



Un reciente estudio publicado en iScience ha demostrado algo que muchos dueños de gatos ya sospechaban: los felinos parecen comportarse como líquidos cuando intentan pasar a través de aperturas pequeñas. Este nuevo estudio sugiere que los gatos son conscientes del tamaño de su propio cuerpo, pero solo cuando enfrentan ciertos tipos de obstáculos. Utilizando experimentos en los hogares de los gatos, los investigadores examinaron cómo estos animales navegan por espacios estrechos y bajos.
Dicho de otra manera, los gatos parecen adaptarse a las aperturas pequeñas de una manera fluida, lo que confirma que poseen una notable conciencia corporal, según un estudio reciente.
Los gatos tienen una fama bien ganada por su flexibilidad y habilidad para colarse en los espacios más pequeños. Este comportamiento ha sido objeto de fascinación por años. Sin embargo, el estudio realizado por el investigador Péter Pongrácz y su equipo en la Universidad Eötvös Loránd de Hungría buscó ir más allá de la simple curiosidad. El equipo investigó cómo los gatos manejan aperturas de diferentes tamaños, analizando si estos animales son conscientes de su propio tamaño al pasar por diferentes espacios.
El experimento, llevado a cabo en los hogares de 30 gatos, encontró que los felinos no dudan en pasar por aperturas estrechas siempre que la altura sea suficiente. Pero cuando la altura de las aperturas disminuía, los gatos comenzaban a dudar o incluso se detenían, lo que indica que sí tienen una percepción de su tamaño corporal. A diferencia de los perros, que parecen más conscientes de su tamaño en todo momento, los gatos solo activan esta conciencia cuando la altura es un factor importante.
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Este comportamiento tiene raíces evolutivas. En la naturaleza, agacharse para pasar por una apertura baja podría dejar a un gato expuesto a depredadores, lo que explicaría por qué dudan más al enfrentar aperturas bajas. Por otro lado, en espacios más estrechos pero altos, los gatos confían en su flexibilidad natural para adaptarse, lo que les permite actuar como si fueran líquidos.
Algunos gatos se mostraron reacios a participar en los experimentos, lo que obligó a los investigadores a ser creativos. Aun así, los resultados finales mostraron que los gatos tienen un entendimiento claro de su tamaño, aunque su flexibilidad les permite ignorar ciertas restricciones de espacio que otros animales, como los perros, deben tener en cuenta constantemente.
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El estudio aporta nuevas perspectivas sobre el comportamiento de los gatos y su capacidad para adaptarse a su entorno. Aunque los resultados pueden parecer una simple curiosidad, esta investigación abre nuevas posibilidades para entender la conciencia corporal en animales y sus aplicaciones evolutivas.
La próxima vez que veas a tu gato deslizarse por una pequeña abertura, recuerda que su habilidad va más allá de su flexibilidad: es también una cuestión de conciencia corporal.