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El presidente Donald Trump presentó este 23 de julio su ambicioso American AI Action Plan, destacando que en Washington no habrá espacio para “IA Progre” (Woke AI), es decir, sistemas de inteligencia artificial influenciados por ideologías sobre diversidad e inclusión.
El plan incluye más de 90 medidas y tres órdenes ejecutivas que promueven IA “neutral”, reducen regulaciones y aceleran construcción de centros de datos, en busca de un liderazgo global basado en valores “objetivos”.
La Casa Blanca publicó el documento “Winning the AI Race”, un plan integral que propone acelerar la innovación en IA, ampliar la infraestructura nacional y consolidar la influencia tecnológica estadounidense a nivel internacional.
Junto al plan, Trump firmó tres órdenes ejecutivas: impulsar exportaciones de tecnología IA, facilitar permisos para centros de datos y restringir compras federales a modelos “ideológicamente neutrales”.
Una de las medidas más controversiales exige que la IA contratada por el gobierno sea libre de “ideología progre”: sin enfoque en diversidad, equidad o inclusión (DEI). Trump afirmó que “no habrá ‘lunaticadas marxistas progres’ en los modelos”.
El plan propone eliminar regulaciones federales y estatales consideradas excesivas, simplificar permisos para centros de datos de más de 500 millones de dólares, y acelerar reformas energéticas como la energía nuclear.
Se busca posicionar a EU como potencia exportadora de tecnología IA, apoyando hardware, software y estándares nacionales. La intención es contrarrestar la influencia tecnológica de países como China.
Silicon Valley celebró las decisiones por su enfoque pro-industria y deregulador. Figuras como el CEO de Nvidia, Jensen Huang, participaron en el evento, mostrando el respaldo del sector tecnológico.
Sin embargo, organizaciones civiles señalan que el plan minimiza riesgos: no aborda explícitamente la desinformación, copyright, deepfakes o el impacto ambiental de los centros de datos.
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El American AI Action Plan de Trump marca un giro firme hacia una IA sin “ideología progre”, priorizando competitividad y expansión global sobre regulaciones sociales. Este movimiento define un nuevo paradigma en la política tecnológica de los EU y plantea interrogantes cruciales sobre cómo balancear innovación, libertad y responsabilidad social.