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17-07-2019, 11:11:00 PM

¿Quieres llevar tu negocio a otro país? Un softlanding podría evitarte el fracaso

El aterrizaje de tu startup en otro país debe ser suave, por lo que primero debes conocer el mercado al que quieres entrar con apoyo de expertos y una red de contactos.

© Depositphotos.com

BOSTON, MA. Llevar tu negocio a otro país no implica solamente que seas exitoso en tu lugar de origen o que cuentes con los recursos suficientes para establecerte en un nuevo territorio. Necesitas conocer las entrañas de la cultura empresarial , la manera en que las negociaciones se llevan acabo, saber cuestiones burocráticas y aspectos legales.

Una buena manera de facilitarte la entrada a un nuevo mercado es a través de un softlanding, un servicio de facilitación mediante el que futuros inversionistas o emprendedores reciben información sobre cuestiones legales, administrativas y técnicas, además de contactos estratégicos que les ayudarán a aterrizar de manera suave, pero acelerada en el país destino.

Fue precisamente esta inmersión acelerada en el ecosistema emprendedor de Boston lo que resultó del Innovation Bridge México Boston , impulsado por MassChallenge y AccelHUB . Durante seis semanas siete startups mexicanas en el campo del health care y la Inteligencia Artificial (IA) tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano la manera en que se llevan a cabo los negocios en Boston, bastión de la investigación en el campo de la salud y la tecnología.

Oliver Sánchez, Managing Partner de AccelHUB y emprendedor mexicano con más de 20 años viviendo en Boston aseguró, “traducimos cultura y no un lenguaje. No es lo mismo hablar inglés que ser capaz de decir lo que quieres en los negocios en una cultura diferente”.

El experto en desarrollo de negocios explicó que el tiempo que ha vivido en la capital de Massachusetts le ha servido para darse cuenta que lo que hace tan especial a este ecosistema emprendedor es que en esta ciudad la innovación viene de todas partes y que en un mismo cuarto pueden converger ciudadanos de 20 nacionalidades distintas y grados académicos verdaderamente importantes.

Oliver Sánchez, Managing Partner de AccelHUB. Cortesía

“En una reunión de cinco personas, al menos tres contarán con un PhD, pareceríamos sobre educados, pero este es el poder de Boston. Además este es un punto donde los emprendedores no solo encuentran capital monetario, sino intelectual”, afirmó.

Durante la ceremonia de clausura de la primera generación del Innovation Bridge México-Boston, Sánchez aseguró, “pensamos que la solución a los emprendedores que no tienen éxito es conectarlos al ecosistema y tender estos puentes. Poder crearles oportunidades y ambientes donde aprendan la cultura del lugar y entiendan como acortar los caminos para ser exitosos”.

Esta no es la primera experiencia de Oliver realizando softlandings para emprendedores, pero sí es uno de los programas más largos que ha encabezado. Puedo realizarse gracias al apoyo del extinto Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) y el gobierno de la Ciudad de México.

“Resultó una prueba de concepto exitosa y lo que antes fue difícil de fondear gracias a estos resultados se nos han acercado al menos 10 personas con intensiones de fondear un proyecto similar”, comentó.

Respecto a la desaparición del INADEM y los distintos programas que esta instancia tenía para impulsar a los emprendedores, el experto confió en que la tracción se mantendrá, pero de forma privada. “El fondeo es mucho para México, pero para Estados Unidos es casi nada y el valor es grande”, puntualizó. Además consideró que lo que sucede en México en materia de emprendedores no tiene que ver tanto con fallas del ecosistema, sino con la estructura social.

“Aquí había CEOs de farmacéuticas, inversionistas y gente que tiene millones de dólares en sus cuentas de banco viendo un pitch de inversión y van a tomar después una cerveza. Ese tipo de interacciones no existe o es limitada en México, ¿cuándo ves a CEOs de compañías mexicanas tomándose una cerveza con un emprendedor? Es el tipo de problemas al que se enfrenta el ecosistema emprendedor mexicano y en general el de toda Latinoamérica”, comentó.

Oliver explicó que con el Innovation Bridge México Boston, la propuesta no era resolver los problemas que existen en México, “mi idea fue tráelos aquí y cuando alguien vea en México que se convierte en millonario sea decir, voy a invertir en ellos”.

Los emprendedores que participaron en este programa por ello tienen un peso más grande sobre sus hombros: demostrar a la gente que no apuesta por inversiones científicas que sí se puede ser redituable.

Apostar por la investigacón

La mayoría de las startups que participaron en el programa también se llevan lecciones importantes. Por una parte, cuatro empresas se quedan en Estados Unidos para continuar con sus investigaciones y acelerar sus negocios, por otra aprendieron de las distintas aproximaciones que pueden tener frente a un inversionista.

“En México me dicen cuándo vas a vender tu producto y aquí (en Boston) me dicen por qué no levantas inversión para destinarla a investigación y desarrollo. Aquí saben que si inviertes en investigación y creas una patente o proyecto más grande y eso te va permitir hacer mucho más dinero al final, pero tienes que tener paciencia”, dice Oliver.

Esa es la diferencia entre invertir en ciencia o invertir en tecnología, qué tal vez puedas tener retornos en seis meses, acotó.

Federico Fonson, creador de Somos , una startup de ancestría que busca conocer a fondo la información genética y sus implicaciones biomédicas de los latinos, considera que la experiencia vivida en Boston fue fenomenal.

“Conocimos personas que han empezado empresas desde cero y que ahora son de muchos millones de dólares muy abiertos a compartirnos su historia y ahora son mentores excelentes. Nos sentamos con inversionistas y aprendimos a cómo cambiar el mindset de lo que aprendes en México de cómo se hacen los negocios”, comentó Federico.

Federico Fonson, creador de Somos. Cortesía

Por ejemplo, explicó que en México por ejemplo un monto de 1.7 millones de dólares para una fase primera es un número fuera del alcance de muchos inversionistas, contrario a lo que pasa en Estados Unidos, que son cantidades que se manejan fácilmente en etapas iniciales. La aproximación con los inversionistas es también más amigable, dijo el emprendedor. “Aquí buscan familiarizarse más con tu proyecto y entenderlo”, comentó.

Si bien falta camino por recorrer para lograr mejores inversiones en el ramo del health tech, tanto de para del emprendedor como del inversionista, la buena noticia es que los primeros pasos ya se han dado y para muestra estas siete startups que regresan a México deseosas de aprovechar cada oportunidad.

Federico es contundente al respecto. “Los mexicanos no debemos sentirnos que tenemos menos valor o que somos menos capaces que los emprendedores de Estados Unidos u otros países. Ideas hay muy buenas y hay que creérnosla. Los conceptos que aterrizan de México son altamente competitivos para mercados internacionales, no hay por qué achicarse”.

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autor Directora Editorial Emprende y Emprendedor.com. Me motivan las historias de tenacidad e innovación.