Quizás no haya en México una fuente mayor de creatividad, innovación y resiliencia que el emprendimiento. Los emprendedores representan un motor económico clave que, en el caso de las micro, pequeñas y medianas empresas, contribuyen con un poco más de la mitad del Producto Interno Bruto del país y generan siete de cada diez empleos. A estos negocios se les une una legión de freelancers, nómadas digitales, “nenis” – término originalmente despectivo que fue reapropiado por emprendedoras de redes sociales durante la pandemia – y creadores independientes que desarrollan actividades a través de la economía gig.
Los emprendedores son catalizadores del cambio y la innovación en la sociedad. Con su creatividad y determinación, no solo abren nuevas rutas para el progreso, sino que también inspiran a otros a seguir sus pasos, creando una cultura de esfuerzo y dedicación personal. En un país lleno de retos económicos y oportunidades por aprovechar, emergen como héroes modernos que, con su visión e impulso, forjan un futuro más dinámico para México.
Para saber más: ¿Qué son las ‘Nenis’?
Hoy en día, con un entorno cada vez más digitalizado, generar ingresos adicionales es cada vez más accesible gracias a la tecnología. En los últimos años, muchos han encontrado en este ecosistema un mercado ideal para impulsar su espíritu emprendedor, pasando de ser simples usuarios de internet, redes sociales y aplicaciones, a creadores de canales de redes sociales, sitios web y marketplaces para vender sus productos y/o servicios.
Esto es clave si consideramos el boom que México está experimentando en términos de crecimiento del comercio electrónico. En 2023, las ventas en línea alcanzaron los 37 millones de dólares, un 24 por ciento más que el año anterior. Esto convierte al país en líder mundial en esta área, de acuerdo con datos oficiales, lo cual es digno de celebración.
Por otro lado, la región está presenciando la creación de un mercado joven y dinámico para los fundadores de startups tecnológicas (como Intrare, de Hannah Töpler, ganadora del segundo lugar dentro de los Aurora Tech Awards 2024), así como un aumento significativo en la cobertura de internet a través de teléfonos inteligentes. Y es precisamente en estos dispositivos donde la gente deja volar su talento e ingenio para convertirse en emprendedores. Después de todo, ¿quién no quiere ingresos extra?
En el escenario anterior, hay una fuente clave para el emprendimiento digital: la revolución de la movilidad. A través de apps y plataformas digitales, esta tendencia ofrece oportunidades emocionantes para aquellos que buscan ingresos adicionales. Con el aumento de la conectividad en el país, las aplicaciones móviles se están convirtiendo en herramientas indispensables para la vida cotidiana.
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Es aquí en donde convertirse en conductor de una plataforma puede complementar los ingresos mientras se disfruta de flexibilidad, seguridad y autonomía. Por ello, el modelo de negociación directa y de precios justos, entre conductores y pasajeros, está registrando un crecimiento significativo, donde los conductores cuentan con las tarifas de servicio más bajas del mercado, además de la posibilidad de comenzar o fortalecer su historial crediticio mediante servicios financieros digitales como préstamos personales y tarjeta de crédito a través de la misma plataforma.
Otra de las ventajas de las plataformas de movilidad son las posibilidades que ofrece, desde ser conductor hasta entregar paquetes pequeños y productos en coche, motocicleta e incluso bicicleta. También es posible elegir rutas “de ciudad a ciudad”, entrega de fletes y, en algunos lugares, ofrecer otros servicios urbanos. Datos recopilados por inDrive Servicios revelan que, por ejemplo, entre los servicios más solicitados en el país están los de pintura, albañilería y limpieza, con ganancias de hasta $1,240 pesos por solicitud.
En conclusión, el emprendimiento en México está siendo transformado por las oportunidades digitales emergentes. Este cambio no solo crea nuevas vías para obtener ingresos adicionales, sino que también redefine nuestra relación con la economía y la sociedad. Aprovecharlo no solo aborda los desafíos actuales, sino que también construye un futuro más dinámico y resiliente para todos, donde se fortalecen tanto las finanzas personales como el crecimiento colectivo de nuestras comunidades.
