Si estás pensando en emprender, debes saber que no todas las ideas siempre serán buenas. De hecho, el 99.9% de estas mueren antes de convertirse en un negocio rentable. Suena aterrador, pero la realidad es que sí es posible idear y arrancar un proyecto por el que el público realmente esté dispuesto a usar y pagar. Con estos cinco consejos podrás ponerlo a prueba sin que muera antes empezar.
Se trata del producto o servicio que vas a brindar y la promesa que tienen para resolver una necesidad. Para esto, tu idea debe cumplir dos requisitos: el primero es satisfacer una necesidad de un segmento de la población, y el segundo, encontrar un valor agregado que hará diferentes a tu producto o servicio del resto de la competencia. Es importante que conozcas muy bien las características geográficas, demográficas y psicográficas de tu público meta.
Se trata de un prototipo o una versión de tu propuesta de valor. Una vez que la tengas, pregúntale a las personas que integran tu segmento de mercado si realmente atiende la necesidad que pretendes atender, si estarían dispuestos a pagar, el rango de precios y las mejoras que podrías hacerle a la versión final del producto.
Puedes usar entrevistas, encuestas y hasta reuniones informales en tu casa o algún café para recibir retroalimentación. Así podrá validar si tu propuesta es útil, rentable, cuánto podría durar en el mercado y si tiene potencial de crecer. El diseño del logotipo, artículos de promoción, página web y redes sociales, vienen hasta después. Enfócate en crear el producto.
El siguiente paso es vender los prototipos que hiciste a tu público meta. Recuerda que una cosa es lo que te dice la gente y otra muy diferente, la realidad a la que te enfrentarás día con día. Te recomiendo establecer el precio más alto que te hayan arrojado los resultados de tu investigación de mercado tomando en cuenta que buscas la rentabilidad. Recuerda la regla de oro: el precio de venta siempre debe ser superior al costo total de tu producto.
Si los resultados de tuviste al estudiar el mercado o las ventas no son lo que esperabas, analiza qué es lo que pudo haber salido mal y cámbialo. A esto se le llama pivotaje y es una manera común de iterar sobre la marcha. Puedes cambiar desde la forma, el color, el tamaño, la funciones, el precio y otras características del producto. Incluso puedes modificar el segmento, probablemente tu propuesta de valor le interesa a otras personas. Analiza y escucha a tus clientes, porque al final son ellos los que mandan.
Usa lo que has ganado como capital para volver a vender. No olvides establecer, ahora sí, los canales adecuados como redes sociales, página de internet, tienda en línea, local físico (si así lo requieres) y otras mejoras como el diseño de publicidad efectiva, nuevos proveedores, nuevos segmentos, etc. A partir de aquí, piensa en nuevas formas para hacer crecer tu negocio.
¿Estás pensando en emprender o estás listo para dar el primer paso?
