A diferencia de los unicornios, los dragones tienen el potencial de devolver íntegramente la inversión, lo que las hace más valiosas en términos financieros.
Un ser de enorme tamaño a veces tiene alas y vuela. En otras ocasiones, se desliza en el aire como por arte de magia, de su boca salen rayos y fuego. Los dragones son devoradores y guardianes, así en la mitología y también en el mundo de las startups.
Un dragón es una empresa emergente que es capaz de devolver, íntegramente, el importe del fondo a los inversionistas. No tiene un valor acorde al mercado sino que éste se define en función del fondo.
Unicornios Vs. Dragones
Aunque los unicornios deslumbraron por su capacidad de crecimiento; los dragones son mucho más valiosos porque, al margen de su tamaño, devuelven al inversionista todo su dinero.
A pesar de que los dragones se han mantenido fuera del mainstream del ecosistema de las startups, los fondos de venture capital (VC) están cada vez más interesados en estas empresas, debido a su rentabilidad.
Los fondos de inversión han dejado solamente de buscar unicornios, que tienen crecimientos muy agresivos pero también un riesgo grande.
Ahora los inversionistas están a la caza de los dragones, ya que estos logran maximizar el rendimiento, les dan un retorno global y la posibilidad de seguir invirtiendo.
El arte de cazar dragones
Sin embargo, se trata de empresas que son muy difíciles de encontrar debido a que su valor no lo marca el mercado. Además, es fundamental encontrarlas en edad muy temprana y cuando aún son muy jóvenes, porque en etapa avanzada es poco probable que les devuelva todo el fondo.
Encontrar un dragón es muy redituable, pero hacerlo es muy difícil. Es un reto enorme y hasta un arte.
Depende de la habilidad de los directivos al momento de hacer el sourcing o la captación de las startups. Además, deben encontrar empresas únicas que estén haciendo negocios fuera de lo común y que no han sido descubiertas por otros fondos.
Inversiones repuntarán hacia el último trimestre del año
La complejidad de la tarea y el panorama de las startups en América Latina han ocasionado que los fondos de VC hagan una pausa y tomen con cautela nuevas inversiones. Se trata de un movimiento natural derivado de que en este año se llevan a cabo elecciones presidenciales y se espera un cambio de gobierno.
Al margen de la coyuntura política, es fundamental entender el contexto económico que se detona. El sector empresarial, en rubros como healthtech, energía o fintech, estará a la expectativa de la entrada del nuevo gobierno y de que este presente su proyecto de país y será hacia el último trimestre del año, cuando exista mayor certidumbre, que las inversiones repunten y el ecosistema vuelva a moverse.