Dos emprendedores renovaron la oferta de jugos con productos sin conservadores. Antes, tuvieron que ajustar su modelo.
La obesidad y el sobrepeso, renglones en los que México se ubica en los primeros lugares a nivel mundial, han propiciado que la comida saludable se convierta en una oportunidad de negocios cada vez más atractiva por explorar. Si bien existe una demanda creciente, ¿cómo innovar para abrirse paso en un nicho bastante competido? Para Jorge Bouffier y Manuel Villarreal la respuesta fue crear bebidas envasadas, elaboradas con ingredientes naturales y listas para consumirse.
Estos emprendedores se percataron de que los acelerados ritmos de vida propician que muchos jóvenes universitarios o empleados “se salten el desayuno, descuidando así su alimentación”, explican. Pero además, “no existen tantas opciones de bebidas realmente naturales y sin conservadores en el mercado”, aseguran.
Viendo esta necesidad, Jorge y Manuel fundaron Sin Secretos . Se trata de una productora de bebidas hechas a base de frutos naturales, sin químicos, elaboradas higiénicamente y contenidas en empaques amigables con el medio ambiente. Todas se comercializan bajo las marcas Hola Smoothie ( www.holasmoothie.com ) y Frutos de Vida ( www.frutosdevida.com ).
Las primeras pruebas
Los empresarios relatan que la idea inició hace cuatro años. En el garaje de su casa comenzaron a experimentar y a hacer producciones a pequeña escala. Antes de lanzarse al mercado, pasaron la prueba de amigos y familiares. Y en enero de 2009 empezaron a comercializar sus jugos con algunas cafeterías, restaurantes y gimnasios. Alto Tango , la cafetería de la Universidad Centro y Gold’s Gym Polanco fueron sus primeros clientes.
Prueba superada: ya vendían sus bebidas; sin embargo, aún tenían mucho que aprender. Jorge y Manuel cuentan que los jugos, al no tener conservadores, se echaban a perder si no se mantenían en refrigeración; incluso, “algunos llegaron a explotar cuando se dejaban en un auto bajo el sol”, recuerdan. Por ello, invirtieron recursos y tiempo para hacer investigaciones a fin de mejorar el empaque y el proceso de envasado.
El primer reto fue con las grandes tiendas departamentales, como El Palacio de Hierro y Liverpool, donde les pedían un mínimo de 20 días de vida en anaquel. Por otro lado, tuvieron problemas con las etiquetas, pues como eran de cartón reciclado, se maltrataban y llegaban rotas a exhibición. La solución fue darle un giro a su imagen y hacerlas de un material más resistente. “El producto debía no sólo ser amigable con el medio ambiente , sino llamar la atención para que lo reconocieran en el mercado”, afirma Jorge.
Y agrega: “no quisimos comernos el mundo de un bocado, primero había que sembrar la semilla para posicionarnos mejor”. Por eso, no fue sino hasta 2010 que buscaron entrar a los supermercados . Iniciaron con Superama . “Cuando llegamos con ellos, ya nos conocían”, señala Manuel. Pero tuvieron que hacer nuevamente adecuaciones y, sobre todo, ser capaces de aumentar su producción. Por lo que pidieron un préstamo bancario para comprar una planta y una cocina industrial, que instalaron en el Estado de México. Esto les permitió alargar la vida del producto en almacén hasta por tres meses.
Habilidad de camaleón
“Nuestro lema siempre ha sido aprende rápido y cambia rápido”, dicen los empresarios. Con esa filosofía se adaptaron a los nuevos desafíos que implicó convertirse en proveedores de grandes cadenas comerciales . Y es que ya no se trataba de una producción casera, ni de entregar los productos por sí mismos. Así que Jorge y Manuel pidieron ayuda a los expertos.
“Cuando eres emprendedor y te acercas a la gente con experiencia para contarle tu idea, las personas se abren y te apoyan. No hay que tener miedo de preguntar y pedir ayuda”, aseguran. Sus mentores les recomendaron, entre otros puntos, implementar estrategias de promoción en punto de venta para posicionarse mejor. En tanto que para interactuar con los consumidores, les aconsejaron incluir en el empaque la página Web de la marca. “En ella encuentran desde información sobre la compañía hasta recetas para hacer mezclas con los jugos”, explica Manuel.
Otro secreto fue escuchar al consumidor . Gracias a los demostradores en punto de venta y a Internet se percataron de que las personas querían una bebida más ligera (los smoothies, al contener pulpa de fruta, son más espesos). De esta manera, en noviembre de 2010 lanzaron una línea más ligera, Frutos de Vida.
Hoy, Sin Secretos da empleo directo a 25 personas y vende a Superama, Costco, Sam’s Club, Walmart, Soriana, HEB, así como a cafeterías, gimnasios, tiendas naturistas y gourmet.
De cara al reto de tener una mayor distribución en el país y reinvertir todas sus ganancias en investigación y mejora de productos, Jorge y Manuel señalan que la base de su crecimiento es la transparencia . “Somos una empresa sin secretos entre socios y que ofrece bebidas sin trucos. La naturaleza hizo todo el trabajo, nosotros sólo lo metimos en una botella”, concluyen.