El "Bushido" o "Camino del Guerrero" era la ley que regía la vida de un caballero peleador japonés.
Por: Isabel Padilla
“El camino del valiente no sigue los pasos de la estupidez. Un perro sin dueño vagabundea libre. El Halcón de un Daimyo (señor) vuela más alto”.
Mirumoto Jinto
La palabra Samurái se utiliza para distinguir a un pequeño grupo de guerreros de élite del antiguo Japón; estos legendarios guerreros han conseguido mantener viva las enseñanzas y sabiduría que han transmitido de generación en generación. El verdadero significado del Samurái es “el que sirve”, y debían cumplir con un estricto código ético y de conducta llamado “Bushido”, también conocido como “El Camino del Guerrero”; era la ley que regia la vida de un Samurái.
Existe una leyenda en Japón en la que un grupo de 47 guerreros se vieron obligados a convertirse en Ronin —aquellos Samurais que se quedaban sin dueño—, ya que su amo se quitó la vida en un acto de “seppuku” —suicidio—, pues había agredido a un alto funcionario del gobierno y fue obligado a hacerlo. Al quedarse sin amo, los antiguos guerreros carecían de alguna meta en la vida, por lo que decidieron vengar la muerte de su daimyo, con el asesinato del alto mando que los había dejado sin amo. Cuando esto sucedió, los 47 ronin se entregaron voluntariamente a la justicia y fueron sentenciados a quitarse la vida.
Esta historia representa lo que es un Samurái: guerreros que fueron guiados por los valores que componen el Bishudo; justicia, valor, lealtad y honor. Una historia que nos enseña la importancia de mantenerse firme a tus convicciones y a luchar por lo que crees. Así que busca el Samurái que llevas dentro y aplica las virtudes del Bushido para seguir el Camino del Guerrero:
1. Gi (Justicia)
Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya. Para un auténtico samurái no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia, sólo existe lo correcto y lo incorrecto
2. Yuuki (Valor heroico)
Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte. Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.
3. Jin (Compasión)
El samurái debe tener compasión. El samurái debe ayudar a sus hermanos en cualquier oportunidad. Si ésta no surge, se sale de su camino para encontrarla.
4. Rei (Cortesía)
Ser un guerrero no justifica la crueldad. Los samuráis no tienen motivos para ser crueles, no necesitan demostrar su fuerza a nadie salvo a sí mismos. Un samurái siempre debe ser cortés, especialmente hacia sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto hacia sus oponentes, el samurái no es mejor que los animales. Un samurái es temido por su fiereza en la batalla, pero es respetado por su manera de tratar a los demás
5. Meiyo (Honor)
El auténtico samurái sólo tiene un juez de su honor: él mismo. Las decisiones que toma y cómo las lleva a cabo son un reflejo de quién es en realidad. Nadie puede ocultarse de sí mismo, y los samuráis no son una excepción.
6. Makoto (Sinceridad absoluta)
Cuando un samurái dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en este mundo lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de dar su palabra. No ha de prometer. El simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer. “Hablar” y “hacer” son la misma acción para un samurái.
7. Chuugi (Deber y lealtad)
Para el samurái haber hecho o dicho “algo” significa que ese “algo” le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Para aquello de lo que es responsable permanece fieramente fiel. Las palabras de un samurái son como sus huellas: puedes seguirlas donde quiera que él vaya, es por esto que debe tener cuidado con el camino que elija.
Escrito originalmente para Cultura Colectiva