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18-01-2022, 2:07:03 PM

Ponte metas Zen y ¡alcánzalas!

En el mundo empresarial, de los negocios y el emprendimiento, siempre está presente el concepto de las metas, estos resultados deseados para los que se planea, organiza y acciona en tiempos definidos para conseguir objetivos concretos y medibles.

© Unsplash.com

En el mundo empresarial, de los negocios y el emprendimiento, siempre está presente el concepto de las metas. Estos resultados deseados para los que se planea, organiza y acciona en tiempos definidos para conseguir objetivos concretos y medibles. A diferencia de las metas zen, estas metas siempre tienen dos posibles resultados: la consecución o la no consecución.

Si lo consigues, entonces lo que toca es plantearse nuevas metas siempre más exigentes. Pero si no lo consigues, entonces toca superar el fracaso, replantearse e intentar de nuevo. Al menos eso es lo que en nuestra cultura occidental nos han dicho.

Me viene al recuerdo una vieja película llamada “La última batalla”, donde un viejo vagabundo explica a un sacerdote porqué se convirtió en vagabundo y le dice:

– Quería averiguar qué había detrás de las montañas
– ¿Y que hay?
– Otras montañas

¿Intuyes la pregunta entonces?
¿Qué viene después de las metas?

Detente un momento y pensemos en ello.

Según la filosofía Zen, el perseguir una meta revela algo sutilmente insertado en nuestra cabeza del estilo “si logro X, eso me hará feliz”. Pero es una ilusión, ya que la consecuencia lógica de este pensamiento es que lo que tenemos en el presente no es suficiente y justo esa es la raíz de todo sufrimiento. Bajo este cristal, el sufrimiento es causado por la sed de algo que no está, ya sea porque quedó en el pasado o porque está en un futuro, y no sabemos a ciencia cierta si llegará.

He aquí un primer shock que se contrapone con todo lo que nos han dicho sobre los negocios y la vida en general.

¡Ponte metas en la vida!
¡Persigue tus sueños!
¡Esfuérzate!

Te conviene saber qué son y cómo aplicar las metas Zen en tu vida. Imagen: Unsplash.com

Sin embargo el Zen nos dice, primero pregúntate:

  • ¿De verdad es mi meta o es la de alguien más, la de la sociedad, la de mi familia tal vez?
  • ¿Acaso mi meta no solo será algo terriblemente impermanente?
  • ¿Acaso no será solo una ilusión que se desvanezca al alcanzarla?
  • ¿Cuál es mi propósito?
  • ¿Para qué quiero esta meta?
  • ¿A quién sirve?

Y es aquí donde la conceptualización de las metas Zen nos hace dar un vuelco.

Según el Zen, cuando tranquilizas la mente por completo y ya no hay esta tensión, la sed de buscar fuera de ti mismo desaparece y dejas de batallar. Entonces la meta se abre ante tus ojos de una manera intuitiva, la pasión surge como algo natural y las metas comienzan a buscarte, no al revés.

Cuando llega ese momento debes estar totalmente dispuesto a la evolución, al cambio, a contribuir, sabiendo que hay un camino correcto para ti en este momento de tu vida. Tienes que dar el primer paso, moverte, y el camino aparecerá claro, te atraerá, te desafiará, te dirá que eres mejor de lo que siempre pensaste. Y sí, es un reto grande, pero es una invitación de la vida que no deberías reusar y simplemente rendirte al hecho de que puedes hacerlo: ser un éxito.

Y tendrás que estar atento a tus miedos, porque la mayoría de la gente guarda la idea de “no, esto no es para mí, mejor el camino seguro y quizá no realizo mis sueños ni grandes metas, pero por lo menos puedo pagar la renta” y se conforman con algo chiquito, inadecuado, en vez de ser algo grande para sí mismo y para los demás.

La única manera de hacerlo es soltar todo, la idea de quién eres hasta este momento.

Para la sabiduría del Zen no hay más que una meta, encontrar lo que tú eres de verdad aquí y ahora, en ningún otro momento, sin resistirte a la meta que te ha encontrado y sin aferrarte a ella tampoco.

Cabe mencionar que esto de ninguna manera nos debe llevar a la inacción, al quedar paralizados ante la supresión de las metas por la que hemos batallado, la vida exige acción. Pero no desde la perspectiva del “yo quiero o yo necesito”, sino desde el “no requiero nada, pero la meta si me requiere a mí”.

Entonces: ¿Persigues las metas, o permites que las metas te alcancen a ti?

Si quieres saber más sobre metas zen y vida emprendedora puedes leer Cómo ser un emprendedor Zen. También te recomiendo mi libro: ‘ZEN Emprendedor: Una guía para sobrevivir a los negocios y encontrar el equilibrio en la vida’, que puedes descargar aquí.

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autor Emprendedor, consultor de negocios y analista financiero.