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Estuvo preso por tráfico de drogas, padeció obesidad y hoy emprende con gimnasios en Nueva York

Coss Marte hoy gestiona dos de los gimnasios más populares de NY y donde la mayoría de los instructores son también antiguos reclusos.

© Cortesía

Coss Marte fue detenido y llevado a prisión por primera vez a los 13 años por vender marihuana en el vecindario donde se crio, el Lower East Side de la ciudad de Nueva York, pero logró salir libre. Esta solo fue la primera vez de cuatro ocasiones en las que fue detenido.

Su madre llegó a Estados Unidos desde República Dominicana embarazada de él y aunque trabajaba en una fábrica haciendo camisetas, en la casa siempre faltaba el dinero. “Yo era joven y veía a la gente vender droga y esperaba volverme rico por eso”, señaló Marte en entrevista con Emprendedor.com.

Marte comenzó a fumar desde los 11 años y a los 13 ya estaba en la calle vendiendo marihuana. Eran los años 80 y 90 en Nueva York, donde la venta de droga y la violencia se apoderaba de los barrios predominantemente hispanos y afroamericanos en las grandes urbes estadounidenses. En Estados Unidos, el 76% de las personas que han estado en la cárcel regresan en algún momento de su vida a la prisión, detalla Coss.

A los 19 años, Coss ya tenía uno de los servicios locales más grandes de entrega de cocaína y estaba ganando poco más de dos millones de dólares al año.

El poder del ejercicio, según Coss Marte

En 2009 Coss tenía tan sólo 23 años cuando fue sentenciado a siete años de prisión por tráfico de drogas. Mientras cumplía su sentencia, Coss vivió el poder transformador del ejercicio. Un médico le aconsejó cuidar su salud porque a su corta edad ya pesaba 115 kilos. “No quería morir en la prisión”, afirmó.

En seis meses Coss había perdido más de 30 kilos, y sorpresivamente consiguió una larga lista de seguidores entre sus compañeros de prisión que comenzaron a pedirle que los entrenara.

Un día Coss tuvo un problema con un oficial que lo mandó a una celda de aislamiento por 24 horas. En ese cuarto se puso a pensar en lo que le gustaría hacer al salir de la cárcel. “En esa soledad formulé la idea de formar lo que hoy es ConBody“, recordó Marte, una marca de gimnasios que busca darle una segunda oportunidad tanto a los usuarios como a exconvictos que buscan darle una vuelta a su vida.

Foto: ConBody vía Instagram

Y es que Coss sabe perfectamente lo difícil que es tratar de vivir una vida honrada cuando se tiene un expediente policial. A sus 29 años, su sentenció terminó. Coss encontró que nadie le quería dar trabajo debido a sus antecedentes. De hecho, algunos empleadores ni siquiera le dejaban hacer las entrevistas.

El ejercicio que tanto le ayudó dentro de prisión, también fue lo que lo impulsó a emprender. Un día se puso a correr por su vecindario e iba detrás de las personas que iban con vestimenta de yoga para explicarles que tenía un bootcamp para hacer ejercicio en equipo.

En 2014 empezó a dar clases en un parque, pero el frío invernal llegó y se vio forzado a encontrar un local. Sin embargo, con sus antecedentes nadie quería rentarle un espacio. Una mujer escuchó su historia y le ofreció ayuda para encontrar una ubicación. Hasta la fecha su primer gimnasio sigue operando en la misma dirección en su vecindario de Lower East Side.

Así es como empezó a desarrollar un programa de ejercicio único y efectivo basado en técnicas militares de campo de entrenamiento y algunos secretos adicionales.

Hoy Coss Marte gestiona dos de los gimnasios más populares de Nueva York y está a punto de abrir un tercero en Los Ángeles bajo el nombre de su marca ConBody – que significa: convicto + cuerpo, los mismos gimnasios están diseñados con rejas que emulan el ambiente carcelario y la mayoría de los instructores son también antiguos reclusos.

En total ha empleado a 42 personas que estuvieron en la cárcel. La mayoría entrena desde prisión y al salir Coss les ofrece trabajo por dos meses donde los capacita para convertirse en instructores o, si lo prefieren, les brinda apoyo para encontrar empleos fuera de la industria fitness . El mismo sigue acudiendo a la prisión tres veces por semana para entrenar a reclusos.

Pero su alcance no llega hasta ahí. Coss ha logrado entrenar a casi 30,000 personas en el mundo ya que también da clases por internet. Su visión a futuro es  convertir su modelo en franquicia.

“Nunca imaginé que iba a salir de prisión y después comenzar un gimnasio. Cuando estaba en la calle vendiendo droga no imaginaba nada de esto, pero la vida puede cambiar. Una idea puede comenzar a transformarlo todo”, comenta el entrenador para inspirar a otros emprendedores.

Foto: ConBody vía Instagram

El camino de Marte no ha sido fácil. “Tengo un estigma y he sufrido de discriminación, pero siempre sigo adelante. He ahorrado todo lo que puedo y ahora tengo poco más de 600 mil  dólares para seguir con la construcción de esta marca”.

El poder transformador del ejercicio es una realidad y así lo ve Coss Marte . “El ejercicio era más como una meditación para mí cuando estaba en la prisión; me sacó de estar parado con la droga en una esquina y me enfocó. Cada vez que corría me motivaba para tener una energía positiva y cuando terminaba de hacer el ejercicio me sentía mejor. Ahora tengo un trabajo y ayudo a otras personas”.

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