



Andrea Cruz Hernández hizo historia al convertirse en la primera mujer aceptada como cadete piloto en el prestigioso Colegio del Aire de México, desafiando décadas de tradición militar masculina y abriendo paso para futuras aviadoras.
Su vuelo en solitario en 2009 marcó un hito en la Fuerza Aérea Mexicana, demostrando que las mujeres pueden alcanzar las alturas del servicio militar aéreo con honor y disciplina.
En 2007, tras abrirse el ingreso de mujeres a tareas militares prohibidas, Andrea Cruz Hernández se convirtió en la primera mujer aceptada en el Colegio del Aire, ubicado en Zapopan, Jalisco, integrando la carrera de Ciencias Militares Piloto Aviador de la Fuerza Aérea Mexicana.
El 27 de enero de 2009, con apenas 19 años, Cruz Hernández voló sola por primera vez a bordo de un avión Bonanza F33‑C (matrícula EBA‑64‑31), durante unos 30 minutos, con el indicativo “Venus”. Este momento representó la culminación de una rigurosa formación y consignó su lugar en los 94 años de historia de la Fuerza Aérea Mexicana.
Apenas unos meses después, el 14 de marzo de 2009, recibió sus “medias alas” como símbolo de su logro. En 2011 se graduó como Licenciada en Ciencias Militares Piloto Aviador en la Universidad del Ejército y la Fuerza Aérea, convirtiéndose oficialmente en la primera mujer piloto militar graduada en esta especialidad.
Para llegar a esta meta, Andrea atravesó un exigente plan educativo militar: durante los primeros años aprendió aerodinámica, navegación, física, meteorología y simulación. En años posteriores, se entrenó en aeronaves como el Cessna 182, Grob G‑120TP y el Pilatus PC‑7, completando más de 250 horas de instrucción de vuelo.
Andrea formó parte de las primeras ocho mujeres en cursar esta carrera en la institución, siendo la única en segundo año en ese momento, mientras otras ingresaron a opciones como control aéreo o meteorología.
Su presencia allanó el camino para que más mujer se incorporaran a roles tradicionalmente masculinos.
Aunque ella fue pionera militar, otras mujeres ya habían alcanzado logros destacados en la aviación civil mexicana. Por ejemplo, Emma Catalina Encinas Aguayo obtuvo su licencia en 1932, convirtiéndose en la primera mujer con licencia de piloto en México.
El logro de Andrea Cruz Hernández representa un avance significativo en la equidad de género en las fuerzas armadas y evidencia cómo la disciplina, el compromiso y el talento femenino pueden volar alto.
Su historia inspira a generaciones de mujeres que buscan escribir su propio legado en la aviación militar.
Andrea Cruz Hernández es una figura emblemática en la historia de la aviación militar mexicana. Su ingreso y graduación como piloto aviador en la Fuerza Aérea no solo simboliza una victoria personal, sino la apertura hacia un Ejército más inclusivo. Su ejemplo nos recuerda que los cielos también pueden ser conquistados con determinación, talento y pasión femenina.