



Puede ser atemorizante o excitante para muchos, depende de dónde lo veas: lo cierto es que el proceso de reinventarse abre la puerta a una enorme posibilidad de crear algo nuevo a partir de lo que ya contamos.
Re-inventar significa hacer un nuevo inventario de habilidades y capacidades para el mundo nuevo que se transforma permanentemente.
A las personas con mentalidad fija les resulta complejo visualizarse en nuevos escenarios, con dinámicas de trabajo y cotidianas completamente diferentes a las que conocieron. Sin embargo, las situaciones que se van presentando implican despertar el poder adaptativo que todos tenemos.
Las personas con mentalidad fija tienden a permanecer en los viejos paradigmas y creencias, aunque ya no les funcionen. Se estancan a veces por miedo, y también por comodidad.
De hecho, uno de los coeficientes más buscados dentro de los perfiles del trabajo actual es el de adaptabilidad, la flexibilidad y capacidad de moldear nuevas respuestas a problemas nuevos.
En cambio, para reinventarse es necesario que pases a formar equipo con aquellos que tienen mentalidad de crecimiento , que es generativa.
Para formatear tu nuevo yo y tus formas de accionar frente al presente, es necesario atravesar tres etapas:
1. Etapa de duda o negación
En esta fase, la persona siente dudas sobre su propio potencial. De hecho la mayoría de las personas se restringe respecto a su enorme capacidad adaptativa. Tanto duda que quizás niegue toda posibilidad de cambio o de transformación, que son dos cosas distintas. Una cosa es alterar el orden de algunos factores y producir un cambio que impactará en algo en lo que hacemos; mientras que la transformación es profunda y va de raíz: aquí yace el espíritu de la reinvención.
Durante este período se suele entrar en la parálisis por análisis: quedarse estancado pensando y dándole vueltas en la mente a los asuntos.
Herramientas: aprovechar ese tiempo para hacer un registro formal de todos los talentos y habilidades con que se cuenta; es época de hacer el “inventario” de capacidades, para que se revele ante los ojos y el espíritu de motivación interno el terreno de las infinitas posibilidades y combinaciones posibles.
2. Etapa de evaluación y consideración
El siguiente estadío se refiere a que la persona asume que necesita hacer ajustes en las dinámicas que mantenía hasta hace poco tiempo, y empieza a evaluar alternativas. El juicio y las interpretaciones suele estar presente, mucho más que el hecho puro en sí (sin esos aditamentos de consideraciones y valoraciones, por ejemplo, “esto está bien”, “esto no es para mi”, que limitarían una vez más su potencial).
Como herramienta, es importante reconocer los pensamientos limitantes y los paradigmas del antiguo modelo propio que no funcionan en el tiempo actual, y descubrir cómo reemplazarlos por otros de signo opuesto para poder avanzar.
3. Etapa de movimiento y acción
Una vez atravesados los escalones anteriores, estamos frente a una nueva plataforma de lanzamiento de la reinvención, en la que ya te sientes con las habilidades más definidas. Se trata de tomar impulso y diseñar un plan estratégico que te conducirá al nuevo ser en el plano personal y profesional, donde abandonarás tus viejos trajes, para asumir roles flamantes y distintos a los que conocías.
Para acompañarte en este proceso puedes incorporar otras competencias mediante la formación, hacer experiencia y nutrirte del networking de intercambio de experiencias, coaching profesional y mentoreo con personas que ya lo han hecho.
Para empezar ahora mismo la invitación es a que explores todo tu potencial , que por lo general está restringido dentro tuyo: al conocerlo, reconocerlo y liberarlo surgen alternativas y la apertura al mundo de lo posible. Estas seis ideas servirán para empezar a ponerte en acción: