



La startup mexicana Mattilda acaba de cerrar una línea de crédito por 50 millones de dólares con Lendable, una firma de inversión global, para expandir su plataforma de soluciones financieras para escuelas en América Latina.
Con esta inyección de capital, la empresa planea escalar sus productos, expandirse internacionalmente y adquirir nuevas compañías estratégicas para fortalecer su misión de hacer de la educación un sector sostenible.
La empresa Mattilda, especializada en ofrecer soluciones de cobranza, factoraje y financiamiento a escuelas privadas, anunció que obtuvo 50 millones de dólares en deuda por parte de Lendable, un fondo global centrado en la inclusión financiera de mercados emergentes.
Este capital llega meses después de una ronda de capital de 10 millones de dólares en la que participaron GSV, Dila Capital y FinTech Collective, consolidando a Mattilda como uno de los actores clave en el ecosistema edtech latinoamericano.
Fundada en 2022, Mattilda ofrece una plataforma SaaS que permite a las escuelas privadas reducir morosidad, automatizar sus procesos de cobranza y acceder a liquidez inmediata, usando como respaldo los flujos futuros de colegiaturas.
La empresa atiende principalmente a escuelas que brindan educación a familias de ingresos bajos y medios, buscando fortalecer su estabilidad financiera y asegurar su sostenibilidad operativa a largo plazo.
“Nuestra misión es impulsar la relación entre las escuelas y el dinero, haciendo de la educación un sector sostenible y de impacto para millones de familias en toda Latinoamérica”, señaló Juan Pablo Bravo, cofundador y CFO de Mattilda.
El financiamiento otorgado por Lendable permitirá a Mattilda:
“Nos entusiasma asociarnos con Mattilda en esta transacción histórica. Su enfoque tecnológico y social tiene un enorme potencial para escalar soluciones financieras innovadoras en el sector educativo”, declaró Agustín De Luca, Director Asociado para Latinoamérica de Lendable.
Con este nuevo respaldo, Mattilda busca posicionarse como el socio financiero y operativo número uno de las escuelas en América Latina, especialmente en contextos donde la educación enfrenta retos estructurales, falta de acceso a capital y presión financiera constante.
La estructura de la operación incluyó garantías multilaterales y mecanismos que reflejan el compromiso de ambas partes con una expansión sólida, responsable y regional.