



Joy Mangano es la creadora del “clean mop” un trapeador que facilitó la vida de muchas personas para lavar el piso de sus hogares, pero no solo eso, tras su éxito en ventas también creó velas sin mecha, ambientadores, colgadores de ropa múltiples, etc. Tal ha sido su éxito que la historia de esta emprendedora se plasmó en la película “Joy”.
En la actualidad, es CEO de la empresa “Clean Boss” que ofrece diversos productos de limpieza revolucionarios y en la que está asociada con el famoso cantante Armando Christian Pérez, mejor conocido como Pitbull.
La administradora de formación, tras salir de la universidad trabajó en lugares que no la llenaban o que, por circunstancias de la vida, decidían prescindir de su personal. Sin embargo, mantenía la esperanza de emprender con sus propias ideas, pero el camino para lograr esta meta se tornó muy complicado.
Antes de brillar como la famosa empresaria que es hoy, tuvo que pasar por muchos sinsabores, que pusieron a prueba su fortaleza. Hace unos años, Jennifer Lawrence le dio vida a esta mujer en una película autobiográfica llamada “Joy”, donde también actuaron estrellas como Robert De Niro, Isabella Rosselini o Bradley Cooper, entre otros, y por la cual Lawrence fue nominada al premio Óscar como mejor actriz.
De esta forma, en Emprendedor.com retomamos algunas de las caídas de Joy en su camino hacia el emprendimiento y libertad financiera. Porque lo que no te mata, te hace más fuerte:
Cuando era joven hizo un collar antipulgas para perro y gato, con muchas luces, para evitar que estos se perdieran; sin embargo, nunca patentó la idea y tiempo después, un hombre lanzó al mercado un producto idéntico. Al ver esto Joy se prometió hacer realidad su próximo invento.
Al terminar la universidad comenzó a trabajar como mesera y después de agente en una aerolínea, pero no duró mucho ya que fue despedida por un recorte de la compañía. Sin empleo y dinero, mantenía su idea de emprender, buscando opciones para llevarlo a cabo,
Sin una entrada monetaria, y con su madre viviendo en casa, su padre divorciado de su segundo matrimonio la visita para pedirle posada, pero ella tiene poco espacio. Lo manda a la azotea con su marido, con el cual ya tenía problemas, principalmente económicos, ya que este tenía puros empleos ocasionales como músico. Mantenía la idea de emprender…
El papá de Joy, tras su segundo divorcio, tiene una nueva novia, una señora adinerada, a la cual esta creativa mujer convence para invertir en su proyecto, un trapeador revolucionario.
Ya con su invento en mano, gracias al financiamiento recibido, sale a las calles a venderlo, pero a los dueños de las tiendas de limpieza les parece muy caro. Así, su proyecto resulta ser poco rentable.
Tras el fracaso con la venta de su trapeador en las tiendas, decide venderlo ella misma afuera de un supermercado. Va acompañada de su hija y una amiga; sin embargo, la seguridad del lugar la expulsa antes de que pueda siquiera vender uno.
Joy logra presentar su proyecto al director de un canal de ventas por TV y este decide que se fabriquen 50 mil muestras, tras lo cual ella le pide más dinero a la pareja de su papá, esta lo hace con la condición de que deje las escrituras de su casa para asegurar que tendrá el dinero de vuelta. Después de publicitar el aparato en el canal, no logra ni una venta. El canal le dice Joy que no tiene ninguna obligación de reponer las piezas que elaboró.
Tras el fracaso de sus ventas en TV, Joy le pide al director de canal ser ella misma quien ofrezca el producto, no se sentía cómoda con la persona que lo anunció inicialmente. Cuando ella sale a cuadro, anunciando su creación,…¡boom!, vende más de 50 mil piezas, todo un éxito…
Joy recibe la noticia de que el proveedor del material para sus trapeadores ha decidido aumentar los costos. Va a hablar con él y se da cuenta de que este había patentado su idea.
Aún después de esa gran caída, ella no se rinde y decide estudiar las leyes para ver de qué manera puede resolver el problema y encuentra diferencias entre su producto y el patentado, por lo que toma valor para confrontar al hombre que le robó la idea.
Tras ello, logra que él le devuelva el producto, firmando documentos para ello, y además que le reembolse lo que perdió.
El resto es historia, Joy Mangano no ha dejado de crear nuevos productos y ofrecer su apoyo a las y los emprendedores que lo requieran. Así, sigue apareciendo a diario en la TV estadounidense y ahora hasta tiene un musical basado en su historia de vida. El punto fue no rendirse tras cada caída, sino agarrar impulso para saltar con más fuerza.