



Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, sorprendió al comparar su retiro de la iniciativa gubernamental DOGE con la ausencia de Buda en el budismo. Esto lo hizo para destacar la continuidad de su proyecto más allá de su liderazgo.
Durante una conferencia en la Casa Blanca, Musk afirmó que la eficiencia gubernamental promovida por DOGE es “una forma de vida”, similar al budismo, y que su partida no detendrá el movimiento.
El Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) fue creado por el presidente Donald Trump al inicio de su segundo mandato, con el objetivo de reducir el gasto público. Elon Musk fue designado como asesor especial para liderar esta iniciativa, buscando recortes significativos en el presupuesto federal.
Al ser cuestionado sobre quién lideraría DOGE tras su salida, Musk respondió:
“¿Se necesita a Buda para el budismo? ¿Acaso no fue más fuerte después de su partida?”
Con esta analogía, Musk sugiere que DOGE puede continuar sin su presencia directa, basándose en los principios establecidos.
Durante su gestión, Musk reportó un ahorro de 160 mil millones de dólares en el gasto federal, aunque su meta inicial era de 2 billones.
Enfrentó críticas por despidos masivos y métodos poco convencionales, generando protestas y controversias.
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Aunque Musk dejará su rol formal el 30 de mayo, expresó su disposición a continuar asesorando a DOGE de forma informal, dedicando uno o dos días por semana. La continuidad de la iniciativa dependerá del apoyo presidencial y del compromiso de los voluntarios que conforman el equipo.
Las declaraciones de Musk han generado diversas reacciones. Algunos ven su comparación con Buda como una muestra de egocentrismo, mientras que otros la interpretan como una metáfora sobre la autosuficiencia de los movimientos basados en principios sólidos.
La salida de Elon Musk de DOGE marca el fin de una etapa en la búsqueda de eficiencia gubernamental.
Su analogía con el budismo plantea interrogantes sobre el liderazgo y la capacidad de las iniciativas para perdurar más allá de sus fundadores.