Luego de enamorar al mundo con ChatGPT y Dalle-E, Sam Altman está enfocado en Worldcoin, su proyecto más polémico hasta ahora. La nueva tecnología del CEO de OpenAI consiste en escanear el iris de las personas con un dispositivo llamado ‘Orb’. A cambio, reciben criptomonedas y podrían acceder a un sistema de renta básica universal.
Por supuesto, la idea plantea infinidad de dudas y preocupaciones respecto a la seguridad y privacidad de los datos biométricos. Hasta el momento, no se tiene del todo claro el manejo y uso de esta información, o qué riesgos reales corren los usuarios.
Ante ello, varios países han optado por suspender o prohibir Worldcoin, mientras analizan todos los factores. Los últimos en ponerle un alto al proyecto de Altman son Brasil y Argentina, donde las autoridades están revisando si esta tecnología cumple con las leyes de protección de datos.
Sin embargo, Worldcoin tiene presencia en México desde hace un par de meses, por lo que entre sus registros ya cuenta con varios ojazos mexicanos… y los datos biométricos de sus portadores.
Si bien ya hemos explicado a detalle qué es Worldcoin, en resumen se puede definir como un sistema que engloba criptomonedas, verificación de identidad biométrica y renta básica universal.
Sam Altman busca crear “la red financiera y de identidad más grande del mundo”. Para ello, desarrolló un dispositivo llamado ‘Orb’, una esfera con cámaras y sensores para escanear los ojos de las personas. Así generan una “huella de personalidad”, ya que el iris es como la huella dactilar: tiene un patrón único en cada individuo.
Luego, el usuario recibe un código QR que lo lleva a una aplicación que funciona como ‘pasaporte digital’, llamada World ID. Esta app también funciona como cartera digital para su propia criptomoneda homónima.
A cambio, el usuario recibe 25 tokens de Worldcoin, equivalentes a unos 50 dólares al momento de esta publicación. La compañía calcula que, hasta ahora, se han registrado más de 2 millones de individuos alrededor del mundo.
En su White Paper, la empresa cofundada por Altman señala que “ninguna autoridad reguladora ha examinado o aprobado, ya sea formal o informalmente, ninguna de la información establecida en el sitio web. (…) No se han tomado ni se tomarán tales medidas o garantías en virtud de las leyes, los requisitos reglamentarios o las normas de ninguna jurisdicción”, se lee en el documento.
Por supuesto, esto hace que no quede del todo claro qué hacen con los datos biométricos de las personas, cómo resguarda la información o si la comparte con terceros, ya sean individuos o compañías.
Como se dijo, las inquietudes se centran en el resguardo de información tan privada, ya que el iris del ojo es tan distintivo, que por eso se utiliza en los sistemas de identificación biométrica para instalaciones de máxima seguridad. Tantas dudas han hecho que varios países hayan decidido prohibir el uso de Worldcoin.
Recientemente, la startup anunció con bombo y platillo su llegada a varios países, entre ellos Argentina y Brasil. No obstante, las autoridades regulatorias no los recibieron con tanto entusiasmo y le pusieron freno para revisar la autenticidad y legalidad de estas operaciones. También denuncian falta de claridad en el consentimiento que otorgan los usuarios, ya que sus términos de cesión de datos no han sido traducidos a lenguas locales.
Hasta ahora, la lista va así:
Desde la empresa han declarado que están tomando todas las medidas de seguridad necesarias para cifrar las imágenes y proteger la identidad de las personas. Aforman que sus operaciones están blindadas y los datos biométricos no serán usados para otro fin más allá de llevar un registro de usuarios y distribuir su criptomoneda.
Según la compañía, más de 2 millones de individuos se han registrado en su sistema, pero no pueden identificar de dónde son, ya que esa información no es necesaria para el ecosistema descentralizado que buscan crear, explican desde Forbes Argentina.
La campaña incluye llevar el Orb a diversas partes del mundo para que las personas puedan escanear sus ojos y crear su World ID. Hasta ahora, el dispositivo de diseño futurista ha estado en ciudades como Tokio, Berlín, Dubai, Londres, Miami, Nueva York, San Francisco, Seúl y la Ciudad de México, entre otras.
El Orb de Sam Altman llegó por primera vez a México a mediados de junio pasado y estuvo en un restaurante ubicado en la colonia Hipódromo Condesa, según reporta el medio Wired. Los interesados en sumarse a la iniciativa pudieron ir, bajo previa cita, para realizar el proceso y obtener su identidad digital en unos 10 minutos. Luego, los guiaron para activar su World App y recibir sus primeros worldcoins.
Ahora, de acuerdo con la página oficial de Worlcoin, la empresa ya tiene tres sedes en México: dos en la CDMX (Coyoacán y Roma Sur), y una en Monterrey, Nuevo León. Hasta el momento, las autoridades mexicanas no se han pronunciado al respecto.
