El negocio del cannabis , sobre todo en su uso medicinal, está cobrando mucha fuerza por todo el mundo. En julio de 2018, el Comité de Expertos en Drogodependencia (ECDD) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) convocó y recomendó una revisión previa de cannabis y sustancias relacionadas con el cannabis para determinar si se deben realizar cambios en la reglamentación y así abrir las puertas a un mayor entendimiento del uso de cannabidiol (CDB) puro para tratamiento médico.
No obstante, hace unos días la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) de México revocó los “lineamientos en materia de control sanitario de el cannabis y derivados de la misma” que se habían publicado el pasado 30 de octubre de 2018.
“Nos seguimos quedando atrás con las tendencias a nivel mundial, pero estamos muy esperanzados en que salga la legislación que presentó Olga Sánchez Cordero , secretaria de Gobernación, ya que más que dar 57 licencias, da una normativa mucho más abierta y específica para el consumo del cannabis”, mencionó en entrevista Guillermo Nieto, presidente de la Asociación Nacional de la Industria del Cannabis ( ANICANN ).
A través de un comunicado oficial, la dependencia de la Secretaría de Salud indicó que revisará los lineamientos establecidos el año pasado ya que “no cumplen con el marco de la Ley General de Salud de 2017 ”, pues se otorgó permisos a productos de cannabis en usos que van más allá del científico y médico.
Esto significa que la Cofepris buscará crear un nuevo reglamento que regule los productos con Tetrahidrocannabinol (THC), componente psicoactivo de la marihuana, para que no se pueda abusar de sus efectos estupefacientes.
El presidente de la ANICANN remarcó que tener un marco legal establecido, el cual él espera que se logre en cuestión de dos años con la propuesta de Sánchez Cordero, ayudará al país a generar una fuerte derrama económica en impuestos, publicidad y medicina.
“Ahorita en México no tenemos ninguna regulación. Solo si te amparas puedes sembrar la planta y usarla para consumo personal, pero ni regalarla o venderla. Países como Colombia que tienen el mismo clima que nosotros están cambiando sus leyes para que firmas estadounidenses y canadienses invierten para producir en la región”, afirmó Guillermo Nieto.
Aunque como tal no puedes vender productos basados en cannabis hasta que la Cofepris publique los permisos correspondientes, pero si deseas emprender en esta industria en México sí hay algo que puedes hacer: investigar.
“Infórmense antes de tomar cualquier decisión. Mientras se crean las leyes que necesitamos para crear una industria fuerte, es el mejor momento para que los emprendedores para investigar todo lo relacionado con la marihuana”, recomendó el director de la ANICANN.
Algunos datos con los que puedes empezar a plantear tu idea de negocio:
Prohibición. El cultivo y la comercialización de la marihuana en México no están permitidos desde 1926, siguiendo su interdicción en Estados Unidos.
Usos. El cannabis tiene más de 100 mil aplicaciones que van más allá del “churro” y su uso psicotrópico. Entre ellos se encuentran: Aceites y extractos, alimento animal, biocompuestos, biocombustibles como el etanol y el biodiésel, cerveza, celulosa de papel, composta, cosméticos, harinas, materiales de construcción como concreto a base de hemp (hempcrete), suplementos alimenticios, súper alimentos, textiles y medicamentos.
Valor del mercado. El mercado formal de marihuana tiene un valor de 22,000 millones de dólares y genera 150,000 empleos al año en Canadá. Cifras de la agencia Gran View Research estiman que el mercado de cáñamo industrial (otro derivado de la planta) alcanzará los 10,600 millones de dólares para 2025.
La iniciativa de ley Olga Sánchez Cordero. Se presentó el 8 de noviembre de 2018 y busca regular, entre otras, cosas la producción, consumo e incluso comercialización del cannabis. Este proyecto destaca la creación del Instituto Mexicano de Regulación y Control del Cannabis, que sería el órgano encargado de regular, reglamentar, monitorear, sancionar, y evaluar el sistema de regulación de la sustancia. También establece esquemas para el autoconsumo, uso científico, comercial, terapéutico, industrial y farmacéutico.
Con información de Ilse Maubert Roura.
