Te explicamos cómo puedes adentrarte en este mundo para poner a trabajar tu dinero.
¿Cómo puedes entender las inversiones? Éstas tienen muchas analogías con un Balance General en contabilidad y me ha sido útil esa categorización en mi organización financiera. Es decir, el Activo = Pasivo + Capital, así que los activos de una empresa (o una persona o gobierno) se componen de Pasivo (deudas) y Capital. Lo equiparo a las inversiones porque la parte derecha de la ecuación (pasivo y capital) permite categorizar a prácticamente todas las inversiones (o a veces una combinación de ambas). La razón es porque cuando alguna persona o entidad recibe dinero/efectivo, lo tiene que incluir en su Activo; pero para que la ecuación se cumpla, también tiene que aumentar en la misma proporción ya sea el Pasivo y/o el Capital.
Algunos ejemplos de inversiones
1. CETES
Si inviertes en CETES, le estás prestando al gobierno mexicano, así que podría equipararse como “Pasivo”. Ese Pasivo el gobierno lo incluye en su Balance General, y por lo tanto estás invirtiendo en deuda.
Bonos corporativos
Si inviertes en bonos corporativos, le estás prestando a una empresa. Dicha empresa lo categoriza también como un pasivo en su Balance, porque te lo pagará junto con un interés y así obtendrás un rendimiento.
2. Acciones
Si inviertes en acciones, estás invirtiendo en capital, porque te convertirás en socio de la empresa (aunque tengas sólo el 0.0000001%). Dicha empresa, cuando recauda fondos al emitir más acciones (ya sea en forma pública o privada), modifica su balance para dar cabida a esta cuenta. Cuando transaccionas acciones en la Bolsa de Valores, si bien no se modifica el Balance de dicha empresa (porque la acción ya está emitida y la transacción es entre terceros), estás invirtiendo en el capital de la empresa. Estás comprando acciones que Juan Pérez tenía en Tesla (por ejemplo), y ahora son de tu propiedad. De tal forma que si Tesla aumenta su valor y vendes las acciones que le compraste a Juan, obtienes un rendimiento. Si Tesla disminuye su valor, entonces tienes una pérdida.
3. Crowdfunding
En este caso, dependiendo del modelo de la plataforma, puedes invertir en deuda, capital o ambos. Por ejemplo, en Prestadero estás invirtiendo en créditos personales. Es decir, le estás prestando a otras personas que al repagar el crédito y un interés te permiten obtener un rendimiento. Si la persona a la que le prestaste hiciera su Balance General, te tendría a ti como acreedor en su cuenta de Pasivo. Es un concepto muy sencillo de entender.
¿Cómo entender las inversiones y sus riesgos?
Esta categorización “contable” me ha servido para entender los riesgos que una inversión conlleva y sus posibles rendimientos. Si invierto en deuda, entonces tengo que analizar qué tan probable es que a quien le estoy prestando me repague el crédito: CETES, me paga el gobierno, OK, bajo riesgo; deuda corporativa, me paga una o más empresas, tengo que analizar la empresa que me va a pagar para ver qué tan probable es que quiebre antes de que me pague; acciones, tengo que analizar qué tan probable es que la acción suba de valor porque a la empresa la va a ir bien en el futuro.
Además, en deuda, por lo general tengo menor riesgo de perder el monto, pero tengo un tope a mi rendimiento; con capital, por lo general hay mayor riesgo, pero no hay un límite superior al rendimiento esperado. Es decir, si compro CETES al 10% anual, mi tope es 10% anual (asumo que el valor de los bonos no cambia para eliminar el riesgo de mercado para este ejemplo); si compro la acción de Tesla, puede subir hasta 200%, pero también es factible que baje de valor y pierda parte o todo mi capital.
La eliminación del “techo” en las inversiones de capital es la razón por la cual existen fondos de capital riesgo que invierten en empresas incipientes, pues, aunque seguramente pierdan el total del monto invertido en algunas de ellas, si dentro de su portafolio tienen una o dos inversiones extraordinarias pueden tener rendimientos muy atractivos. Es decir, diversificar su inversión les permite tener buenos rendimientos a pesar de tener pérdidas en algunas de ellas.
Inversiones más complejas
Existen otras “inversiones” donde cuesta más trabajo discernir si la entidad que recibe la inversión la categoriza como pasivo o como capital. Y cuando este sucede, para mi es una inversión especulativa y prefiero no invertir.
Un ejemplo son las ICO (Initial Coin Offerings) que muchas empresas promovieron sobre todo en 2019 para recaudar fondos. El problema es que, al participar en estas ofertas, la empresa no te daba acciones ni tampoco se comprometía a pagarte los fondos (deuda). De hecho, los fondos que entran a la empresa tendrían que seguramente categorizarse como un ingreso para la empresa (con una contrapartida de utilidades retenidas en el capital). Entonces, en esta “inversión”, nadie tiene la obligación de pagarte, y tampoco formas parte de la empresa si le va bien, simplemente especulas que la moneda que te emitieron (coin offering) suba de valor para después descargársela a alguien más, pero en la gran mayoría de los casos esas monedas especulativas llegaron a valer 0 pesos.
No se puede predecir el futuro
Lo que es un hecho, es que nadie tiene una bola de cristal y algunas de tus inversiones serán muy exitosas y otras no tanto. Para mejorar tus probabilidades de éxito en las inversiones te sugiero:
- Evitar inversiones especulativas (como las ICO).
- Invertir sólo en instrumentos emitidos u ofertas por entidades financieras reguladas en México (CETES, casas de bolsas, empresas de crowdfunding, bancos, etc.).
- Diversificar.
Por otro lado, si aún no te sientes tan cómodo comenzando a invertir, el crowdfunding ha probado ser una buena primera puerta para adentrarte en el mundo de las inversiones, ya que no requiere muchos fondos iniciales y el proceso es 100% por Internet. Por ejemplo, en Prestadero, la empresa que dirijo, puedes comenzar con tan solo 250 pesos, y si bien tenemos clientes con varios millones de pesos, la cuenta promedio es de aproximadamente 14 mil pesos, monto mucho menor a casas de bolsas y otras entidades similares.
Lo que es un hecho, es que el mejor aliado de las inversiones es el tiempo. Así que, como dice el proverbio chino, el mejor momento para plantar un árbol fue hace 10 años; el segundo mejor momento, es ahora