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9 formas de usar el método KonMari en tus amistades, exparejas, clientes tóxicos…

Aplica el método KonMari a tu vida. No te enfoques en lo que quieras dejar atrás sino en aquello que quieras conservar.

Usa el método KonMari en tu vida.
Usa el método KonMari en tu vida. © Depositphotos.com

Mucho se ha hablado en las últimas semanas de Marie Kondo, autora japonesa famosa por su método para ordenar las cosas de nuestros hogares. Esta fórmula, conocida como método KonMari, pasó de un primer libro en 2011 a una serie exitosa de Netflix en 2019, lo que la lanzó a la viralidad en redes sociales y a muchos memes que seguro ya conoces.

Además de ser una autora de moda y la personalidad del momento, me llamó la atención su forma de abordar el concepto de “orden”. Más allá de la serie, quería conocer sobre su método con más detalle y además de los cambios que he aplicado en mi lugar de trabajo y hogar, descubrí que el KonMari también puede aplicarse en otros aspectos de la vida.

Su método es más estructurado pero sencillo: parte del principio de que al ordenar nuestras cosas lo hacemos por lugares, ya sea el clóset, el librero, los cajones o el escritorio, pero sólo conseguimos que en poco tiempo esos lugares se vuelvan a llenar de porquerías.

Lo que Marie Kondo propone es que se ordene por categoría: ropa, libros, papeles, todas las demás cosas que no caigan en esos géneros (cajas, aparatos, cables, regalos) y al final, las cosas de valor sentimental. Esto implica sacar todo lo de cada categoría de sus lugares.

El criterio es sencillo: selecciona no lo que vayas a tirar sino aquello con lo que te vayas a quedar. ¿Cuántas veces compramos ropa con la que no estamos a gusto? ¿Te ha pasado que guardas libros de texto por si un día los necesitas y nada más están ahí robando espacio? ¿Libros que compraste por impulso y pasas años sin leerlos?

Incluso en las cosas de valor sentimental: Objetos que nos regaló una expareja, recuerdos de otros tiempos cuando éramos jóvenes y felices, desde llaveros hasta aparatos rotos, fotos, cajas de regalos, tu uniforme de la secundaria… En fin, cosas nos aferran al pasado.

La reflexión va más allá de las cosas materiales. Vamos por la vida acumulando cosas “Por si acaso” que nunca usamos y comprando objetos que nunca llegaremos a aprovechar. Nos aferramos a otras que ya pasaron y nos cuesta tirar por el temor de la separación y no desperdiciar.

Cómo aplical el método KonMari en tu vida

Aquí tengo otros nueve conceptos en los que podemos aplicar el método KonMari:

1. Información nociva

En nuestras redes sociales seguimos cuentas, agencias y personas que no aportan nada, noticias que nos deprimen o nos preocupan, figuras que nos detona la furia o que nos comentan groseramente. Muchas veces decimos que es para estar al día o conocer qué ocurre en nuestro entorno, pero gran parte de esa información no tiene mayor relevancia en nuestra operación diaria.

¿No sería mejor dejar de seguir a cuentas nocivas y quedarnos solo con las que nos aportan personal y profesionalmente? Aprender a valorar una información más que otra.

2. Amistades que no lo son

Acumulamos relaciones que solo nos buscan por favores o que llevamos años sin ver, nos enteramos de su vida a través de redes sociales, pero ya no tenemos una afinidad por la distancia o el tiempo. Hay quienes incluso nunca fueron amigos en realidad, pero ahí están en nuestro entorno digital. No son contactos profesionales sino personas con las que alguna vez compartimos un tiempo y espacio determinado, pero ya no nos suman. ¿Cuántos de ellos son determinantes en tu vida y cuáles pueden ayudarte a futuras oportunidades de negocio?

3. Relaciones destructivas

En cuanto a nuestras relaciones interpersonales, se trata de no caer en los mismos perfiles de las personas con las que nos hemos separado o se discute por los mismos errores constantemente. Es aferrarse a gente que ya no está, con la que acabamos mal y no hay posibilidad de reparar la relación. Es momento de agradecerles por lo vivido y decirles adiós.

4. Proyectos y clientes tóxicos

En ocasiones le decimos “sí” a todo por quedar bien o por ganar un dinero extra y acabamos enfrascados en proyectos agotadores, clientes que no pagan y exigen cosas no acordadas o jefes que confunden autoridad con el derecho a ofender.

No digo que renuncies a tu trabajo, pero quédate con proyectos que te aporten algo, en los que también tú puedas dar mucho y sobre todo, ser feliz. Por ejemplo, tengo mi proyecto emprendedor y a la vez doy clases. Ambos me hacen feliz, aunque me costó mucho llegar a este punto de equilibrio.

5. Aplicaciones e impulsos por todos lados

Checa tu teléfono y verás cuantas apps tienes, cuantas notificaciones te llegan, los muchos grupos de WhatsApp en los que participas sin que te aporten información relevante a lo largo del día. ¿Y si decides dejar aquellas que no te suman? ¿Poner en pausa algunas redes o desactivar notificaciones? Liberar espacio puede ser mejor de lo que crees, ya que puede mejorar el desempeño del teléfono y evitar perder tiempo poniéndole atención al “ping” del celular.

6. Ambientes nocivos

¿Por qué ir a fiestas que no te interesan para no quedar mal o que no tienen relevancia personal ni profesional? ¿Por qué ir a comidas familiares en las que sueltan preguntas incómodas del trabajo, el novio, la boda o te comparan con tus primos? A veces es mejor evitar esas actividades que consumen tiempo y dedicarte a aquello que te haga mejor emprendedor.

7. Actividades que consumen tiempo y energía

¿Para qué gastar una tarde de sábado en el súper o buscando un regalo si lo puedes hacer otro día con menos gente o comprar online? Si a esas vamos es mejor el ejercicio que a cambio de tiempo y energía, te da felicidad y salud. Si ya limpiaste tu teléfono, puedes investigar apps que te permitan ganar tiempo, ya sea para compras, mensajería, pedir comida, transportarte o planear un viaje. También ahorrarás dinero.

8. Deudas

¿Has encontrado cuentas pendientes por meses sin intereses cuando revisas el estado de cuenta de la tarjeta? Acumulamos deuda pensando que poco a poco se puede pagar, pero eso acaba nuestro dinero y tranquilidad, al grado de que buena parte de nuestro ingreso va más hacia el pago de deudas que hacia la construcción de un futuro financiero. Antes de aceptar otra deuda, paga las que tienes.

9. Compras por impulso o por quedar bien

Se trata de cosas como comprar un automóvil porque tus padres presionan, un aparato de ejercicio que te engañas diciendo que usarás, ropa que no te queda pero estaba en rebaja o gastar media quincena en el antro solo por convivir. Las compras por impulso o por presión son depredadoras naturales de tus planes de crecimiento y son tan comunes que se acaban tus ingresos antes de que te des cuenta, por lo que identificarlos es un buen primer punto.

Al final se trata de quedarte solo con lo que verdaderamente te hace feliz.

método KonMari Salud mental