
Una ceremonia del certamen Miss Universe 2025, llevada a cabo en Bangkok, Tailandia, se vio sacudida por un incidente que ha dado la vuelta al mundo: Miss México Fátima Bosch fue humillada públicamente por el productor y dirigente de certámenes de belleza Nawat Itsaragrisil, lo que provocó que varias concursantes abandonaran el salón en señal de solidaridad. El episodio no sólo plantea cuestionamientos sobre el protocolo y el trato a las candidatas, sino también sobre la imagen y la gestión de los organizadores internacionales de belleza.
Durante el evento de colocación de bandas para las candidatas en Tailandia, Nawat Itsaragrisil —quien tiene cargos directivos en la organización del certamen— interrogó en voz alta a Fátima Bosch acerca de su ausencia en una sesión fotográfica de patrocinadores. Sin mediar más, el productor la llamó “tonta”, le exigió que se pusiera de pie y, ante su aparente resistencia, pidió seguridad para retirarla del recinto.
En ese instante, Bosch abandonó el lugar visiblemente afectada; minutos después, varias participantes —algunas versiones hablan de la actual titular Victoria Kjær Theilvig— también se levantaron, en un gesto de apoyo que se viralizó rápidamente.
@jess3609 #CapCut Fatima Bosch es expulsada de la Inposicion de Bandas en Tailandia 🫣🫣#fatimabosch #mexico #tailandia #missuniverse ♬ sonido original – user3065258749738
Este tipo de movilización entre candidatas es prácticamente inédito en la historia de certámenes de belleza de gran escala, lo que convirtió el episodio en un símbolo de empoderamiento y resistencia a la humillación pública.
Fátima Bosch, nacida el 19 de mayo de 2000 en Teapa, Tabasco, México, es modelo y reina de belleza que obtuvo la corona nacional de Miss Universe Mexico 2025, lo que le permitió representar a México en el certamen global. Estudió Diseño de Indumentaria y Moda en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, y ha expresado que su plataforma va más allá del glamour: desea ser “una voz para mujeres y niñas que luchan por causas justas”.
En sus declaraciones tras el altercado señaló:
“Me llamó tonta […] Yo no soy una muñeca para que me manden callar. Vine aquí a usar mi voz.
La Miss Universe Organization (MUO) se vio obligada a emitir un comunicado en el que lamentó lo ocurrido y ratificó su compromiso con un entorno “seguro y profesional para todas las delegadas”. No obstante, el mensaje evitó nombrar directamente a Nawat Itsaragrisil, medida que algunos analistas interpretan como una estrategia para atenuar el daño sin asumir responsabilidad explícita.
Por su parte, Itsaragrisil ofreció una disculpa pública desde sus redes sociales, reconociendo que sus palabras pudieron incomodar a las candidatas. Sin embargo, el incidente dejó al descubierto tensiones que, según fuentes del gremio, habrían estado gestándose dentro del certamen, vinculadas a disputas de poder entre la MUO y la organización tailandesa anfitriona.
@saleelsoltv ¡Durante una transmisión en vivo, Nawat Itsaragrisil se disculpa tras la polémica que enfrentó con #FátimaBosch en Tailandia! 😱🚨👑☀️📺 #SaleElSol ♬ sonido original – Sale el Sol TV
El episodio va más allá de un simple malentendido: pone sobre la mesa varios temas sensibles. Primero, el trato hacia las mujeres en escenarios públicos de alto perfil y la exigencia de respeto. Fátima Bosch fue sometida a una situación humillante frente a decenas de cámaras. Segundo, evidencia una dinámica de vulnerabilidad en la que las candidatas –a pesar de su imagen pública– pueden quedar expuestas sin respaldo efectivo. Tercero, la solidaridad demostrada por varias participantes involucra principios de sororidad que marcan un cambio de paradigma en concursos que históricamente se han enfocado únicamente en la competencia estética.
Las redes sociales replicaron imágenes del momento viral y lanzaron hashtags como #StandWithMexico, #JusticeForFatima, generando presión pública hacia los organizadores para que actúen con transparencia.
