La felicidad ha sido una de las mayores búsquedas de la humanidad, en la que la pregunta cómo ser feliz no tiene una sola respuesta.
Y entre las respuestas que podemos encontrar, algunas afirman que la felicidad no es un don o bien que se busca, sino que se construye.
De acuerdo con diversos artículos de la Universidad de Harvard, la felicidad se construye a base de hábitos que mejorarán tu vida y que puedes implementar.
A continuación te compartimos algunos de estas acciones recomendados por Harvard para alcanzar un estado de felicidad en tu vida diaria.
De acuerdo con Harvard, las personas que tienen más opciones tienen más oportunidades para arrepentirse y preocuparse.
De ahí que se recomiende simplificar las opciones disponibles, pues te ayudarán a aliviar la carga de elegir y podrás preservar tu felicidad.
Entonces, considera que si una decisión no trae consecuencias significativas, puedes limitar la cantidad de tiempo que te das para elegir, o elegir entre menos opciones.
Así también, la recomendación de este estudio es que no te permitas cuestionar tu decisión una vez tomada, las consideraciones son más adecuadas para decisiones de mayor peso.
Pero incluso cuando tomes decisiones mayores, una vez tomadas es más recomendables evitar mirar atrás ni repensar tu elección.
En diversos estudios realizados por Harvard, como el del Dr. Waldinger, se encontraron importantes asociaciones entre la felicidad y las relaciones con familiares y amigos.
“La conexión personal crea estimulación emocional, que es un refuerzo automático del estado de ánimo, mientras que el aislamiento es un destructor del estado de ánimo”, dice el Dr. Waldinger.
Por esto es importante frecuentar más a tus seres queridos, cultivar relaciones más profundas con quienes te rodean y sostener estos vínculos a lo largo del tiempo para hacerlos significativos.
Otra forma de fomentar la felicidad en tu vida diaria es con el hábito de contar tus bendiciones y agradecerlas.
En ocasiones puedes dar por hechas muchas cosas, como tener una casa donde vivir o una familia con quien convivir y apoyarse, así que no está demás agradecer por estas cosas que traen felicidad a tu vida.
Cuando no te sientas bien, haz una lista de cosas o al menos recuerda una cosa de tu vida que agradezcas, progresivamente este hábito te traerá paz y felicidad.
Ayudar a otros a través del voluntariado es otro de los hábitos que pueden dar a tu vida un propósito y hacerte experimentar un estado de felicidad.
Busca una causa que apoyes y fundaciones o instituciones que requieran ayuda de voluntarios. De esta forma mantendrás tu mente enfocada en un propósito más allá de tu propia vida y ayudarás a quienes más lo necesitan.
Dar variedad a tu vida diaria es otra de las formas en las que puedes encontrar la felicidad, aún cuando los cambios que implementes sean muy pequeños.
Desde las acciones más sencillas como probar ejercicios diferentes a los que habitualmente haces, escuchar música distinta al estilo que normalmente escuchas, tomar caminos diferentes a tu trabajo o a tu casa, pueden marcar la diferencia y agregar sabor a tu vida.
Realizar actos de bondad por los demás de forma regular puede ayudarte a generar un estado de felicidad.
No importa si son pequeñas acciones diarias o decides dedicar un día de la semana en específico para ayudar a los demás. Lo importante es que te des la oportunidad de hacer cosas buenas por alguien más, al mismo tiempo que incrementas tu propio bienestar.
La felicidad de la gente puede estar fuertemente relacionada con la cantidad de espacios verdes del área en que vive.
De ahí la importancia de cuidar las áreas verdes como parques, jardínes y riberas, sin importar el nivel socioeconómico de la zona en la que vives.
En caso de que en tu localidad no haya áreas verdes, procura tener tu propio jardín o tu espacio para tener plantas, pues tendrá un efecto similar al de las áreas verdes en tu sensación de felicidad y bienestar.
Si ya eres un adulto, procura pensar en qué actividades te hacían feliz cuando eras joven o niño y retómalas.
Pasatiempos, deportes, juegos o cualquier otro interés de esas etapas que te llenaran de felicidad, pueden ayudarte a mantener tu bienestar en esta etapa de tu vida.
Aunque en ocasiones se diga que el dinero no compra la felicidad, gracias a esta herramienta es posible invertir en experiencias y cosas que te hagan feliz.
Tampoco se trata de que agotes tu cuenta de ahorros, pueden ser desde las cosas más sencillas como ir a tu restaurante favorito y pedir el platillo que más te apetezca, ir a disfrutar tu actividad artística favorita o dar algún paseo en tu ciudad o en las afueras.
El pago por estas experiencias será una inversión porque tendrá resultados a largo plazo, ya que te quedarán los recuerdos de estas vivencias y te llenarán de felicidad, en comparación a la compra de objetos que trae placer temporal por lo general.
La felicidad es un estado de ánimo contagioso, al igual que otros. El sentimiento de optimismo se puede contagiar a otras personas, que a su vez contagiarán a otras personas con este sentimiento en una especie de efecto en cadena.
Las personas que invierten su dinero en servicios o cosas que ahorren tiempo, en lugar de bienes materiales, suelen mostrar mayor felicidad en sus vidas, pues ese tiempo que ahorran lo pueden emplear en cosas que realmente disfrutan.
Además, al mismo tiempo ayudan a que otras personas tengan una fuente de ingresos.
¿Con qué otro hábito puedes encontrar la felicidad en tu vida diaria? Aquí te compartimos otros 10 hábitos de las personas felices, según la ciencia.
