Si eres contador público independiente o dueño de un despacho de contabilidad, es interesante saber que la contaduría en México surgió en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y sobre todo por la ESCA (Escuela Superior de Comercio y Administración). En 1902 la ESCA lanza la carrera de Contador Comercial.
El 25 de mayo de 1907 (Día del Contador), Fernando Diez Barroso, hace su examen profesional y es considerado el primer contador público en México. El título de Diez Barroso fue donado al Museo de Contaduría ubicado en una casa de Bosques de las Lomas que el gobierno federal donó en 1980 al Colegio de Contadores Públicos de México.
En el Museo de Contaduría también está el título de la primera contadora pública de México: Refugio Román Almonte, bisnieta de José María Morelos y Pavón. Ella presentó su examen profesional en la ESCA en 1924. En el museo también encontrarás una pintura de Luca Pacioli considerado el padre de la contabilidad a nivel mundial.
Ahí verás un cuadro de Sor Juana Inés de la Cruz porque dedicó los últimos ocho años de su vida a llevar el archivo contable de la orden de San Jerónimo. El Museo de Contaduría fundado el 25 de mayo del 2000 exhibe calculadoras, sumadoras y máquinas de escribir antiguas, así como dictáfonos, fotocopiadoras, libros de cuentas, revistas, fotografías, etc.
Años atrás la contabilidad de las empresas se hacía a mano por lo que los libros de contaduría eran una obra de arte con una caligrafía hermosa sin tachones. Sin embargo, la contabilidad siempre salía atrasada. La primera IBM PC nace en 1981 y viene un gran avance en la contaduría. Antes ya existía la microcomputadora de Apple.
En este contexto surge la idea de René Torres, José Villalba y Bertha Alicia Limón de hacer una contabilidad en línea, y así nace hace 40 años CONTPAQi, software contable y administrativo para las MiPymes. José es de la época del cableado cuando la computadora en lugar de programarse se cableaba y René viene del mundo de las tarjetas perforadas y luego apareciendo las terminales.
René diseñó un algoritmo. Él está convencido de que cuando tú tienes muy claro lo que quieres, el universo se confabula para que lo logres. “Un día en la madrugada llegó esa sensación de eureka. Es indescriptible el momento que dices: ¡Aaah ya sé cómo! Y diseñé un algoritmo que me permitía encontrar una cuenta contable entre un millón de cuentas en máximo tres accesos al disquete”, explica René Torres, cofundador de CONTPAQi.
Antes, el proceso era muy lento e implicaba muchas búsquedas. El algoritmo que inventó René fue rapidísimo y ahí nace CONTPAQi. René y su socio salieron de sus trabajos para fundar su empresa y empezaron a hacer la primera versión de CONTPAQi con la idea de ayudar al contador para que no pasara terribles cierres de mes.
Para René Torres su caminar como empresario se resume, en una palabra: Aprender. “La manera más cara de aprender es a base de equivocarse”. Por eso, René tiene un blog para ayudar a los emprendedores con una serie de consejos. Uno de ellos es no emprendas solo. En CONTPAQi fueron tres personas fundamentales las que fundaron la compañía.
“En todo emprendimiento debe de haber tres roles presentes: el hacker que entiende la tecnología, el hípster que entiende las necesidades del cliente y el holster que es el lobo que vende arena en el desierto. Busca tus complementos y tendrás muchísimo éxito”, asegura René.
Hay que incorporar nuevas tecnologías a todo el proceso administrativo como es la Inteligencia Artificial (IA) -dice el entrevistado-. CONTPAQi ya tiene cuatro años trabajando en entrenar una máquina a través del machine learning con la finalidad de apoyar a los contadores para que el registro contable sea casi en automático.
“La inteligencia artificial no sustituye al contador porque no tiene algo que los contadores tenemos y que es el libre albedrío. Nuestra profesión se basa en emitir juicios al decir que estos estados financieros se apegan a normas financieras. La ia solamente va a sustituir a aquellos contadores que no usen la inteligencia artificial”, asegura.
El futuro de la humanidad es el capitalismo que es pensar en la felicidad de los demás -afirma -. “En la empresa confluyen muchos skateholders que son las personas involucradas con tu negocio. Clientes, colaboradores, accionistas, proveedores, etc. Pero no puedes dar a alguien lo que tú no te das. Empieza por ti, siendo feliz amando lo que haces”, concluye.
