El tejido empresarial en Latinoamérica está fuertemente constituido por empresas tradicionales, pero ¿cómo darle un giro a esta realidad?
Por Gustavo Orjuela, Head of Venture Partnerships Colombia & México
La innovación y nuevas tecnologías han tomado un papel muy importante en las empresas y negocios en el último año, son trascendentales los servicios digitales para evitar una mayor paralización de las economías. Las restricciones en la movilidad por la pandemia de COVID-19 , han sido un importante impulso en la transformación de las empresas, avanzaron en meses lo que les hubiera tomado años, las nuevas condiciones animaron a los CEO y líderes a tomar decisiones en proyectos estratégicos que estaban en sus agendas. Sin embargo, ¿podemos hablar de una verdadera penetración de las nuevas tecnologías en el mercado?, ¿son suficientes los esfuerzos realizados para generar innovación abierta por parte de las empresas?
De acuerdo con las cifras del informe “Las oportunidades de la digitalización en América Latina frente al Covid-19” de CEPAL, el desarrollo del ecosistema digital tiene un nivel intermedio respecto a otras regiones del mundo, con un índice de 49.925 (en una escala de 0 a 100), la región está en una posición más avanzada respecto a África (35.05), mostrando un rezago importante con Europa Occidental (71.06) y América del Norte (80.85).
El tejido empresarial en Latinoamérica está fuertemente constituido por empresas tradicionales, explotando sectores económicos comunes y bajo líneas gerenciales obsoletas, estas características provocan una menor competitividad y ceder terreno en el escenario económico global, pero ¿cómo darle un giro a esta realidad?, ¿de qué manera desarrollar una nueva generación de empresas más innovadoras y competitivas?
Una parte de la respuesta está relacionada con las habilidades STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática) , son necesarios más empresarios con capacidad de entender el mundo tecnológico, con la ambición de competir en él y con la palanca de innovación como una forma de gerenciar. Las empresas que adopten en su ADN el uso de tecnologías para transformar no solo su operación sino revaluar su modelo de negocio, son aquellas destinadas a escalar en un mundo altamente aleatorio y competitivo.
Un detonante en el mundo para esta adopción tecnológica, debido a su aplicabilidad, relevancia y omnipresencia ha sido el Internet de las Cosas (IoT), al que Oracle define como “la red de objetos físicos (cosas) que llevan sensores integrados, software y otras tecnologías con el fin de conectar e intercambiar datos con otros dispositivos y sistemas a través de Internet”, se prevé para 2025 cerca 22,000 millones de dispositivos conectados.
Tener la posibilidad de conectar objetos entre sí, abre un espacio de exploración valioso para las empresas al pasar de procesos análogos y empíricos, a comprender la operación de su empresa en tiempo real a través de los datos, con beneficios en el aumento de productividad y minimización de desperdicios. Hoy podemos ver soluciones desarrolladas en todo tipo de sectores como agro, salud, retail, educación, entre otros; con un potencial de ingresos totales para la región en 2023 de 33 mil millones de dólares de acuerdo con GSMA Intelligence .
Startups como Espacios Digitales , están liderando el desarrollo de soluciones de IoT para diferentes sectores económicos. Estos emprendedores, a través de su solución de casilleros inteligentes en el sector retail, han impulsado más del 60% de crecimiento en las ventas de sus clientes, reducido 20 veces el tiempo de atención y logrado disminuir los costos logísticos en un 46%.
Para lograr que más emprendedores y empresas entren al mundo de Internet de las Cosas, Wayra Hispam y Telefónica Movistar fueron pioneras en lanzar laboratorios de IoT, donde se pueden realizar pruebas sobre redes LPWA, en un nodo habilitado en NB-IoT y LTE-M, proporcionando un entorno real de extremo a extremo de las nuevas tecnologías, en un ambiente controlado, donde se puede experimentar con aplicaciones y dispositivos en condiciones reales de redes, permitiendo reducir costos de implementación.
Gracias a este tipo de iniciativas, se está generando una comunidad inclusiva, para compartir buenas prácticas y espacios de formación con aliados, acortar las brechas de información y uso de IoT en las empresas. La clave está en acercar a todos los agentes del ecosistema para generar, colaborar, probar y cocrear soluciones.