México se ha convertido en uno de los principales países víctima de ciberataques en los últimos años. De acuerdo con el reciente análisis de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), nuestro país ocupa actualmente el lugar 52 de 182 países en lo que respecta a niveles de ciberseguridad.
“Estamos muy por debajo de nuestros principales socios regionales que son Estados Unidos, en el primer lugar y Canadá en el octavo. Nos encontramos también debajo de Brasil. Somos el séptimo y doceavo país más atacado del mundo por lo que tenemos que buscar la coordinación global”, destaca Alberto Friedman, integrante de la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESP) y experto en el tema.
Pese a no tratarse de una problemática nueva, en el año 2020 este delito se disparó considerablemente a raíz de la pandemia del COVID-19. Según una investigación realizada por la empresa de ciberseguridad Fortinet, durante este año se registraron más de 41 billones de intentos de ciberataques en América Latina, de los cuales el 34% sucedieron en México.
La compañía explicó que, debido a la epidemia, el trabajo remoto y la escuela en línea se convirtieron en la puerta de entrada de los hackers a las empresas y a las dependencias públicas. Solamente en el primer trimestre del año México sufrió más de 800 millones de intentos de ciberataques a equipos personales, organismos públicos y empresas.
“El año 2020 demostró la capacidad de los delincuentes para invertir tiempo y recursos en ataques más lucrativos, como el ransomware (secuestro de datos). Además, se están adaptando a la nueva era del trabajo remoto con acciones más sofisticadas para engañar a las víctimas y acceder a las redes corporativas”, declaró Marcelo Mayorga, vicepresidente de Ingeniería en Fortinet para América Latina y el Caribe.
Asimismo, una evaluación llevada a cabo por la Interpol acerca del impacto del COVID-19 en la ciberdelincuencia mostró que estos ataques pasaron de estar dirigidos a personas y pequeñas empresas, a grandes corporaciones y a los gobiernos.
Frente a este panorama, Oliver González Barrales, Comisario Jefe de la Guardia Nacional, afirma que ocho de cada diez ataques pueden prevenirse, pero el problema está en que la mayoría de la gente no se encuentra capacitada para ello.
“Los que no podemos enfrentar son los que utilizan la alta tecnología. Eso tiene que ver con otros temas y casos, pero la mayoría en México son de tipo fraudulentos, es decir, lo que buscan es atacar los dispositivos cibernéticos de las personas, comercios o empresas, para cometer algún fraude”, sostiene.
En cuanto a los principales blancos de los delincuentes, estos pueden ser miembros del gobierno y sectores como la industria, salud, servicios financieros y empresas de telecomunicaciones. Así también, los daños económicos pueden ser mayúsculos, tal como lo indica el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la pérdida económica por los ataques cibernéticos podría sobrepasar el 1% del Producto Bruto Interno (PBI).
Ante esta situación es importante advertir y subrayar la necesidad de proteger los datos, así como dispositivos, conexiones, fuentes de almacenamiento de información y softwares de las empresas y órganos públicos, para prevenir algún acto de robo o fuga de información.
De acuerdo con el reporte sobre el papel de la ciberseguridad postpandemia para las compañías mexicanas, realizado por el Grupo de Negocios Oxford (OBG, por sus siglas en inglés), los ciberataques en el país representaron 16.94% del total de vulnerabilidades en ciberseguridad del continente.
Por otro lado, Sophos, empresa internacional de ciberseguridad, dio a conocer un informe sobre el estado del ransomware 2021, donde indicó que el costo promedio por ataque cibernético en México equivale al 2.03 millones de dólares. Esto lo coloca en un monto individual por ciberataque superior al promedio de otros países, que registran un costo de 1.85 millones de dólares por incidente.
Hay que destacar que en lo que va del año 2021 ya se han registrado más de 78 mil ataques cibernéticos por hora en el país, así lo reveló una encuesta del portal de internet Akamai. Agregan que los ataques a través de la web y las aplicaciones se mantienen en niveles altos, y que no se muestran indicios de desaceleración en el corto plazo.
Actualmente la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada (AMESP) y la Guardia Nacional colaboran para la prevención y atención en materia de ciberseguridad en el país.
“Hay que intercambiar datos, coordinarse y poder tener un esquema global en donde podamos tener conocimiento. Podemos ser preventivos y proactivos. Hay que hacer un intercambio de información. Hay que generar algunas estadísticas a nivel país y prevenir”, enfatiza Friedman.
Recientemente, en marzo del 2021, se ha presentadouna iniciativa de ley ante el Senado, donde se pretende generar la ley de ciberseguridad y una agencia nacional de ciberseguridad, con el propósito de coordinar, informar, legislar, tener cumplimientos y mejores prácticas, para tener los soportes tecnológicos, operativos y legales.
Para finalizar, debemos entender que las políticas de ciberseguridad son imprescindibles para salvaguardar los derechos de los ciudadanos en el ámbito digital, de igual manera, hay que incentivar a las empresas del país para que inviertan en seguridad digital y puedan afrontar los retos cibernéticos.
A través de la ciberseguridad se podrá minimizar el daño de los ataques y reducir el tiempo de recuperación.
