“No se puede tapar el sol con un dedo”, pero tal vez con ciencia y tecnología sí. De acuerdo con Forbes, Bill Gates está financiando un proyecto que permitiría atenuar la luz solar con el objetivo de “enfriar” la Tierra.
La investigación llamada “Experimento de Perturbación Controlada Estratosférica ” (SCoPEx por sus siglas en inglés) es realizada por científicos de la Universidad de Harvard y tiene la finalidad de lograr que la luz del Sol se refleje fuera de la atmósfera de nuestro planeta.
Esta solución se lograría rociando toneladas de carbonato de calcio (CaCO3) no tóxico en la atmósfera. “SCoPEx es un experimento científico para avanzar en la comprensión de los aerosoles estratosféricos que podrían ser relevantes para la geoingeniería solar”, se lee en la página del proyecto.
El proyecto consiste en liberar un globo con equipo científico, el cual no rociara CaCO3 sino que funcionará como prueba de maniobra y para explorar las comunicaciones y los sistemas operativos.
“Planeamos usar un globo a gran altitud para elevar un paquete de instrumentos aproximadamente a 20 km hacia la atmósfera. Una vez que esté en su lugar, se liberará una cantidad muy pequeña de material (de 100g 2 kg) para crear una masa de aire perturbado de aproximadamente un kilómetro de largo y cien metros de diámetro. Luego, usaremos el mismo globo para medir los cambios resultantes en la masa de aire perturbada, incluidos los cambios en la densidad del aerosol, la química atmosférica y la dispersión de la luz”, explican.
Los opositores a este proyecto creen que la geoingeniería solar podría traer riesgos imprescindibles y cambios extremos en los patrones climáticos que podrían afectar de forma significativa la agricultura y la provisión de las necesidades básicas de alimentos y agua.
Asimismo, explican que los ambientalistas temen que un cambio “dramático” en la estrategia de mitigación se convierta en una “luz verde” para que se sigan emitiendo gases de efecto invernadero sin ninguna variación en los patrones de consumo actuales.
Por otro lado, agregan que los gobiernos aún no cuentan con la legislación necesaria para regular la ingeniería sola, quiénes decidirán cómo se usa y cómo podría ser justa esa decisión.
