



Las flores de cempasúchil son originarias de México y son parte de nuestra identidad nacional desde hace mucho tiempo. Tanto así, que los arqueólogos han descubierto evidencias de que estas flores se usaban en Mesoamérica desde hace 3,000 años.
Su nombre proviene del náhuatl Cempohualxochitl, que significa veinte flores o varias flores. Nuestros antepasados relacionaban su vivo color amarillo con el sol; y al usarlas creían que estas flores guiarían a sus muertos a las ofrendas.
Sin embargo, pese a ser una flor muy mexicana, China actualmente es el país líder en producción del cempasúchil.
De 1960 a 1990 nuestro país fue potencia en la producción del pigmento natural que se extrae de la flor del cempasúchil y se usa en diferentes industrias como la avícola, farmacéutica y de cosméticos.
No obstante, China desplazó a México hace unos años y parece que produce tres cuartas partes de la flor a nivel mundial; seguida de India y Perú.
Desafortunadamente México no figura en la lista de los principales productores de esta flor y es que estos países han modificado sus semillas en laboratorios para incrementar el número de sus flores, entre otras cosas.
El cempasúchil chino es conocido como Marigold y aunque tiene un aspecto similar al mexicano, posee algunas diferencias notables a simple vista:
En cambio, la flor mexicana cuenta con las siguientes características:
Ya lo sabes, cuando vayas a comprar flores de cempasúchil para montar tu ofrenda, que sean mexicanas. De esta manera, apoyas a los productores nacionales y contribuyes a mantener muy viva la tradición de Día de Muertos.