El calamar gigante o colosal fue descrito por primera vez en 1925, a partir de especímenes encontrados en el estómago de un cachalote cazado comercialmente. Un siglo después, un viaje internacional ha capturado el primer video confirmado de esta especie en su hábitat natural. Se trata de un ejemplar juvenil de 30 centímetros, a 600 metros de profundidad, cerca de las islas Sandwich del Sur.

El calamar gigante puede crecer hasta siete metros y pesar hasta 500 kilogramos, lo que lo convierte en el invertebrado más pesado del planeta. Sin embargo, sabemos muy poco sobre su ciclo de vida.

La grabación de un calamar gigante joven en la columna de agua ha sido un avistamiento fortuito. Así como lo son muchas observaciones de calamares de aguas profundas.

Fue durante la transmisión en vivo de un vehículo operado a distancia, durante la expedición del Instituto Oceanográfico Schmidt y la organización Ocean Census. Estos buscaban nuevas especies y hábitats de aguas profundas en el extremo sur del Atlántico, centrada principalmente en el fondo marino.

Quienes hemos sintonizado la transmisión hemos tenido la extraordinaria experiencia de ver un calamar gigante vivo en su hábitat, aunque su identidad no se ha confirmado hasta que se ha podido revisar posteriormente la grabación en alta definición.

Depredadores como las ballenas y las aves marinas siguen siendo una de nuestras mejores fuentes de información sobre el calamar gigante o colosal (Mesonychoteuthis hamiltoni), ya que son mucho mejores que nosotros para encontrarlo.

El calamar gigante en un entorno oscuro, inmenso… y difícil de alcanzar

Esto explica en parte por qué apenas hemos filmado a esta especie en su hábitat natural. Estos animales no solo viven en un entorno enorme, oscuro y tridimensional, sino que probablemente también nos han estado evitando activamente.

La mayoría de nuestros equipos de exploración de aguas profundas son grandes, ruidosos y utilizan luces brillantes para filmar animales.

Sin embargo, el calamar gigante puede detectar y evitar a los cachalotes que se sumergen, quienes probablemente producen una potente señal luminosa al descender y perturbar a los animales bioluminiscentes.

Los calamares más capaces de evitar a estos depredadores han transmitido sus genes durante millones de años. Esto nos deja con una población actual de animales visualmente agudos, probablemente repelentes de la luz y capaces de detectar una señal luminosa a muchos metros de distancia.

La delicada belleza de los animales de aguas profundas

El calamar gigante pertenece a la familia de los calamares “cristal” (Cranchiidae). Tres especies conocidas de calamares cristal se encuentran en el océano Antártico, pero puede ser difícil distinguirlas en cámara.

Investigadores de la organización Kolossal, con el objetivo de filmar al calamar gigante, han observado un calamar de cristal de tamaño similar durante su cuarta misión antártica en 2023. Sin embargo, dado que los rasgos característicos necesarios para identificar a un calamar gigante —ganchos en los extremos de los dos largos tentáculos y en el centro de cada uno de los ocho brazos más cortos— no eran claramente visibles, su identidad exacta sigue sin confirmarse.

En las imágenes del Instituto Oceanográfico Schmidt, se aprecian los ganchos en la parte media del brazo. Y en este joven ejemplar, el parecido con otros calamares de cristal también es evidente.

Con la edad y el tamaño, es probable que el calamar gigante pierda su apariencia transparente y se convierta en una anomalía mucho mayor dentro de la familia.

Una criatura que rompe estereotipos

Si bien a muchos les puede divertir la idea de un calamar “pequeño y gigante”, este video muestra una belleza que comparten muchos animales de aguas profundas, en contraste con la exageración sobre monstruos y los títulos de clics “de pesadilla” que vemos con demasiada frecuencia.

Este calamar gigante parece una delicada escultura de cristal, con aletas de una musculatura tan fina que apenas son visibles. Tiene ojos brillantes e iridiscentes y gráciles brazos que se extienden desde la cabeza.

En su tamaño completo, el calamar gigante podría ser un depredador formidable.

El hallazgo ha sido breve, pero revelador. Por primera vez en la historia, hemos visto al calamar gigante en su propio hogar: no como una leyenda marina ni como un monstruo de fábula, sino como una criatura compleja, ágil, y sorprendentemente hermosa. En el fondo del océano, la ciencia ha confirmado una maravilla.

La expedición que capturó las imágenes del calamar colosal fue una colaboración entre el Instituto Oceanográfico Schmidt, la Fundación Nippon-NEKTON Ocean Census y GoSouth (un proyecto conjunto entre la Universidad de Plymouth, el Centro Helmholtz de Investigación Oceánica GEOMAR y el British Antarctic Survey).

Kat Bolstad, Associate Professor of Environmental Science, Auckland University of Technology

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