Adaptarse y dar respuesta a las cambiantes necesidades que surgen diariamente es fundamental para ser competitivos en el mundo actual.
En tiempos donde, producto de la digitalización, los cambios son constantes y las tendencias efímeras, surge la necesidad de desarrollar sistemas o procedimientos que permitan adaptarse al acelerado ritmo en que nuestro mundo se va transformando. La respuesta a esto fue la metodología Agile.
Esta metodología vio la luz en 2001, tras la reunión de 17 CEOs de las principales compañías de software en Utah, quienes luego de compartir sus mejores prácticas, crearon el manifiesto Agile. En resumen, se trara de un modelo de mejora continua que tiene como finalidad satisfacer, tan pronto como sea posible, las cambiantes necesidades de los clientes. Para lograrlo, recurre a plazos cortos de entrega, el uso de equipos multidisciplinarios o simplicidad.
Beneficios de Agile
Si bien fue creado pensando en los desarrolladores de software, su uso se extendió a otras esferas de la vida debido a los beneficios que ofrece, entre los que destacan:
- Mayores índices de satisfacción del cliente
- Equipos más colaborativos y comprometidos
- Flujos de trabajo optimizados
- Más productividad
- Tiempos de respuesta más cortos
- Innovación continua
- Mejor respuesta al cambio
En un mundo donde frecuentemente surgen nuevas necesidades de los clientes derivado de, por ejemplo, los constantes avances tecnológicos, economías cambiantes, problemas políticos o pandemias mundiales. Es fundamental que los proveedores de servicios se adapten a ello y ofrezcan las soluciones que las personas esperan.
No te quedes atrás y utiliza la metodología Agile
Los beneficios de esta metodología son variados y significativos. Por esta razón debes considerar su aplicación en el día a día. Acciones como dejar a un lado las estructuras lineales y formar equipos multidisciplinarios son fundamentales. Al involucrar a todo el personal necesario desde un inicio se incorporan diferentes perspectivas que pueden ayudar a encontrar respuestas que otro colaborador, por contar con experiencia en otra área, no podría haber pensado.
Alguien de ventas podría ofrecer al área de desarrollo web una idea de lo que los clientes requieren al momento de comprar en línea.
Gestión de proyectos con la metodología Agile
La “juntitis” es un fenómeno dañino que, contrario a fomentar la colaboración, desgasta a los empleados quienes destinan tiempo a reuniones que pudieron resolverse con un mensaje o correo.
La metodología Agile asegura que la mejor manera de comunicarse con el equipo es a través de encuentros frecuentes, pero contrario a las prácticas actuales, tienen que ser pensados de manera más eficiente.
Por ejemplo, algunos especialistas sugieren tener breves reuniones de 10 o 15 minutos diarias. Estas pueden ser al comienzo del día y en ellas todos los involucrados en un proyecto puedan compartir avances o retos puntuales con la finalidad de que todo el equipo esté enterado de los avances y, si es posible, colaboren en dar una solución a los problemas.
Para tener éxito en la implementación del método Agile, hay que seguir el modelo en sí mismo, es decir, tener pláticas con los implicados para explicarles qué cambios se harán, los beneficios que traerá para todos, entender las preocupaciones y dificultades que se están presentando y hacer los ajustes necesarios.
La realidad actual demanda dinamismo. Por esa razón, recurrir a metodologías como Agile están cobrando relevancia, pues contribuyen a mejorar la manera en que respondemos ante los cambios.