



El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que elimina las restricciones federales sobre la presión del agua en las duchas, revocando regulaciones implementadas durante las administraciones de Barack Obama y Joe Biden. Esta medida, que también afecta a inodoros, lavadoras y lavavajillas, ha generado críticas por su posible impacto ambiental.
Trump ha expresado su frustración por la baja presión del agua en los baños, culpando a las regulaciones federales que buscan ahorrar agua.
“Me gusta tomar una buena ducha y cuidar mi hermoso cabello. Tengo que estar 15 minutos para que se moje; sale por goteo, es ridículo”, comentó el mandatario durante la firma de la orden.
La orden ejecutiva instruye al Departamento de Energía a revocar las regulaciones que limitaban el caudal de agua a 2.5 galones (9.5 litros) por minuto por cabezal, un estándar vigente desde 1992. En su lugar, permitirá que cada boquilla individual emita esa misma cantidad de agua, elevando significativamente el volumen total de las duchas con múltiples salidas.
Organizaciones como el Appliance Standards Awareness Project (ASAP) han criticado la medida, calificándola de “innecesaria, derrochadora y costosa”. Según su director, Andrew deLaski, “la mayoría de los cabezales de ducha en el mercado ya ofrecen un flujo excelente, y los consumidores están satisfechos. No hay ningún problema real que resolver”.
La Agencia de Protección Ambiental (EPA) ha señalado que las duchas representan alrededor del 20% del consumo doméstico de agua en interiores.
También remarca que reducir el caudal ayuda a disminuir también el uso de energía, ya que calentar el agua representa una quinta parte del consumo energético en hogares promedio.
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Para muchos observadores, esta nueva orden ejecutiva representa más que una simple política de consumo doméstico: es una declaración de principios del trumpismo, una reafirmación de su estilo populista, desafiante, que se opone frontalmente a las regulaciones federales, especialmente las impulsadas por gobiernos demócratas.
Aunque Trump ha firmado la orden, los efectos prácticos aún están por verse.
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Durante su primer mandato, ninguna de las principales marcas de electrodomésticos o cabezales de ducha hizo cambios significativos en respuesta a las reglas, y muchos expertos predicen que esta nueva ofensiva podría tener un impacto limitado en el mercado real.
La decisión de Trump de eliminar las restricciones sobre la presión del agua en las duchas refleja su enfoque en reducir las regulaciones federales y su preocupación por la comodidad personal.
Sin embargo, esta medida ha suscitado críticas por su posible impacto ambiental y por revertir avances en eficiencia energética. El debate continúa sobre el equilibrio entre la comodidad del consumidor y la conservación de recursos