Centro de Investigación sobre la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) del IPADE Business School que en un estudio encontró que las mujeres trabajadoras con hijos tuvieron un nivel de agotamiento de 3.071 frente al 2.3 registrado por los padres de familia.
¿Cómo saber si ya caí en el burnout?
Los especialistas han encontrado algunos síntomas o comportamientos de las personas que padecen el burnout, entre los que se encuentran:
- Agotamiento físico (pérdida de energía)
- Malos hábitos de sueño
- Estrés crónico
- Sentirse desmotivado en el trabajo
- Constante irritabilidad y enojo en horarios laborales
- Baja autoestima o sentirse incapaz de afrontar nuevos desafíos laborales
- Necesidad o deseo de aislarse del resto de tus compañeros
- Apatía o cinismo ante todo lo relacionado con tu trabajo
- Baja en el rendimiento y productividad
Alcanzar tus metas sin quemarte en el intento
Para poder alcanzar tus metas y evitar padecer burnout con las implicaciones que esto tiene, te damos los siguientes consejos que te pueden ayudar:
- Establece objetivos realistas. Hazlo tanto en tiempo como en lo que aspiras a alcanzar, de lo contrario, tendrás más probabilidades de “quemarte” por tratar de conseguir imposibles.
- Desglosa esos objetivos en tareas más pequeñas o etapas. De esta manera puedes ir dando pasos que no solo te acerquen a la meta, sino que sirvan de motivación al ir viendo el progreso.
- Gestiona correctamente tu tiempo. Fija horarios que te sirvan como periodos de concentración para avanzar tanto como sea posible.
- Habla con tu equipo de trabajo. En la medida de lo posible, establece fechas realistas que no impliquen una sobrecarga laboral.
- Aprende a decir “no”. Pon límite a más tareas que impliquen una carga excesiva de pendientes y que te alejen de las metas que te fijaste.
- Busca o recupera la inspiración que te llevó a establecer esa meta. Esto te ayudará a estar más motivado en tu camino a alcanzarla.
- Descansa. Destina tiempo para ti, para alejarte de la rutina, despejar la mente y relajarte, verás el impacto positivo que esto tendrá a nivel personal y, por consiguiente, en la consecución de resultados.
Alcanzar tus metas no tiene por qué ser un proceso tortuoso que te lleve al agotamiento, sigue estos consejos para que disfrutes el camino y llegues al destino deseado.