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Helena Rubinstein, la “rebelde” que revolucionó la industria cosmética 

Helena Rubinstein fue una mujer que rompió todo estereotipo y norma al fundar una empresa global que transformó la industria cosmética.

Helena Rubinstein fue amiga de Frida Kahlo.
Helena Rubinstein fue amiga de Frida Kahlo. © Helena Rubinstein y Museo Frida Kahlo vía Facebook / Depositphotos

Helena Rubinstein estuvo, sin duda, adelantada a su época, pues no solo rompió con los moldes al abandonar su hogar y matrimonio arreglado, sino que también se convirtió en una exitosa empresaria que revolucionó la industria cosmética. Su historia y valentía han sido inspiración para millones de mujeres alrededor del mundo. 

¿Quién es Helena Rubinstein? 

El 25 de diciembre de 1872 nació en Cracovia, Polonia, Chaja Rubinstein, la primogénita de un humilde matrimonio de judíos. Helena, como se haría mundialmente famosa años más tarde, creció con muchas carencias, especialmente porque su familia era numerosa –siete hermanos más- y un padre tendero con múltiples deudas. 

Este panorama orilló a su padre a tomar una drástica decisión: arreglarle el matrimonio a la mayor de sus hijas con un adinerado viejo viudo. Helena, a quien además le prohibieron estudiar medicina, decidió dejar todo atrás y huir a Australia. 

En una época en donde no era común ni bien visto que las mujeres anduvieran solas en la calle, la determinada joven Rubinstein emprendió camino hacia la independencia. Sin conocer bien el idioma, llegó a Australia en donde trabajó como institutriz. 

La apariencia de Helena llamó la atención entre las mujeres australianas, quienes no solo notaban su elegante ropa sino su bella y conservada tez blanca. Y es que una de las lecciones y hábitos que le dejó su madre fue la de cuidar su cabello y piel para poder conseguir a un buen marido. 

Los inicios de Helena Rubinstein en la industria cosmética 

La joven llevaba en su maleta unas cremas faciales que había hecho un amigo de su madre, por lo que decidió comenzar a venderlas. Debido a la efectividad de su producto hidratante, que además mejoró a partir de ingredientes locales, sus ventas fueron todo un éxito. 

Su negocio triunfaba, lo que le permitió abrir su propio centro de belleza en Melbourne y llevarse a parte de su familia a tierras australianas.

Uno de los factores que contribuyeron a su éxito en la industria cosmética fue que Helena Rubistein no solo vendía productos sino experiencias, pues a sus clientes les hacía diagnósticos y les “recetaba” el tratamiento adecuado. 

Cientos de mujeres la buscaban, por lo que la joven empresaria amplió la cobertura de su compañía y “conquistó” Australia, pero Helena quería más. Con una meta más ambiciosa en mente, dejó a cargo a su hermana y se mudó a Londres para aprender más de la industria y adquirir conocimientos en nutrición y dermatología. 

La expansión global del negocio 

En 1908 Rubistein abrió en Londres uno de sus famosos centros y cuatro años más tarde, inauguró uno más en París. Chaja se había casado con un periodista estadounidense quien la apoyaba con la promoción, así que al estallar la Primer Guerra Mundial, el matrimonio se mudó a Nueva York. 

Con un nuevo continente por conquistar, en 1915 se abrió una nueva sucursal de sus centros de belleza y que se convertirían en fuerte competencia para Elizabeth Arden, otra de las gigantes en la industria. Ambas empresarias eran conscientes de la importancia de la mercadotecnia: empaques de lujo, respaldo de celebridades o uniformes de lujo, así que no dudaban en usarla a su favor. 

Madame, como era conocida la exitosa empresaria, busco siempre innovar tanto en sus productos como en sus estrategias para promocionarlos.

Con el objetivo de dar a conocer su mascara a prueba de agua, aprovechó una exhibición de nado sincronizado para mostrar la eficacia del rímel. Además, muchos aseguran que su segundo matrimonio con el príncipe Archil Gourielli, fue una estrategia para captar más miradas. 

Helena vendió su empresa a la compañía Lehman Brothers, sin embargo, durante la Gran Depresión volvió a comprar las acciones ya devaluadas y a asumir el liderazgo del imperio que creó. Madame nunca dejó de trabajar, e incluso en su lecho de muerte, siguió involucrada en el negocio. Falleció en 1965. 

El empoderamiento femenino a través de la belleza 

Para la empresaria la belleza no se trataba solo de apariencia externa, sino de la confianza y el bienestar interior. Bajo el eslogan “Belleza es poder”, promovió una filosofía que alentaba a las mujeres a preservar su piel como un acto de autocuidado, lo que contribuyó a fortalecer la autoestima femenina. 

Esta visión se consolidó en la marca, que fue más allá de la venta de productos cosméticos y se convirtió en un símbolo de empoderamiento para las mujeres de todas las edades. 

El legado de Helena Rubinstein en la industria cosmética 

Helena Rubinstein no solo dejó una huella en la industria de la belleza, también en la historia del emprendimiento femenino. Fue una de las primeras mujeres en crear un imperio empresarial que, además, rivalizaba con los de los hombres de su época. A lo largo de su vida, acumuló una fortuna considerable y una vasta colección de arte, lo que la convirtió en una de las mujeres más influyentes de su tiempo. 

Tienda de Helena Rubinstein en Hong Kong | Imagen: Depositohotos.com
Tienda de Helena Rubinstein en Hong Kong | Imagen: Depositohotos.com

Su legado continúa siendo relevante hoy en día. La marca Helena Rubinstein sigue siendo un símbolo de lujo y calidad en el mundo de los cosméticos, y sus innovaciones científicas sentaron las bases para el desarrollo de la industria cosmética moderna. 

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autor Comunicóloga y mamá. Con 10 años de experiencia, he podido contar historias relacionadas con los negocios, finanzas personales, cultura laboral, emprendimiento y tecnología.