La inminente migración de operación de los servicios de carga y flete en la Ciudad de México al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) ha generado mucho interés en la industria logística, particularmente después de que hace algunos días llegó el primer vuelo de este tipo. El cambio se espera que traiga nuevas oportunidades y desafíos, particularmente para las pequeñas empresas como para los proveedores de distribución y logística, así como un impacto significativo en las finanzas del sector.
Las pequeñas empresas que dependen del flete aéreo para sus importaciones y exportaciones probablemente enfrentarán nuevos retos con este cambio.
La mudanza de ubicación puede aumentar los costos de transporte, llevar a tiempos de tránsito más largos y generar aún más retrasos en las cadenas de suministro. Asimismo, pueden tener dificultades para navegar por las instalaciones, regulaciones y procedimientos del AIFA, en la medida que aún desconocen su operación.
El reto para el comercio es enorme, pero la solución, sin duda, está en la coordinación y la expertise de las empresas de logística.
Para las empresas de logística, el cambio representa un nuevo conjunto de desafíos también. Tendrán que adaptarse a las nuevas instalaciones, procedimientos y regulaciones del nuevo aeropuerto, lo que podría causar interrupciones iniciales y retrasos. De tal modo, el cambio podría dar lugar a un aumento en la competencia, ya que nuevos proveedores de logística podrían ingresar al mercado para capitalizar estas oportunidades.
Para lograrlo deberán trabajar en conjunto y de manera coordinada, las alianzas estratégicas, particularmente con empresas de última milla, tendrán un impacto positivo, pues así poco a poco se irán construyendo las redes y conexiones que requiere el nuevo aeropuerto.
Si bien esto implica invertir en nueva infraestructura y recursos para mantener su competitividad, las compañías de mensajería deben verlo como una inversión a mediano y largo plazo que; por un lado, les permite expandir e incluso afinar sus procesos, por otro, las posiciona como aliadas de las empresas que dependen de ese flujo de mercancías.
Es importante hacer hincapié en que si bien los aviones de carga se trasladan al AIFA; los de transporte de pasajeros siguen en el AICM, pero parte de su espacio también es de carga. Esto da como resultado un incremento de la capacidad de carga total al sumar los dos aeropuertos como puntos de llegada de mercancías.
Para mantener la competitividad las pequeñas compañías, en conjunto con las empresas de logística deberán buscar procesos y acuerdos que ayuden a que el impacto económico de la migración no repercuta en el consumidor final.
Por otro lado, esta nueva terminal supone diversas áreas de oportunidad, una de ellas es que podrían atraer inversiones, crear nuevos empleos y estimular el crecimiento económico de la región completa. Además, paulatinamente y con la llegada de nuevos jugadores, podría reducir los precios y mejorar la calidad de los servicios, haciéndolos más asequibles para los consumidores.
Así pues, la migración de servicios de carga y flete al AIFA traerá nuevos desafíos y oportunidades tanto para las pequeñas empresas como para las empresas de logística; simultáneamente, tendrá un impacto significativo en las finanzas del sector.
Es importante que los actores de la industria trabajen juntos y aborden de manera proactiva los desafíos que surgen con el cambio, como la adaptación a las nuevas instalaciones, regulaciones y procedimientos. Esta cooperación puede garantizar una transición tersa y ayudar a crear una industria logística más sostenible y eficiente a largo plazo.
