



General Motors (GM) anunció el martes una inversión de 4,000 millones de dólares (mdd) en sus plantas de Estados Unidos durante los próximos dos años. La decisión responde directamente a los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump. Con esta estategia buscan reducir la exposición de la compañía a un costo estimado de hasta 5,000 mdd anuales en aranceles sobre autos y autopartes importadas.
La compañía trasladará parte de su producción desde México a plantas ubicadas en Michigan, Kansas y Tennessee, aumentando su capacidad de ensamblaje nacional a más de 2 millones de vehículos al año. Este cambio representa un giro significativo para GM, que por décadas impulsó la manufactura en México para reducir costos laborales.
“Recibí llamada de GM para informarme que sus plantas en Ramos Arizpe, Silao, San Luis Potosí y Toluca se mantienen operando normalmente y su personal también. No hay previsión de cierres ni despidos. GM sigue en y con México”, escribió Marcelo Ebrard, Secretario de Economía de México, en su cuenta en X el martes.
¿Qué se lleva General Motors de México?
Entre los modelos que regresan a Estados Unidos destacan la Chevrolet Silverado, GMC Sierra y la Chevrolet Equinox, todos con alta rentabilidad para la firma. GM anticipa que esta reconfiguración generará entre 3,000 y 4,000 empleos nuevos una vez que las operaciones estén en marcha.
En los mercados, la noticia fue bien recibida este miércoles. Las acciones de General Motors subieron 1.9% en Nueva York, aunque acumulan una caída de 6.4% en el año, frente a un avance del 2.4% para el índice S&P 500.
Con esta reconfiguración, GM contará con cinco plantas para ensamblar camionetas: tres en Estados Unidos, una en Canadá y una en México (esta última con menor volumen). La firma considera que, dada su rentabilidad, no es sostenible producir camionetas en México. Sin embargo, modelos como el Equinox —de menor margen— seguirán ensamblándose parcialmente en el país.
La inversión no solo busca reducir costos por aranceles, sino también enviar un mensaje claro: el centro de gravedad de GM vuelve a estar en Estados Unidos.
La reestructuración también implica una pausa en la estrategia de electrificación de GM. La planta de Orion Township, Michigan, que estaba destinada a producir camionetas eléctricas como la Silverado EV, ahora fabricará las versiones a gasolina a partir de 2027. Asimismo, el Chevrolet Blazer con motor de combustión interna será ensamblado en Tennessee, mientras que su versión eléctrica seguirá produciéndose en México.
El Equinox, actualmente fabricado en México, sumará una segunda línea de producción en Kansas City en 2027. A la par, contemplan el relanzamiento del Chevrolet Bolt EV, tras haber sido suspendido en 2023 por problemas con baterías.
GM también canceló una inversión de 300 mdd en motores eléctricos para su planta en Buffalo. En su lugar, destinará 888 mdd para fabricar motores V8, subrayando su regreso a vehículos a gasolina.
Desde su primer mandato, Trump ha criticado duramente la producción automotriz en México para luego importar los vehículos a Estados Unidos.
La CEO de GM, Mary Barra, ha buscado una relación más estrecha con el presidente, e incluso defendió públicamente los aranceles durante un evento del Wall Street Journal, al señalar que los fabricantes estadounidenses enfrentan competencia desleal por subsidios y reglas fiscales extranjeras.
“Queremos ser consistentes con nuestros clientes”, dijo el CFO de GM, Paul Jacobson, al explicar que no buscan subir precios por los aranceles, ni bajarlos después si se eliminan.
La empresa había adelantado desde enero que planeaban transferir parte de la producción de México y Canadá a Estados Unidos si se materializaban los aranceles.
Con información de The Wall Street Journal.