Se intuía y ahora se sabe: el 80% de las búsquedas laborales de empresas son ocultas; es decir que no están publicadas, por lo que el simple hecho de enviar tu CV para postularte no alcanza en muchos casos. Quienes reclutan talento tienen otros métodos, como los referidos internamente, los contactos con profesionales de empresas competidoras y también, aquellos perfiles que lucen por tener un muy buen currículum social.
Por eso es que lo que hacemos dentro de Internet también es un factor que puede ayudarte a conseguir lo que quieres.
El currículum social es una de las nuevas formas de evaluación de personal que muchas empresas y reclutadores empiezan a adoptar por sobre el tradicional currículum vitae o como complemento de éste.
Se trata de una práctica en que los selectores de personal cotejan información sobre los candidatos a un puesto para conocer su perfil personal y hacerse de una impresión de quien es el candidato por medio de sus publicaciones en redes sociales.
Durante gran parte del siglo pasado una de las formas más seguras y rápidas que tenían las empresas y los empleadores para hacerse de una trayectoria laboral sobre las personas que aspiraban a un puesto de trabajo, era con el currículum vitae impreso.
En este siglo, eso ha cambiado.
La presencia en redes sociales que todos tenemos en al menos una de ellas nos pone a una búsqueda de distancia de cualquier persona del mundo, incluyendo nuestros potenciales empleadores.
Facebook lo ha hecho aún más fácil. Con tal solo el nombre o el email de un usuario podemos acceder al perfil personal de casi cualquier persona. Los reclutadores usan esto y lo toman como una de sus fuentes de información cuando necesitan saber si el candidato es idóneo al puesto al que aspira.
Según una encuesta realizada por CareerBuilder, un popular sitio de empleo de los Estados Unidos, a 1000 gerentes de contratación y profesionales de recursos humanos, la mitad de los empleadores buscó y descartó candidatos a un puesto laboral basado en las redes sociales del usuario que visitaron.
Básicamente, lo hicieron en base a la información que les suministró el perfil personal dentro de las redes sociales en donde participaba el candidato, sobre los antecedentes que respaldaran sus aptitudes para el puesto al que aspiraba.
Imagen: Depositphotos.com
Según esta misma encuesta de CareerBuilder, los reclutadores buscaron confirmar datos. Para tomar la decisión de si ese candidato era apto para el puesto consideraron: si el candidato era creativo (34% de ellos se centraron en este punto); si el candidato transmitía una imagen profesional (33%); si el candidato mostraba una amplia gama de intereses (31%) y si el candidato les daba la sensación de tener una personalidad que podría encajar con el ambiente laboral al que aspiraba (31%).
También, en un 28% de los casos, se tomaron en cuenta si el candidato poseía buenas habilidades de comunicación. Y un 26% de los reclutadores observó si el candidato había recibido premios y reconocimientos que confirmaran los datos de su currículum vitae.
Entonces podemos decir a ciencia cierta que los reclutadores se interesan en nuestras redes sociales en tanto les provea información de valor sobre quiénes somos y qué estamos haciendo en relación con nuestro campo laboral y profesional.
De esto se desprende la importancia de poder entender que las redes sociales pueden ser una puerta de entrada hacia nuevas oportunidades en el mundo interconectado en el que vivimos o, todo lo contrario, una verdadera pesadilla si solo acostumbramos a usar las redes sociales como un hobby o un pasatiempo sin sentido. O algo mucho peor, si ni siquiera tenemos un Facebook o una cuenta en Twitter.
¿Te imaginas pretender un puesto de community manager para una gran empresa y que cuando te busquen tu última actualización de Twitter haya sido en marzo de 2013? ¿Qué crees que pensará esa empresa?
Considerando que las redes sociales ya no son un simple pasatiempo cuando hablamos de vida profesional y laboral, debemos tener en cuenta que podemos “optimizarlas” y lograr una buena impresión para que el posible reclutador se lleve una buena impresión de nosotros y complemente los datos que ya tiene por escrito sobre nosotros en nuestro currículum vitae.
Por eso, considera lo siguiente:
Deberías tener una cuenta profesional en LinkedIn donde el potencial empleador te busque y pueda ver exactamente tus habilidades validadas por medio de las interacciones sociales que permite la plataforma.
Esto, además de destacar tus certificaciones, puestos laborales anteriores y aptitudes generales, va a aumentar la confianza del empleador en tu perfil profesional y causará una buena impresión.
LinkedIn es la red social por definición que cualquiera que esté en la búsqueda de trabajo debe optimizar en detalle para lograr mejores resultados. Y no solo cuando estamos buscando trabajo, sino permanentemente.
No es lo mismo decir que has trabajado con varios grupos de personas sin poder demostrarlo que publicar fotos donde se te vea trabajando con grupos de personas.
La validación de los antecedentes, que según CareerBuilder el 37% de los empleadores tomó en cuenta en sus análisis de perfil, es una de las mejores formas de mostrar quien eres y lo que haces.
Además, las fotos son una prueba social inescrutable que demuestra que, en efecto, haces lo que dices.
Los comentarios en este tipo de posteos también son una fuente de información que muchas veces nos dice cómo es alguien y que tanto conoce su campo.
Si sabes de lo que hablas y además tienes ganas de compartirlo en formato de video, muchos reclutadores toman en cuenta que tan convincente eres con tus contenidos en videos y si publicaste o no un video, según CareerBuilder, el 21% de los reclutadores buscó videos de sus candidatos.
En esta época debemos recordar que lo que hagamos en las redes sociales y lo que decimos o mostramos en video, conforma nuestra huella digital. Huella que va a perdurar en el tiempo y que puede favorecer u obstaculizar nuestras aspiraciones personales.
Los youtubers nos han enseñado que el video es una poderosa herramienta de información y de ellos tenemos que poder aprender que lo que sirve a todo el mundo también puede servir para encontrar trabajo.
No te concentres en aumentar el número de seguidores, concéntrate en dar una buena primera impresión para cualquiera que te busque en las redes sociales y en tener contenido de valor, en compartirlo.
No estamos hablando de que el empleador busca influencers ni youtubers , los empleadores buscan validación de habilidades profesionales. Son dos cosas distintas y no deben confundirte.
De lo que se trata es de concentrarse en tener coherencia entre los datos que ofreces en tu currículum tradicional con lo que posteas en tus redes sociales personales. Eso, en síntesis, es el currículum social y allí reside su poder.
