Es un problema común para las Pymes: en ocasiones se confunde planeación financiera con presupuestos, y se deja de lado el nivel más táctico.
Las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) representan el mayor motor económico del país. Con más del 99% de las unidades de negocio, 52% del PIB y 72% del empleo, pero sin una planeación financiera estratégica anual.
Es un problema común para las Pymes: en ocasiones se confunde planear con hacer presupuestos, y se deja de lado el nivel más táctico. El final de año nos debe servir para replantear objetivos del próximo, valorar plazos para conseguir esos objetivos y utilizar la información disponible para generar proyecciones.
De acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, solo 50% de las empresas del país realiza una planeación financiera, pese a los riesgos que esto puede acarrear a su continuidad.
Al no realizar una planeación adecuada, las empresas caminan un poco a ciegas, toman acciones correctivas, apagando fuegos en el camino, y eso las lleva a tomar dinero de donde está disponible en el momento: socios, familiares, tarjetas de crédito, etcétera.
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De acuerdo con el especialista, lo más importante de una planeación financiera es la capacidad de prever contingencias desde el punto de vista estratégico, en donde la salud financiera de la empresa considera cambios externos e internos.
Claves para una planeación financiera exitosa
Te comaprto algunos puntos clave para desarrollar una planeación financiera exitosa en pocos pasos.
1. Definir objetivos
El primer paso de la planeación se enfoca en cuáles son los objetivos financieros a corto y largo plazo, por ejemplo, si se busca incursionar en una nueva línea de negocio que permita incrementar las ventas.
Los responsables de tomar decisiones deben prever en la estrategia cuál es el impacto real que tendrá este nuevo producto en las ventas y en qué periodo se podría alcanzar.
Asimismo, es importante que los objetivos se mantengan relacionados con la liquidez del negocio, como una herramienta de reducción de riego ante un panorama volátil de costos.
Para Cumplo, el 2023 será un año en el que se debería privilegiar el crecimiento basado en la utilidad del corto plazo más que en inversiones de largo plazo que generen mayor incertidumbre en el futuro.
2. Utilizar la información disponible
El siguiente paso, una vez que se cuenta con un objetivo estratégico que va del entorno financiero al contexto de mercado, es identificar, en la información financiera de la empresa, cuál es la mejor opción para obtener los recursos para ello.
Si mi objetivo es ampliar las líneas de producción, lo que se debe saber es cómo está el negocio en la parte de adquisiciones, qué tanto se ha comprado y cuánto se debe, y qué tan apalancada está la empresa para, por ejemplo, solicitar un financiamiento.
De igual forma, es recomendable cruzar la información interna del negocio con las tendencias globales y contextos macroeconómicos. Mantenerse informado es una forma de prever cualquier incidencia que afecte directamente al negocio.
3. Conocer las opciones de financiamiento
Si las finanzas propias de la empresa no son suficientes para invertir en un nuevo proyecto, lo mejor es solicitar algún producto financiero, que sea adecuado para ese objetivo.
Las Pymes deben identificar cuál es el ‘dinero más caro’, es decir, cuáles son las fuentes disponibles y descartar aquellas que representan altos intereses o resulten poco convenientes para el plazo en el que será amortizado ese financiamiento.
Actualmente, las instituciones de financiamiento pueden ofrecer desde créditos simples, de arrendamiento, de factoraje –para obtener liquidez inmediata—, y otros productos que se adaptan mejor a determinadas necesidades e industrias.
Las empresas deben acompañar su estrategia financiera con un buen nivel de contabilidad, así como un historial crediticio favorable, ortodoxia para la organización interna y una correcta definición de procesos, productos y categorías.
Hemos identificado que hasta un 70% de los solicitantes acuden para solicitar un financiamiento sin tener claridad en qué lo van a invertir o en qué momento realmente van a necesitar el dinero, lo cual sería distinto con una correcta planeación financiera.