El Cirque du Soleil estaba por cumplir 30 años de existencia cuando anunció que iba a despedir a 400 empleados. Era el 17 de enero de 2013. El conglomerado canadiense, fundado por Guy Laliberté , Gilles Ste-Croix y una tropilla de artistas callejeros en la década de los 80, indicaba que los crecientes costos de producción, el fuerte dólar canadiense y la recesión económica mundial habían complicado el manejo de una plantilla tan grande.
No era el único problema para el “Circo del Sol”. Su más reciente espectáculo, Banana Shpeel , había apostado por cambiar la majestuosidad insignia de la marca por una presentación hecha a la medida de los teatros convencionales. La respuesta no fue buena. Recibieron muchas críticas negativas y cancelaciones en sus funciones en Chicago, Nueva York y Toronto.
Durante casi tres décadas el Cirque du Soleil gozó de un éxito sin precedentes, gracias a su propuesta innovadora: un modelo de negocios que reducía los costos operativos de un circo convencional al presentar una función sin animales amaestrados.
A los altos costos de su planta laboral se sucedieron varios escándalos por caídas fatales de sus artistas desde grandes alturas. La más reciente ocurrió apenas en marzo de 2018, cuando Yann Arnaud, de 38 años, cayó de una altura de seis metros.
En 2015 su fundador, Guy Laliberté, vendió la compañía a la firma de inversiones TPG Capital. Daniel Lamarre , un experiodista que en el pasado había dirigido la cadena de televisión TVA, dirige el circo desde el 2006 y, tras la venta, fue uno de los pocos ejecutivos que permaneció en la marca.
Lamarre ha sido responsable de lograr que artistas provenientes de 49 países con lenguas, culturas y generaciones distintas trabajen en conjunto para llevar al Cirque du Soleil a nuevas victorias.
Hoy por hoy, el circo emplea 4,000 personas entre los que hay 1,300 artistas de casi 50 países y mantiene una estrategia de crecimiento acelerada en mercados tan dispares como China y México.
Emprendedor.com platicó con el CEO del espectáculo más grande del mundo para conocer su visión del liderazgo y el papel que ha jugado el trabajo en equipo en el éxito actual de una compañía.
Daniel Lamarre (DL): He aprendido muchísimo de nuestro departamento de reparto porque son reclutadores que viajan por todo el planeta, siempre en búsqueda de los mejores artistas. Yo los veía y un día me pregunté por qué no debería hacer lo mismo con el resto de los empleados.
Cuando contratas a alguien, sin importar si es de recursos humanos, finanzas, mercadotecnia, etc., debes asegurarte de que sea el mejor del mundo en su rama. Hay empleados de 49 nacionalidades distintas representadas en el Cirque, así que tenemos el lujo de encontrar a las mejores personas en cualquier lugar en el que se encuentren.
DL: Para mí el liderazgo no es “un show de una sola persona”. Creo que ahora más que nunca, y más con las nuevas generaciones, las personas quieren ser parte de un equipo. No están buscando un líder carismático, sino a un entrenador, un compañero, alguien que los ayude a alcanzar el máximo de su potencial. Ese es mi papel. No soy un dictador. Soy alguien que debe ayudar a su equipo a alcanzar sus objetivos personales porque si los logran, entonces la compañía está en mejor forma.
DL: En el mundo tradicional hay algunos modos o políticas muy restrictivas. Si algún día regreso al mundo “normal” cambiaría la manera en la que se manejan los negocios. Son muy estrictos y no permiten que las personas expresen su creatividad. Esto no solo aplica a un circo o a una organización de entretenimiento. No importa si eres un banquero, abogado o ingeniero, necesitas creatividad.
Siempre le digo a la gente que no hay comercio posible sin creatividad. Esto es lo que me gustaría promover a todos los negocios del mundo: dejen que sus empleados sean creativos. Fue gracias a eso que Steve Jobs rompió los esquemas en el mundo de las computadoras y como John Lasseter llevó a Pixar al siguiente nivel en la industria de la animación. Esas son las personas que me han inspirado y sólo espero que la gente lo entienda: no importa en qué industria te desenvuelvas, necesitas ser creativo.
DL: Trabajando con personas creativas y aceptando que debo ser desafiado por los más jóvenes. A todos nos gustaría pensar que somos genios con toda la vida por delante, pero desafortunadamente no es así. Sin embargo, el Cirque du Soleil se fundó por jóvenes que sí tenían 25 años. Mi trabajo ahora es darle oportunidades a los nuevos talentos para que sacudan el Cirque du Soleil. Debo permitirles tener ideas locas. Esa es la única manera en la que podremos seguir reinventándonos por mucho más tiempo.
DL: Si yo fuera un emprendedor no imitaría al Cirque du Soleil. Crearía mis propias aspiraciones. No obstante, si hay algo que se puede aprender de nosotros es no ceder ni comprometer la identidad de la marca, soñar todo el tiempo y seguir hacia delante, un paso a la vez, todo el tiempo.
Me gusta empezar mis días preguntándome: “¿Qué es aquello que me es imposible de lograr hoy?” para saber cuáles son mis retos por vencer. Esa es mi manera de desafiarme y desafiar a mi equipo.
DL: Actualmente estamos de gira en 147 ciudades, pero queremos estar más presentes en la vida de los espectadores. No sólo nos queremos expandir, también queremos sorprender a la gente y seguir haciendo espectáculos donde la gente diga “¡Ah, sólo el
Cirque du Soleil podría hacer algo como esto!”.
Detrás de la marca hay 49 nacionalidades y la diversidad es fundamental para tener ideas frescas. Somos, a nuestra pequeña escala, un gran ejemplo de que personas de diferentes partes del mundo y diversas edades y talentos pueden trabajar, divertirse y construir una marca global juntos.
