



Manhattan tiene un emprendedor que es legendario muy amado por su comunidad. Se trata de Ray Álvarez, un iraní que decidió que quería ser latino y que lanzó una tienda de dulces que hoy es un punto turístico obligado en el icónico barrio neoyorkino de East Village.
El emprendedor nació el 1 de enero de 1933 en Irán, pero emigró a Estados Unidos en 1964. Asghar Ghahraman, su nombre verdadero, se bajó de un barco de la Marina de su país temeroso por ser un inmigrante ilegal de Medio Oriente. Esto lo llevó a adoptar una nueva identidad para encajar en su nuevo país: un puertorriqueño llamado Ray Álvarez.
Ya había recibido la amnistía de Ronald Reagan en los años 80, pero en un giro cruel del destino, su Green Card fue enviada por correo a la dirección incorrecta lo que lo dejó atrapado en un limbo legal.
Mientras tanto, Álvarez trabajó por varios años como lavaplatos en Nueva York y ahorró por varios años para poder rentar un local y abrir una tienda de dulces, Ray’s Candy Store, con 30 mil dólares en 1974.
La tienda de Ray Álvarez se volvió parte de la cultura popular de Manhattan ya que era un punto de reunión para migrantes y personas de escasos recursos que buscaban una comunidad lejos de casa. Ray’s Candy Store desde hace años es visitado por celebridades, influencers y turistas que buscan probar sus famosos helados, beignets y huevos de crema.
También el local ha sido protagonista de momentos clave de la ciudad. El 6 de agosto de 1988 estalló un motín en el cercano parque Tompkins Square entre la policía y un grupo de manifestantes. Ray permaneció abierto toda la noche porque “porque todos los combatientes eran sus clientes”.
Otra instancia se dio el 19 de junio de 1992, cuando el activista y presentador de programas de radio y personalidad de los medios, Curtis Sliwa, fue baleado afuera de su tienda.
Pero su popularidad explotó en 2010 cuando el dueño del local de la tienda quiso desalojarlo. Los medios locales organizaron a la comunidad de Manhattan para realizar eventos para recaudar fondos para que Ray pudiera ser el dueño de su querida tienda.
En julio de 2011, luego de un proceso legal que duró décadas, Ray por fin logró naturalizarse ciudadano estadounidense a los 78 años.
El deli de raya ha sido premiada como “Empresa del mes” de la Greenwich Village Society for Historic Preservation y nombrada como al “Mejor restaurante” en East Village en los premios Time Out New York Love New York. Ha recibido diversos reconocimientos a personas, lugares y organizaciones que han hecho una diferencia significativa a la calidad de vida en la Gran Manzana.
El pasado martes 31 de enero, un hombre golpeó a Ray, quien ahora tiene 90 años, en su tienda a las 3 de la mañana.
Según la policía de Nueva York, un hombre de 39 años le propinó una golpiza a Ray, luego de amenazar con matarlo. El legendario tendero quedó sangrando en el suelo frente a la tienda de East Village que ha dirigido durante los últimos 50 años.
Las autoridades arrestaron a Luis Peroza, quien aprovechó que Ray’s Candy Store es conocida por estar abierta hasta tarde y, con frecuencia, está más concurrida durante la noche.
Álvarez dijo que el hombre se le acercó afuera de su tienda y le preguntó si quería comprar agua mineral. De acuerdo con NBC, cuando Ray dijo “No, gracias”, Peroza lo golpeó en la cabeza con la hebilla de su cinturón.
Ray quedó con un ojo morado y ha tenido problemas para comer, pero volvió a atender su tienda solo unas horas después del ataque.
“Esto sucede, ya sabes, y todavía amo a Nueva York”, dijo a medios locales. “Está bien, estaré bien, pasará”.
El atacante también golpeó al ayudante de Ray en la tienda, Gabe Thorne.
“No tenía idea de que iba a atacar a Ray… Ray es el abuelo de todos. Las personas aquí no tienen familia cerca y Ray cuida de todos. El hecho de que esto haya sucedido hace que todos estén muy molestos”, dijo a NBC.
Ray no quería presentar una denuncia, pero los vecinos de East Village se molestaron tanto con el asalto que presentaron diversas denuncias en su nombre.
El blog local EV Grieve, compartió algunas fotos de ÁLvarez tras el ataque:
La movilización de la comunidad, que repartió imágenes de la cámara de vigilancia del sospechoso, ayudó al pronto arresto de Peroza.
Y es que hay comercios que son parte de la tierra misma de los barrios.