



Con más de tres décadas de experiencia en el mercado financiero mexicano, CAME (Sociedad Financiera Popular, SOFIPO) destaca como habilitador de servicios financieros para microempresarios y emprendedores. Como uno de sus pilares del crecimiento, esta institución ha transformado sus operaciones mediante la tecnología y un enfoque centrado en el cliente.
La visión es clara: ser un motor de inclusión y crecimiento en México, demostrando que la tecnología puede ser un puente hacia un futuro más equitativo y próspero. Por eso, desde 2019, CAME ha emprendido una ambiciosa estrategia de digitalización que incluye la implementación de un ERP y core bancario en la nube.
Nuestra transformación digital es fundamental para convertir a CAME en una empresa más ágil, rentable y centrada en el cliente”, afirma en entrevista Pablo Varela, CEO de CAME.
Una de las iniciativas clave fue la alianza con Techreo en 2021, que permite a los clientes acceder a servicios financieros desde cualquier dispositivo digital, incluyendo localidades sin sucursales físicas. Esto ha sido esencial para la inclusión financiera, llevando productos como ahorros, inversiones y microcréditos a segmentos de la población históricamente desatendidos.
Según Varela, esta digitalización ha mejorado procesos y resultados: “A través de nuestra aplicación, los clientes pueden acceder a un crédito, pero también a cuentas de ahorro y de inversión. La tecnología nos ha permitido balancear nuestra oferta, que antes estaba más enfocada en el crédito” comentó.
CAME mantiene un portafolio diversificado de productos financieros, pero destaca especialmente por sus créditos productivos. “Lo que buscamos es que nuestros dos principales proyectos sean créditos productivos, es decir, que el destino sea su microemprendimiento o negocio”, explicó Varela.
Los clientes utilizan principalmente estos créditos para capital de trabajo y adquisición de activos, asegurando el desarrollo sostenible de sus negocios.
Un aspecto diferenciador de CAME es la agilidad en sus procesos. “Podemos aprobar un crédito productivo el mismo día en que se solicita, gracias a nuestra plataforma y aplicación, que centralizan toda la información necesaria para tomar decisiones rápidas”, comentó Varela.
Además, los clientes deben realizar todo el proceso a través de la aplicación, lo que garantiza un análisis detallado del comportamiento financiero y asegura decisiones basadas en datos confiables.
El compromiso de CAME va más allá de la rentabilidad; su enfoque está orientado a apoyar a los sectores no bancarizados y a las comunidades con menores oportunidades económicas. Según Varela, “muchos de nuestros clientes acceden por primera vez a un crédito formal con nosotros, y valoran más el servicio, la agilidad y el acompañamiento que ofrecemos, que una tasa específica.
Este modelo ha resultado en índices de cartera vencida por debajo del 3% en créditos grupales y cifras similares en individuales. La cohesión grupal y un análisis crediticio robusto son las claves para estos resultados.
CAME también destaca por su atención a las mujeres emprendedoras, especialmente en los créditos grupales, donde representan un porcentaje significativo de los beneficiarios.
Actualmente, CAME opera en los 32 estados de México, con una fuerte presencia en el Valle de México y Chiapas. En 2024, la institución realizó más de 90,000 inversiones por un valor cercano a los 900 millones de pesos. Para 2025, Varela adelanta que planea seguir creciendo, impulsando el uso de tecnología para alcanzar a más clientes y mejorar sus productos. “Nuestro objetivo es seguir llegando a más personas con servicios financieros integrales y accesibles”.