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La decisión de emprender

La decisión de convertirse en emprendedor implica un continuo aprendizaje de prueba, acierto y error.

Al convertirse en emprendedor, la persona renuncia a su zona de confort.
Al convertirse en emprendedor, la persona renuncia a su zona de confort. © Depositphotos.com

Cuando una persona decide convertirse en emprendedor, renuncia a su zona de confort y deja de lado la comodidad de un salario y prestaciones para lanzarse a la aventura. Es un continuo aprendizaje de prueba, acierto y error.

En el camino hacia la consolidación de una empresa existen momentos clave que definirán si se logrará o no. Una de las tareas más necesarias es la elaboración del plan financiero. La liquidez con que cuenta un negocio es clave para determinar su solidez, su solvencia, su rentabilidad y su posibilidad de crecimiento.

La gestión deficiente de los recursos y la falta de claridad sobre cuánto, cómo y en qué se gastan los ingresos causa situaciones adversas, sobre todo cuando es necesario cumplir con compromisos de pago. Para evitar este tipo de escenarios negativos, lo recomendable es elaborar un plan financiero y un plan de liquidez que sirvan de guía para dar el mejor uso posible al dinero, determinar las opciones más viables de inversión y aprovechar las oportunidades que se presenten para generar utilidades.

Convertirse en emprendedor para identificar oportuidades

Tanto en los inicios del emprendimiento como durante su desarrollo es necesario realizar una evaluación constante de lo que se hace y cómo se hace para tener la capacidad de identificar áreas de oportunidad y mejora. A partir de estas evaluaciones se determinan los cambios que hay que implementar para perfeccionar el desempeño y cumplir los objetivos de la empresa.

Un factor que pocas veces se toma en cuenta es la actitud, que puede aportar el impulso necesario para hacer frente a las adversidades. Cuando los empresarios son resilientes ante los desafíos y responden de manera positiva a las nuevas tendencias del mercado, sus posibilidades de triunfar se incrementan. Un gran ejemplo son los negocios que se adaptaron y, mejor aún, aprovecharon las formas emergentes de consumo durante la pandemia de COVID-19. La capacidad de adaptarse al contexto y la perseverancia ayudan a que las empresas prosperen.

La gran incógnita es cómo lograr esto. Y la respuesta es… depende. No existe una fórmula mágica que pueda aplicarse a todo de la misma forma; por tanto, es importante desarrollar la flexibilidad necesaria ante el cambio e implementar las mejores prácticas en cada área, siempre con la misión del negocio como eje rector del producto o servicio que ofrece.

La falsa comodidad de la informalidad

Parecería lógico que todas las empresas operen en la formalidad, pero no es así. Incontables negocios son informales por la errónea percepción de que es más conveniente, cuando en realidad es lo contrario. Cuando los negocios no están respaldados por documentos que avalen su honestidad, procedencia y capacidad de pago, no tienen acceso a diversos beneficios, como los créditos y financiamientos. Las consecuencias son la falta de oportunidades para aumentar la producción y el riesgo de perder ventas a gran escala. Para una pequeña o mediana empresa, la formalidad debe ser una de las metas prioritarias.

Para finalizar, otro tema que suele ser complicado para los empresarios es la digitalización. Si bien la tecnología avanza con rapidez, cada día es más relevante mantenerse lo más actualizados posible conforme las tendencias. Cuando las empresas se resisten a dar este paso, caen en rezago y su capacidad de resolución de problemas se limita.

Digitalizar una empresa permite realizar tareas de forma eficiente; por ejemplo, gestionar inventarios y personal, contabilidad y cobranza, entre otras. Si una empresa se visualiza creciendo y ganando la preferencia de sus clientes, debe digitalizarse para optimizar sus procesos.

Cuando se construye un negocio, cada plan o paso constituye un peldaño hacia la permanencia y el éxito. Un reto tan grande exige preparación, planeación, ejecución y evaluación constantes, con estrategias efectivas que permitan avanzar a pesar de los obstáculos.

autor Claudio ha sido, también, director de productos financieros en Banco Azteca, director de riesgo de crédito y director de operaciones en HSBC, gerente de marca de "Western Union: Dinero en Minutos" en Elektra, entre otros. Cuenta con amplia experiencia en el sector financiero, tanto en México como en Estados Unidos, Luxemburgo, Rusia, Suiza, Israel, Guatemala, Panamá, Honduras, El Salvador, Colombia, Perú, Brasil y Argentina.